Trastornos mentales desde la gran pantalla

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Por Fabiola VA

Una forma de socializar los trastornos presentes en la era moderna sin duda es el cine. Es una forma de concientizar a la sociedad sobre estos temas que están ahí pero que constituyen un tabú. Difundir estos trastornos es encontrar alternativas de apoyo que sean prácticas para dar una solución.

El cine tiene la función social de hablar sobre estos temas como un llamado a las instituciones para detectar si sus estrategias para la prevención o tratamiento están funcionando. Aunque algunas veces de forma ficticia y otras demasiado apegadas a la realidad, para los directores y guionistas ha sido un reto creativo representar estos padecimientos ante la cámara, tanto es así que para los actores, al convivir por un tiempo prolongado con su personificación durante el rodaje, es difícil desapegarse y puede afectar su salud mental como lo han afirmado en entrevistas, incluso hay quienes requieren ayuda de un especialista.

No podemos dejar de lado el contexto internacional. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada diez personas presenta un trastorno mental, lo que equivale a 970 millones de personas en el año 2022. Los más presentes son la ansiedad y los trastornos depresivos con un aumento entre el 26% y 28%, visiblemente debido al encierro por la pandemia de COVID-19. Cada vez son más los trastornos que se estudian y cuentan con un tratamiento, así la salud mental pasa a ser del interés de empresas, gobiernos y la sociedad en general, aun cuando falta mucho por hacer.

Empecemos por decir que lo diferente siempre se ha visto “como algo raro” en lugar de verse “como algo auténtico y único”. Normalmente se separa a este perfil de persona o no se quiere aceptar que tiene una conducta distinta. De esto hablaremos con la selección de películas que hicimos en este artículo, y cómo muestran un lado no tan conocido de la sociedad.

En ocasiones los padecimientos no existen hasta no ser exhibidos en una historia de cine, más allá de la fantasía de estas historias, estas pueden ser guías de reconocimiento sobre la conducta de un amigo o familiar.

  1. El Cisne Negro (2010)

La protagonista es una bailarina que muestra al espectador dos facetas de su vida: su lado artístico y creativo por un lado, y por el otro a una joven rebelde con frustraciones y problemas en sus vínculos familiares. La película juega con los personajes del ballet “El lago de los cisnes” donde existen el cisne blanco y el cisne negro, como una metáfora de estas dos identidades psicológicas. Gran parte de la sensación de lo que le pasa a la protagonista es gracias a los planos de la cámara, a los detalles como su reflejo en el espejo y al trato de su madre como si fuera niña.

Ella presenta un Trastorno de Identidad Disociativo, conocido anteriormente como Personalidad Múltiple. Ella puede tener dos personalidades con reacciones distintas en su propio cuerpo, situación que empeora debido a la presión por ser una de las mejores bailarinas en la compañía en la que trabaja, sometida a prácticas exhaustivas y a estrictos regímenes alimenticios.

  1. Yo Soy Sam (2002)

El caso de un padre con ligero retraso mental y pequeños signos de autismo que lucha por la custodia de su hija, de la mano de su abogada. Una película que abrió el debate sobre el grado de deficiencia mental que puede tener una persona y sus capacidades para cuidar y atender a un hijo.

Por otro lado se pueden ver emotivos encuentros de los cinco amigos con deficiencias mentales y psicológicas (trastorno del espectro autista y síndrome Asperger, síndrome de Down, capacidad intelectual limítrofe, trastorno obsesivo-compulsivo). Es una forma de tener conciencia de este sector de la población que existe, pero no había tenido un espacio en la gran pantalla.

  1. Joker (2016)

El eterno enemigo de Batman, con una risa incontrolable y periodos de locura. Joker presenta el trastorno de esquizofrenia pero no de forma genética, como usualmente se presenta en la vida real, sino debido a un contexto social adverso desde la infancia, con problemas económicos, abusos y la obligación de cuidar a su madre enferma.

  1. El lado bueno de las cosas (2012)

En esta ocasión se muestra la historia de una pareja que se encuentra en un momento complejo de sus vidas, al pasar cada quién por ciertos trastornos. Un ejemplo de la importancia de tratar la salud mental en las personas dentro de una comedia romántica que tuvo gran recibimiento por el público.

El problema es que Pat pasa por un momento de paranoia y violencia al descubrir la infidelidad de su esposa, lo que lo lleva a golpear al amante de esta. Una vez finalizada su estancia en un centro de salud mental, logra regresar a su vida y sobrellevar el trastorno de bipolaridad que padece. Con optimismo, vuelve a casa de sus padres después de perderlo todo.

Ahí es cuando conoce a Tiffany, quien le propone recuperar a su esposa mientras que ella se encuentra sobrellevando dificultades psicológicas propias al no superar la muerte de su esposo. Una comedia que muestra el valor de contar con una buena salud mental.

  1. Una mente brillante (2001)

Ganadora de cuatro Óscar de la Academia, es una película que llamó la atención de especialistas en psicología y psiquiatría por tratar el tema de la esquizofrenia paranoica. Muestra cómo el protagonista aprende a vivir con ella y de que todo tiene una solución a diferencia de otros casos que no siempre encuentran una solución favorable.

John Forbes Nash matemático y Premio Nobel en Economía en 1994 vive una dualidad constante entre la realidad y la fantasía debido a su padecimiento, pero con ayuda de especialistas vuelve a dar clases de matemáticas lo que le lleva a tener ese reconocimiento mientras se encontraba lidiando por superar su enfermedad y quizás a veces esa alteración provoca que la mente se desarrolle de una forma que logra crear mentes brillantes, tal como el título de la película.

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