Por Roy Zaldívar
Las nuevas generaciones se enfrentan a retos económicos distintos a los de las anteriores. La precariedad laboral, la poca educación financiera y las crisis económicas que han tenido lugar en lo que va del siglo XXI han provocado condiciones poco favorables para los millennials y la denominada generación Z.
Hablar de cómo sus padres a su edad, a diferencia de ellos, ya tenían un trabajo estable, una casa y un coche se ha vuelto un comentario recurrente e incluso motivo de broma. Sin embargo, esto es una realidad para muchas personas que viven al día en México, pues muchas situaciones ajenas a ellas provocan esta desigualdad económica.
La generación “millennial” está conformada por las personas nacidas entre 1981 y 1996, es decir, tienen entre 40 y 25 años. Son la primera generación que se ha integrado al mundo laboral con el mejor nivel educativo, pero a los que más les cuesta conseguir un empleo estable. Particularmente esta generación fue afectada directamente por la recesión económica de 2008, ya que se graduó e inició en el mercado laboral durante la crisis.
Según datos del INEGI la generación Millennial gana 8,000 pesos en promedio y carga una deuda de 40,000 pesos, alrededor de 5 meses de su sueldo, y hacen lo imposible por continuar con su estilo de vida. Con la crisis de COVID-19 muchos de ellos tuvieron que regresar a casa de sus padres y modificar por completo su estilo de vida.
En cambio, la generación Z o “centennials”, nacieron después de 1996 y hasta 2012, esta es la generación más joven que empieza a entrar a la edad adulta y se caracteriza por promover la diversidad y respetarla esencialmente en la sociedad. Aunque se pronosticaba un futuro distinto para ellos, la actual crisis sanitaria del coronavirus logró afectarlos durante los primeros meses. En marzo del 2020, según una encuesta realizada por Pew Research , la mitad de los mayores centennials, es decir quienes tienen entre 18 y 23, aseguran que ellos o alguien de su hogar habían perdido su trabajo o sufrido recortes salariales debido a la pandemia.
Evidentemente la crisis sanitaria vino a cambiar el futuro para ambas generaciones, tanto a los millennials quienes ya se veían afectados por el rezago laboral, así como los gen Z quiénes estaban iniciando en el mercado laboral o tuvieron que abandonar sus estudios.
Los datos más recientes de la encuesta Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del INEGI muestran cómo el desempleo entre los jóvenes se disparó durante el segundo trimestre del año pese a la recuperación del país posterior a la crisis sanitaria. Entre abril y junio se contabilizaron alrededor de 796 mil jóvenes de entre 15 y 24 años sin trabajo, tres veces más que el año pasado durante el mismo periodo. Así mismo, de acuerdo con la encuesta de las Naciones Unidas, en junio del año pasado, tres de cada 10 jóvenes en el mundo ya no siguieron con sus estudios una vez que cerraron las aulas y comenzaron las clases en línea.
Si bien la generación millennial era constantemente bombardeada con predicciones negativas en torno a su futuro financiero e interrogantes alrededor de sus hábitos de consumo, es indiscutible cómo las condiciones sistémicas los han llevado a tener una economía muy distinta a las de sus padres. Más ahora con la recesión económica causada por el coronavirus, queda claro que no hay punto de comparación entre generaciones con contextos completamente distintos.
Sin embargo no todo está perdido, a pesar de que el futuro parece incierto para estas generaciones, ellas son conscientes de la necesidad de cambio y cómo esto está en sus manos. Según la Encuesta Millenial de Delloitte en México, las generaciones más jóvenes buscan trabajar en compañías que, más allá de cuánto les paguen, compartan sus valores y se sientan capaces de hacer una diferencia dentro de ellas. Sabiendo eso, los líderes de negocios deberán ayudar a los millennials y a la generación Z a alcanzar estos objetivos, al mismo tiempo que les brindan mejores condiciones laborales.