Redes sociales, de la herramienta a la adicción

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Por Sebastián Jorgenson y Rolando Morales

Ilustración de Jaime G. Rueda

Desde su creación, las redes sociales (RRSS) han significado un gran avance en la forma en la que nos comunicamos y nos enteramos de todo lo que sucede a nuestro alrededor, si bien al principio iniciaron como una forma de darnos a conocer con otras personas y poder conectarnos con ellas y nada más, poco a poco fueron evolucionando y creándose nuevas formas de hacerlo; desde los reels, postear fotos, videos, poder reaccionar a lo que suben otras personas, etc., las redes sociales ya no son solo un medio más de comunicación entre personas, sino también entre empresas, marcas, o figuras célebres que también tienen el poder de comunicarse y darse a conocer al público general.

Para la Dra. Araceli Camacho Navarro: Las redes sociales “son plataformas virtuales que facilitan la interacción y colaboración entre las personas, permitiendo la construcción de comunidades virtuales centradas en intereses comunes, aprendizaje y compartición de conocimientos, pero no solamente eso, también se mantienen relaciones sociales creando espacios en donde se construye una identidad digital”.

Esa facilidad que nos dan las redes sociales para poder compartir nuestros gustos y disgustos es lo más importante que estas han ofrecido, ya que es la base de todas ellas, ninguna sería nada sin la expresividad y creatividad de sus usuarios y como estos pueden conectar, crear comunidades y hasta subculturas por medio de estas plataformas.

Y una de las formas en que todo tipo de usuario pudo conectar fue el nacimiento de los memes, los cuales, si bien no empezaron en las redes sociales, si fueron en ellas donde encontraron un lugar para hacerse virales y ser motivo de diversas reacciones en la sociedad moderna, a todos se nos hace de lo más normal ver que empresas utilizan memes para crearse una identidad con el público, quien por su lado los comparte y crea un impacto que ha dejado huella en la historia del internet y de las redes.

La Dra. Araceli Camacho Navarro, es Doctora en Tecnología Educativa por la Universidad Autónoma de Querétaro, Maestría en Creatividad e Innovación Educativa por la Universidad Autónoma de Sinaloa y Licenciada en Informática por el Instituto Tecnológico de Culiacán. Líneas de Investigación: Entornos Virtuales de Enseñanza y Aprendizaje, Competencias Digitales y Diseño de Recursos Educativos Digitales. Nivel Candidata del SNII de CONAHCYT.

“Las redes sociales en el contexto educativo pueden generar emociones positivas en los jóvenes al momento de comunicarse e interactuar con las demás personas, aunque también existe el otro lado no tan positivo, es por eso que hay estudios que hablan sobre las emociones que pueden aparecer al hacer uso de las RRSS y entre ellas se pueden encontrar la ansiedad, la envidia, la satisfacción por la aprobación y la tristeza. La comparación constante con otros y la atención a la cantidad de “me gusta” pueden afectar la percepción de autovalía”.

Dra. Araceli Camacho Navarro

Para ella, en el ámbito educacional, las plataformas de redes sociales tienen el potencial de generar un impacto positivo al brindar oportunidades para el aprendizaje colaborativo, facilitar el acceso a diversos recursos educativos y ofrecer la posibilidad de establecer conexiones con especialistas en distintas áreas. Además, considera que las redes sociales pueden tener un efecto beneficioso al proporcionar posibilidades para la colaboración en el aprendizaje, simplificar la disponibilidad de una amplia gama de recursos educativos y permitir la conexión con expertos en diversas disciplinas.

Este impacto sociocultural también ha encontrado un uso en el mundo corporativo, llevando a que muchas empresas utilicen estas plataformas ya no solo para comunicarse con la comunidad, sino también para crecer, expandirse, y, sobre todo, como un modelo de negocio bastante rentable y fácil de usar. Los ya mencionados memes, colaboraciones con figuras públicas o ver lo que hay en tendencia y sacar productos basados en ello, son todo producto de cómo las redes sociales ha sido utilizadas para lograr este fenómeno comunicacional tan maravilloso y ventajoso que nos han ayudado en lo social, lo escolar, laboral, cultural, etc.

Pero no todo puede ser bueno, ya que también han traído bastantes problemas por su mala concepción o su mal uso. Por ejemplo, son miles los casos de catfish, lo cual consiste en una persona creando o haciéndose pasar por una totalmente diferente con el objetivo de engañar, extorsionar o hasta secuestrar a otra, esto ha llevado a una gran incertidumbre dentro de las redes porque es casi imposible de evitar que se le dé este uso a las redes.

