Por Rolando Morales Flores
El pasado 8 de septiembre se llevó a cabo la entrega número 65 de los Premios Ariel. Como parte de una serie de reseñas nos dedicaremos a hablar sobre las películas más galardonadas en esta última edición. Una de las sorpresas de la noche fue la cantidad de premiaciones que se llevó el filme “Huesera”, la primera cinta que realiza Michelle Garza Cervera y que se llevó cuatro premios: efectos especiales, maquillaje, guion original y ópera prima.
“Huesera”, la primera película dirigida por Michelle Garza Cervera, es un drama que incorpora elementos de terror para crear atmosferas aterradoras y efectivas, con el propósito de explorar el estigma social asociado a la depresión perinatal, el miedo a no cumplir las expectativas como madre y la infelicidad que surge al sentirse presionado por seguir las normas y las expectativas impuestas tanto por las instituciones religiosas como por las ideas conservadoras arraigadas en la comunidad.
En México, al igual que en otros países de América Latina, el papel de la maternidad se considera casi sagrado. Sin embargo, esta presión social por alcanzar un estado mítico de perfección y pureza a menudo lleva a muchas mujeres al pánico, ya que deben asumir las responsabilidades de una maternidad que resulta inalcanzable, mientras enfrentan el constante escrutinio y la falta de comprensión de los demás.
La película de Michelle Garza Cervera narra la historia de Valeria, una joven que descubre que está esperando un hijo de su esposo, Raúl. A medida que la alegría de la noticia se expande en la pareja, Valeria empieza a experimentar los meses más llenos de incertidumbre de su vida. Estos van desde la felicidad compartida en su matrimonio, la inseguridad que conlleva el embarazo y los desconcertantes sonidos de sus huesos.
La actriz Natalia Solián, quien interpretó un papel en la película Zapatos Rojos el año pasado, muestra repetidamente su impresionante talento en esta ocasión al asumir un papel principal, consolidándose como una de las nuevas promesas del cine mexicano.
Solián logra transmitir la ansiedad y el miedo de su personaje a través de su cautivante mirada y el sonido de sus nudillos al crujir, un sonido que penetra en el espectador gracias al asombroso diseño sonoro de la película. Mayra Batalla y Mercedes Hernández, por su parte, enriquecen el elenco con dos personajes que desafían las expectativas de los roles de género en la sociedad mexicana y que, al mismo tiempo, ofrecen un rayo de esperanza en medio de la oscuridad.
Huesera fusiona elementos de religión y esoterismo, utilizando diversos aspectos de la cultura mexicana, para crear una de las películas de terror mexicanas más sólidas y fascinantes de los últimos años.
Es un relato alucinante sobre la identidad y la autonomía de las mujeres con elementos sobrenaturales y una buena dosis de momentos sobrecogedores. Además, se distingue por su logro técnico y su estilo distintivo, lo que coloca a Garza Cervera en el mapa de directores novatos y talentosos que vale la pena seguir.
