Por: Fabiola VA
Ilustración: Jaime G. Rueda
El futuro siempre es una incógnita, muchas son las preguntas en torno a este; la educación y por su puesto las universidades del futuro detonan preguntas. Las preguntas se multiplican frente a la realidad de la educación no escolarizada y los casos de autodidactas destacados que cada vez figuran más en la escena científica, empresarial y de otras disciplinas.
¿Serán capaces las universidades de leer correctamente y adaptarse a las necesidades y los tiempos? No existe un manual que muestre el camino a seguir y que vaya a la misma velocidad a la que el mundo cambia, especialmente después de pasar por una pandemia global que muestra nuevas necesidades en el mundo laboral.
Mientras el escenario global parecía en pausa por la situación sanitaria, el tiempo transcurrió. La situación obligó a tomar medidas que sin duda dan pistas de lo que puede venir a continuación para la educación. La forma de reaccionar fue repentina, sin espacio para la reflexión, con ajustes aplicados sobre la marcha.
La manera en la que los jóvenes aprenden sus disciplinas profesionales es un termómetro para identificar las distintas direcciones de pensamiento de los años próximos como lo menciona un artículo del año 2020 de la revista Forbes México que habla sobre la empresa Google y sus esfuerzos en el campo de la impartición de educación tecnológica.
Conectar el conocimiento con herramientas tecnológicas abre posibilidades a una era cognitiva, con habilidades y perspectivas diferentes, que tiene que ser medida con el compás del largo plazo y una perspectiva no solo técnica, sino humanista y habilitadora de un pensamiento crítico, empático y libre. Los objetivos de una universidad deben seguir ese tenor, a fin de seguir vigentes, algo que va de la mano del artículo acerca del nuevo plan de estudios que se publicó en esta sección meses atrás.
La Dubai Future Foundation avizora que para 2026 todo el mundo tenga acceso a internet y en 2030 cree que los cerebros puedan tener una conexión a la nube. Podremos respaldar pensamientos y recuerdos. También estima que en 2032 la educación sea personalizada a manera de tutorías en entornos virtuales y con inteligencia cognitiva y en 2036, cree que las instituciones académicas desaparecerán como las conocemos, tendrán que migrar a un nuevo modelo más funcional, flexible, así como efectivo, respondiendo a un contexto más internacional, pero al mismo tiempo preservando las particularidades de cada región.
Sin embargo, para llegar a ese punto hace falta de varios esfuerzos. Dentro de una reunión virtual de 2021 de “La Unión de Universidades de América Latina y el Caribe (UDUAL) y el Espacio Común de Educación Superior en Línea (ECESELI)”, espacio que pertenece a la UNESCO, el apoyo por parte de los gobiernos a la educación superior no ha sido el suficiente, un ejemplo citado es Brasil, un caso no muy diferente al de nuestro país. Dicha reunión expone 4 pasos a seguir: el primero es la capacitación al personal académico en cuestiones tecnológicas. En segundo lugar, está la hibridación como modelo de continuar con las clases, el tercero es el crecimiento de la educación a distancia para terminar con el cuarto y último punto que remite a la cooperación internacional entre naciones.