La Dra Camacho señala que las redes sociales pueden tener un impacto en la calidad de las relaciones, ya que existe una presión para mantener una imagen digital. Antes de las redes sociales, las interacciones eran más cara a cara, lo que implicaba una comunicación más directa. Sin embargo, con las redes sociales, especialmente entre la juventud, hay un mayor alcance global que permite conectar con personas de todo el mundo, aunque esto también puede llevar a relaciones más superficiales.

La comunicación en entornos virtuales puede afectar la interpretación de señales no verbales y la empatía, elementos esenciales en las relaciones interpersonales. Se destaca que la exposición constante a las actividades de los demás en las redes sociales puede generar ansiedad, conocido como el “Fear of Missing Out” (FoMO), definido por la Universidad de Cambridge como el temor de perderse eventos emocionantes debido al uso de las redes sociales.

“La tecnología educativa promueve un equilibrio saludable al incorporar herramientas digitales como es el caso de las RRSS vistas desde un enfoque pedagógico. La gestión del tiempo se aborda mediante la planificación y la creación de límites para garantizar que las interacciones en línea no dominen completamente y que siempre vayan acompañadas de estrategias y técnicas que favorezcan el aprendizaje de algún tema. Se sabe que un uso excesivo de RRSS puede desplazar actividades presenciales importantes, sobre todo las interacciones con las personas más cercanas o incluso con la misma familia”.

Tampoco tenemos que irnos tan al extremo, ya que la adicción también representa un aspecto negativo en las redes sociales, siendo uno de los problemas actuales más importantes y de mayor crecimiento en las últimas décadas, ya que se reporta que desde el 2012 hasta el 2022 hubo un importante crecimiento en el uso de las redes sociales por minutos al día, siendo en 2012 de 90 minutos diarios por persona y 151 minutos en 2022. Scott Wallsten, economista del Instituto de Políticas de Tecnologías de Washington llegó a la conclusión, gracias a una encuesta realizada por el gobierno estadounidense, de que en los últimos años el uso de las redes sociales ha aumentado exponencialmente, donde el usuario promedio de redes sociales como Facebook, Instagram, TikTok, etc., pierde 28 minutos diarios de trabajo, estudio o sueño.

Aunque son lo más común, los riesgos de las redes sociales no son solo unas personas vulnerando a otras, sino que nosotros mismos también podemos ser nuestra propia víctima gracias a estas. El uso de estas plataformas puede significar un gran distractor para nuestra cotidianidad, ya que se ha reportado un crecimiento en la procrastinación en jóvenes gracias al uso de las redes sociales, además de cosas más graves como el uso de ellas al conducir o realizando cualquier otra actividad que requiera de nuestra total atención, la adicción a las redes sociales puede generar un riesgo en estas situaciones.

Ya no solo se trata de algo físico, sino que también puede trastornar nuestra psicología y comportamiento. Existe un fenómeno llamado “vibración fantasma”, la cual sucede cuando creemos escuchar que nuestro teléfono vibra o le llega una notificación, y si bien esto no representa un riesgo como tal, si podría significar que el uso desmedido y hasta adictivo de las redes sociales, configura nuestra forma de percibir el mundo y puede que hasta nos cree este tipo de alucinaciones.

La Dra. Camacho señala que no hay una medida universal que determine la cantidad apropiada de tiempo para dedicar a las redes sociales. La elección debe surgir de una reflexión personal, evaluando cuánto tiempo se pasa conectado o interactuando en las redes sociales. Por lo tanto, se promueve un uso consciente. Claro, existen enfoques que buscan incorporar las redes sociales de manera educativa. Estos métodos promueven el pensamiento crítico en línea y ofrecen orientación constante sobre la gestión de la identidad digital y las relaciones virtuales.

Finalmente, menciona que la colaboración entre la psicología y la Tecnología Educativa puede seguir siendo valiosa al investigar el impacto psicológico de las redes sociales en el aprendizaje. Además, ambas disciplinas pueden desarrollar intervenciones específicas y adaptar enfoques pedagógicos para abordar eficazmente las demandas emocionales de la vida en línea. En un contexto más amplio, todas las profesiones deben adaptarse a las cambiantes necesidades sociales, y en este sentido, las relaciones interpersonales en las redes sociales son un aspecto crucial que la psicología ya no puede pasar por alto. Con el respaldo de la Tecnología Educativa, estas disciplinas pueden colaborar para crear intervenciones y proporcionar educación emocional adaptada a la era digital, enfrentando así de manera efectiva los desafíos y oportunidades que surgen en las interacciones virtuales.

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