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Crítica musical por Alejandro Padilla

En una edición más de estas críticas musicales, hablaré de uno de los discos más importantes del género indie. “Eduardo”, lanzado al mercado en 2021, es el tercer disco de Ed Maverick, escrito en su totalidad por el artista durante la pandemia de Covid-19.

Según declaraciones del artista, el disco es una forma de desahogo por las oleadas de hate que recibió en los años anteriores. Un disco encorazonado, honesto y sencillo, compuesto por…

Hola, ¿cómo estás?

La primera canción del disco, que a diferencia de muchos álbumes, no es la más movida o feliz, al contrario su melodía, con sus progresiones suaves y tremendamente acogedoras, da un aire de despedida en vez de uno de principio. La pieza se sirve de recursos minimalistas como doble voz o recursos de instrumentos eléctricos, resaltando así las variaciones de acordes que se dan hasta los últimos segundos de la canción, una bella canción con sinceridad sonora, logra una apertura sui generis, pero muy linda.

Ensenada

Con una estructura sonora parecida a la anterior, pero con una importancia mayor en las armonías de los teclados que mantienen a la guitarra, posee unas formas melódicas interesantes y adorables. Una canción narrativa que al final agrega recursos más electrónicos conjugados con la guitarra y la voz que proclama “no te vayas”, una gran obra acústica y aunque sin ser muy clara en sus sonidos, lo es bastante en su expresividad.

Mantra I

Un inter entre canciones, en donde lo que más resalta es la intensidad de la voz de “Eduardo” cuando se exalta al cantar y sentir, repentinamente cierra casi al entrar el bajo con el final de un acorde.

Mantra II

Con otra dinámica de acordes, que al seguir el track no cambia mucho a nivel musical, a parte de alguna que otra nota de guitarra. Una serena balada de abandono, con timbres al estilo Zoé que junto a la guitarra acústica despiden la canción.

Contenta

Sollozos convertidos en melodía son los que abren este track, con una rítmica más country cuando la voz entra, unida magistralmente a la guitarra acústica. La pieza termina con un sample argentino acerca del desamor y una atmósfera armónica.

Atnetnoc

Una reversión de la canción pasada, pero con muchos más recursos eléctricos y sintetizadores, que dan la impresión de ser ejecutada al revés, con la imperancia de la guitarra acústica y con la guitarra eléctrica que da un lindo contraste con la batería, para pasar al sonido de lluvia con el que abre el siguiente track.

¿POR QUÉ LLORAS? (interludio)

Una pieza con sonido de sintetizadores que abren y enmarcan lo que parece ser una escena de llanto solitario, con acordes preciosos y una armonía abstracta. Una pieza tremendamente inmersiva, en una repetición extraña, que en su punto concluyente brinda una experiencia envolvente.

Gente

Relajante y con una melodía igual de sencilla, pero con lindo contenido lírico, tal vez no de las mejores del álbum, pero por su calidad expresiva y su sencillez eficaz creo que merece un puesto entre los más lindos tracks del disco.

Niño

Con su tenue estructura de linda letra y sencillez armónica, se basa puramente en la guitarra acústica y ciertos efectos de reverberación en la voz. Por la mitad de la canción los efectos se intensifican dándole en un primer momento el foco principal a la voz para dar paso a un rap con plena armonía.

Días azules

Una de las más recordadas del disco, con una melodía de voz bastante adorable al ser conjugada con el efecto de la voz y la armonía lejana que se funde con los arpegios de guitarra. Con una lírica que no deja indiferente por su atmósfera de melancolía y extrañeza por su situación de fama, por el final de la canción da paso a un descanso de armonías que se unen para fundir la atmósfera creada en una muy tranquilizante coda.

Gracias

Una melodía que como las anteriores del trabajo no necesita mucho más que su guitarra acústica y una buena séptima dentro de la progresión para hacernos sentir cercanos a lo que dice y a los sentimientos expresados. Con un estribillo tan triste como bien ejecutado, mi favorita del disco.

Nos queda mucho dolor por recorrer

El disco se despide con esta segunda colaboración, entrelazada vocalmente en una emotiva melodía que rememora en sus figuras y en sus arreglos de guitarra eléctrica a canciones de hace algunas décadas, como al tan recordado cantante de regional “Ariel Camacho”. La canción se despide con las mismas notas con las que comienzan “Hola ¿Cómo estás?,” para así concluir esta gran obra del género indie de nuestros tiempos.

La honestidad y la diversificación de los recursos hacen a mi parecer una gran sinergia entre canción y canción que provocan que los espectadores no nos aburramos con esa expresiva guitarra acústica. Sin perder su esencia de anteriores trabajos, Maverik se suelta y saca lo que tenía en las entrañas del alma, siguiendo así la buena labor del artista.

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