Por Rolando Morales Flores
El pasado jueves acudimos a la Cineteca Alameda para presenciar el estreno de la nueva película de nuestras tortugas favoritas, nos referimos a Tortugas Ninja: Caos Mutante, afortunadamente, resultó ser tan maravillosa como esperábamos.
Este año ha demostrado ser excepcional para el género de películas animadas. Hemos presenciado éxitos notables en taquilla, como Super Mario Bros. La película, así como películas elogiadas por los críticos, como Nimona. También hemos sido testigos del regreso de maestros destacados, como en Suzume y The Boy and the Heron, e incluso de filmes que podrían transformar por completo la industria, como Spider-Man a través del Spider-Verso.
A esta lista destacada se suma “Tortugas Ninja: Caos Mutante” dirigida por Jeff Rowe, quien también fue codirector de la exitosa La Familia Mitchell vs. Las Máquinas, y producida por Seth Rogen. Esta película nos presenta la nueva y emocionante aventura animada de los icónicos hermanos expertos en ninjutsu.
Pero lejos de simplemente seguir en la misma línea que las anteriores exponentes de la animación contemporánea, el filme rebosa de una explosión creativa y refrescante en este aspecto, que lejos de sobreexplotar el género, lo lleva en una nueva dirección.
Lo que claramente se destacó desde el inicio con el primer avance, son los aspectos visuales. Si bien los adelantos presentaban un aspecto asombroso y sumamente elaborado, la película completa muestra un notorio empeño por distinguirse. Con diversas estéticas que convergen en una enérgica expresión de arte urbano, como si los muros del vecindario cobraran vida, se consigue una atmósfera característica y una identidad singular.
Tortugas Ninja: Caos Mutante nos presenta a Leonardo, Donatello, Rafael y Miguel Ángel, cuatro tortugas adolescentes con mutaciones que anhelan explorar el mundo más allá de las alcantarillas de Nueva York. A pesar de esto, su padre, una rata mutante llamada Splinter, está preocupado por la seguridad de sus jóvenes hijos. La oportunidad de aventurarse en el mundo y desafiar los prejuicios de la sociedad hacia criaturas como ellos surge cuando la ciudad se ve afectada por una serie de crímenes perpetrados por el villano Superfly. Determinadas a detenerlo, las Tortugas se unen a April O’Neal, una joven con aspiraciones periodísticas, en su misión para revelar la identidad de este extraño adversario, con quien podrían compartir ciertas similitudes.
Respaldada por el impresionante talento vocal que da vida a cada tortuga, la interacción entre los personajes emerge como uno de los aspectos más destacados de la película. Nunca queda en duda que estamos viendo a jóvenes en su etapa adolescente, divirtiéndose, jugando, pasando un tiempo ameno juntos e incluso enfrentando conflictos.
Por otro lado, Jackie Chan realiza una interpretación perfecta al dar vida a una versión más madura de Splinter, alejándose del estereotipo del maestro sabio. Ice Cube, por su parte, logra transmitir una mezcla de temor y a la vez ofrece una actuación más relajada y cómica en su papel de Superfly. Además de estos talentos, la película presenta un elenco de voces que incluye a figuras como Maya Rudolph, Paul Rudd y Giancarlo Esposito, muchos de ellos haciendo cameos.
Obteniendo puntos adicionales, también se presenta un guion que de inmediato perfila a aquellos que participan en la acción. Aunque pueda parecer redundante revisar nuevamente a los personajes concebidos por Kevin Eastman y Peter Laird, la película representa de manera efectiva las características de los cuatro protagonistas y les infunde una renovada vitalidad al dotarles de cualidades modernas.
Explora a jóvenes contemporáneos mientras navegan por el mundo, cargados de aspiraciones y curiosidades, carecen de experiencia y muestran una leve percepción del peligro. Los protagonistas se esfuerzan por comprender un entorno que les es adverso, sin rendirse, brindándole una oportunidad para apreciarlos. Son individuos incomprendidos en búsqueda de aceptación, atrapados en el juego de la exclusión social. Sufren la condena de ser discriminados por su singularidad, se aborda el proceso de crecimiento, la travesía hacia la adultez y la evolución de las relaciones familiares. Más que una simple distracción en la pantalla, esto refleja los ritmos de la vida.
El filme es un torbellino hormonal, lleno de colores y dispuesto a ofrecer una hora y cuarenta minutos de entretenimiento sólido, con un encanto que atrae tanto a jóvenes como a adultos.
La película ya se encuentra en las salas de cine y en la Cineteca Alameda los días del 11 y 12 de agosto en funciones de las 4 de la tarde, y del 13 al 16 de agosto con horarios de 6 y 8 pm.
Y recuerda si algún día te encuentras con una tortuga mutante en un paseo por las alcantarillas, merece la pena reseñarlo.
