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Redacción: Dulce Quiroga
Fotografía: Amisaday Ramírez

¿El ser humano es monógamo por naturaleza o por imposición social? ¿Qué hay detrás de la exclusividad amorosa y sexual? 

La monogamia es entendida como el tipo de relación donde dos personas llegan a tener exclusividad tanto amorosa como sexual. En ocasiones, la monogamia sólo se practica con la exclusividad sentimental más no la sexual. 

En México el Código Penal Federal, Artículo 279 prohíbe que una persona se case por segunda vez, sin haber disuelto su primer matrimonio. Este delito es castigado con dos años en prisión o con una multa. Mientras que, en países como Argelia, Egipto, República Centroafricana o Marruecos, entre otros, es legal estar casado con más de una persona a la vez.

Pero, ¿cómo es que surgió la idea? o ¿cuál era su finalidad principal?. En la época primitiva del ser humano, la monogamia no se practicaba; los hijos pertenecían a la madre, y no existía una paternidad como tal. Conforme se dio la evolución de las sociedades, y con ella aumentó la idea de las posesiones materiales, se comenzó a debatir qué hacer para el heredamiento de bienes económicos. 

Es así como en la antigua Grecia surge la idea de la monogamia, sin embargo, ésta difería mucho de como la conocemos hoy en día. En aquel entonces, su propósito principal era asegurar que un padre pudiera heredar sus bienes materiales a los hijos de sangre. 

Originalmente, se establecieron normas que obligaban la fidelidad de la mujer, pero no del hombre, asegurando que los hijos dados por la esposa no fueran producto de una relación extramatrimonial. A raíz de ello, la infidelidad de la esposa era duramente castigada, haciéndolas dignas de repudio social y excluidas de los santuarios. 

Por otro lado, el hombre adúltero de la época merecía comprensión, pues lo único que buscaba era preservar su linaje a como diera lugar. Esta forma de tratar la monogamia y sus repercusiones sociales continuó hasta la Edad Media.

Mientras tanto, ¿en México cómo era la monogamia?  

En la época Prehispánica, las costumbres del matrimonio variaban según la tribu. Por ejemplo, los Chichimecas contaban con normas que protegían a la familia y las propiedades. Allí, el adulterio era castigado con la muerte. Las tribus Otomíes permitían el divorcio si el marido o esposa se encontraba inconformes. Mas, muy a pesar de sus diferencias, estas leyes compartían el motivo original de preservar el linaje del padre.

Es así que, en su mayoría, los miembros de las clases altas podían tener varias mujeres, mientras que a la clase baja se le imponía la práctica de la monogamia, haciendo que muchos recurrieran a la prostitución.

¿Qué es lo que opina la ciencia sobre la monogamia?

Arcadi Navarro, investigadora de biología evolutiva en la Universidad Pompeu Fabra, afirma que la monogamia tiene muchos orígenes que responden, principalmente, a una evolución convergente. 

El psicólogo Raúl Padilla distingue dos tipos de monogamia. La monogamia sexual, que implica la exclusividad sexual, y la monogamia social, que implica convivir sentimentalmente con una sola pareja. Muchas culturas toman ambas formas de la monogamia, y es la forma que más prevalece en la cultura occidental.

Sin embargo, lo que nos trajo la permeación del amor romántico son expectativas. Muchas personas tienen la idea de que la pareja con la que se llega al matrimonio tiene que ser su gran amor, su mayor confidente y, sobre todo, su mejor experiencia sexual. Efectivamente, el amor no es malo, puede llegar a ser una experiencia maravillosa, pero las expectativas que le adjudica la sociedad dañan mucho el concepto de amor y, por lo tanto, el cómo entendemos y esperamos que sea la monogamia.

Lo que sí sabemos es que nuestra sociedad cambia y, como muchos científicos han mencionado, puede que en un futuro los estudios no sean sobre la persistencia de la monogamia, sino del porqué se comenzó a perder la práctica de la monogamia. 

Hoy en día, es interesante preguntarnos si somos capaces de ser fieles sentimental y sexualmente hacia una sola persona. Las respuestas que se puedan encontrar no aseguran que la monogamia en sí o, incluso, el no querer practicar de ella sea bueno o malo. Como muchas otras cosas, es la elección personal de cada individuo.

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