Por Rolando Morales Flores
Ilustración por Jaime G. Rueda
Dentro del séptimo arte existen diversos reconocimientos para las obras audiovisuales en diversas categorías y/o géneros, los cuales existen en diversos países, así como a nivel internacional. Por supuesto, en México esto no es la excepción.
Los Premios Ariel representan un reconocimiento anual destinado a honrar los logros sobresalientes en la industria cinematográfica de México. Estos galardones son otorgados por la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) con la finalidad de estimular el potencial creativo y el talento de los individuos que contribuyen al cine mexicano, al promover así un aumento en la producción cinematográfica nacional.
Este rico legado se originó durante el auge del cine mexicano, conocido como la Época de Oro, en la década de 1940, precisamente con la creación de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) en 1946. Este acontecimiento tuvo lugar en una época en la que era común la producción de más de 80 películas nacionales, lo que posicionaba a la industria cinematográfica mexicana como líder indiscutible en el séptimo arte en América Latina.
El famoso galardón recibe su nombre de la escultura Ariel, la cual retrata a un hombre a punto de iniciar su vuelo. Esta obra artística fue creada por el renombrado escultor mexicano Ignacio Asúnsolo y en un principio se encontraba en el Paseo de la Reforma, hasta que en 1958 fue trasladada a los Estudios Churubusco.
El premio emblemático del cine mexicano, conocido como el Ariel, encuentra sus raíces en la obra “Ariel” escrita por el uruguayo José Enrique Rodó en 1900. Este libro compila seis ensayos breves que tuvieron un impacto significativo en la juventud de la época y continuaron ejerciendo influencia en las primeras décadas del siglo XX.
Ariel, genio del aire, representa, en el simbolismo de la obra de Shakespeare, la parte noble y alada del espíritu. Ariel es el imperio de la razón y el sentimiento sobre los bajos estímulos de la irracionalidad; es el entusiasmo generoso, el móvil alto y desinteresado en la acción, la espiritualidad de la cultura, la vivacidad y la gracia de la inteligencia; el término ideal a que asciende la selección humana, rectificando en el hombre superior los tenaces vestigios de Calibán, símbolo de sensualidad y de torpeza, con el cincel perseverante de la vida.
Rodó
El Ariel de Rodó promueve el panamericanismo y aboga por la defensa de la libertad, la unidad y la autonomía de la cultura hispanoamericana, contrastando con la ideología utilitaria y pragmática de los Estados Unidos. Destaca la importancia de los valores culturales y espirituales en la sociedad.
El nombre del premio, “Ariel”, se eligió en honor a este libro y representa los ideales de unidad y protección de la cultura latinoamericana en el contexto cinematográfico. La estatuilla del Ariel, diseñada por Ignacio Asúnsolo, retrata a un hombre listo para emprender el vuelo, simbolizando la aspiración artística y la búsqueda de la excelencia en el cine.
La ceremonia del Premio Ariel comprende un total de 25 categorías, cada una de las cuales reconoce la excelencia en distintos ámbitos de la industria del cine. Además, se entrega el prestigioso Ariel de Oro a la película más destacada del año. Asimismo, este galardón se otorga a personas y organizaciones en reconocimiento a sus notables contribuciones y logros en el mundo del cine.
La AMACC otorgó por primera vez los primeros premios Ariel el 17 de mayo de 1947 en un lugar social conocido como El Patio en Ciudad de México. Antes de la medianoche, se premiaron las mejores producciones de 1945, y después de las 12:00 a. m., es decir, el 18 de mayo, se reconoció lo más destacado de 1946.
La película “La Barraca” (1945), dirigida por Roberto Gavaldón, se convirtió en la primera película en ganar el Ariel en las categorías de Mejor Película y Mejor Director. Gracias a esta película, el actor Domingo Soler recibió el premio al Mejor Actor. Por su parte, Dolores del Río fue la primera actriz en ser galardonada en la categoría de Mejor Actriz por su actuación en “Las abandonadas” (1945), dirigida por Emilio Fernández.
En cuanto a los premios para las obras de 1946, “Enamorada”, dirigida por Emilio Fernández, fue la ganadora en las categorías de Mejor Película y Mejor Director. David Silva y María Félix recibieron los premios como Mejor Actor y Mejor Actriz, respectivamente; el primero por la película “Campeón sin corona” y la segunda por “Enamorada”.
Gloria Schoemann y José Revueltas también fueron galardonados con el Ariel por Mejor Edición y Mejor Guión Adaptado, respectivamente.
En el año 1958 ocurrieron cambios políticos y sociales en el país, además, se dio la ruptura entre la asociación de productores y el sindicato, lo cual tuvo como consecuencia la suspensión de la celebración del galardón durante 13 años.
Fue hasta 1972 cuando la ceremonia del Ariel reanudó sus actividades. En esa edición se concedieron tres premios Ariel en la categoría de Mejor Película; El Castillo de la Pureza (1972), Mecánica Nacional (1972) y Reed, México Insurgente (1972) fueron las premiadas.
Los intérpretes que han recibido múltiples veces el galardón por sus actuaciones principales son Damián Alcázar, con cinco premios; Arturo de Córdova y José Carlos Ruiz, con tres estatuillas cada uno. Pedro Armendáriz, Héctor Bonilla, Daniel Giménez Cacho, Ernesto Gómez Cruz y Manuel Ojeda también ostentan dos galardones cada uno.
En un dato interesante: Pedro Infante acumuló siete nominaciones, pero solo obtuvo un triunfo por su destacada actuación en “La vida no vale nada” en 1956.
En el caso de las actrices protagonistas más laureadas destacan Dolores del Río, María Félix, Blanca Guerra y María Rojo, todas ellas con tres estatuillas en su haber. Mientras tanto, Irene Azuela, Marga López, Silvia Pinal, Patricia Reyes Spíndola y Adriana Roel han sido reconocidas con dos premios por sus notables actuaciones.
La edición número 65 de los premios Ariel se llevará a cabo el 9 de septiembre en el Teatro Degollado de Guadalajara, Jalisco. Entre las películas nominadas, destaca Huesera, la ópera prima de la directora Michelle Garza, que lidera la ceremonia con un total de 17 nominaciones, siendo la película más nominada de este año en la lista oficial. Le sigue de cerca “El norte sobre el vacío” de Alejandra Márquez Abella, con 16 nominaciones, luego “BARDO: Falsa crónica de unas cuantas verdades” con 12 nominaciones y “La civil” de Teodora Miha con 9 nominaciones. Estas cuatro películas compiten en la categoría de Mejor Película junto con “La caída de Lucía Puenzo”.
Como consecuencia de este recorrido histórico, el Ariel se ha convertido en un reconocimiento y un estímulo para los valores más destacados del cine mexicano en todas sus categorías, consolidándose como un emblema de calidad y creatividad en la industria cinematográfica nacional.