¿Adiós a las religiones? Los jóvenes y sus creencias

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Por: Kenia Hernández
Ilustración: Jaime G. Rueda

Antes de predicar hay que reflexionar: ¿será esta, la era del pensamiento científico, un divorcio entre el futuro y la religión? En la vida moderna, se presume de un alejamiento de los jóvenes de la religión tradicional; una ruptura con la iglesia. Si bien y como menciona el sociólogo Joan Estruch en su titular “Formas modernas de religión”, vivimos en “una época de crisis religiosa: pero crisis en el sentido de que está produciéndose una metamorfosis de la religión, y no en el sentido de su abolición” (Salazar et al., 1994: 266-280) ¿Qué quiere decir esto?

El tránsito de las sociedades tradicionalistas de carácter religioso; atraviesa hoy hasta convertirse en la pluralidad que encabezan sus juventudes en la diversidad de sus sentidos individuales, sus formas de ser y sus creencias dogmáticas. Estas percepciones “lejos de aprenderse y reproducirse globalmente, se autoproducen ahora individualmente bajo un heterodoxo pluralismo moral de carácter laico” (Murillo, 2003), con el resurgimiento -desde el oriente- de nuevos dogmas espirituales, por mencionar algunas: meditación, yoga, esoterismo, terapias del cosmos, teorías paranormales, visiones, ocultismo, divinización, autoayuda, etc.

Es decir, en su vida dogmática, los jóvenes no es que renieguen sobre los cultos religiosos, sino que entregan su fe a una vida espiritual. Si bien, tienden a alejarse de prácticas como los rezos o el ir a misas; son estas mismas generaciones, quienes construyen sus principios apartir de creencias y prácticas como el tarot, la astrología, la meditación, la curación energética o los cristales; que modelan su propia filosofía del cosmos ¿Por qué ocurre esto?

Según una encuesta de este medio, realizada en el mes de noviembre de 2022 a estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, 63 % de los jóvenes universitarios se desprenden de núcleos con creencias religiosas ortodoxas -especialmente católicas y cristianas- con las que no se identifican, pues no representan aquello en lo que creen o lo que son.

Dice Samuel Gil Soldevilla en su estudio de caso publicitario: El empoderamiento de las divinidades femeninas y “la diosa que hay en ti”; que la nueva espiritualidad contemporánea, representa un complejo narcisista de ensimismamiento en búsqueda de un renacimiento espiritual. Una era de paz, felicidad y armonía que intenta alcanzar la iluminación del ser humano.

En otras palabras, a día de hoy la cosmovisión generacional busca en la espiritualidad nuevos sentidos de pertenencia y nuevos propósitos: la capacidad de escoger y elegir -aquí entran en convergencia otros movimientos o grupos como el movimiento LGBT+, el movimiento feminista y las distintas ramas del ecologismo-, sin sentir que se atraviesa por una conversión religiosa total.

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