El papel de los medios en la participación ciudadana
Por: Paulina Palomino
“Es imposible hablar de democracia sin que haya medios de comunicación libres y viceversa. Ambas son condiciones para coexistir. Preservar la libertad de expresión debe ser prioridad para la ciudadanía e instituciones”.
Gustavo Meixueiro Nájera, consejero presidente del Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca
Los medios iniciaron con la oralidad, es decir, las noticias corrían de boca en boca. Con la escritura, el antecedente más antiguo son las actas públicas, utilizadas en Roma para informar acontecimientos; se colocaban en tablones de madera y se situaban en los muros de las ciudadelas. Después llegarían los periódicos, los cuales llegaron hasta a América, siendo el primero La Hoja de México en 1541.
En 1960, a través del Tratado Teológico Político, los Países Bajos incluyen el derecho a la libertad de expresión, convirtiéndose en los pioneros de este término. En México, 187 años más tarde, se agregaría en la Constitución de 1857 en los artículos 6 y 7.
La televisión llega a México en 1931. Desde entonces, se ha caracterizado por 3 rasgos principales: una lógica monopólica que limita la pluralidad de discursos; un vínculo de conveniencia con el sistema político; y una serie de contenidos de manufactura nacional, acusados del desvío del interés ciudadano por los verdaderos problemas públicos.
Norma Pareja Sánchez, doctora en Ciencias Políticas y Sociales con orientación en Ciencias de la Comunicación por la UNAM, piensa que históricamente en México, las políticas de comunicación han favorecido a los consorcios mediáticos: al duopolio conformado por Televisa y TV Azteca; permitiéndoles una clara concentración en las distintas ramas de las industrias audiovisuales y su control sobre el mercado de la publicidad.
Incluso la llamada “Ley Televisa”, aprobada por la Cámara de Diputados en 2006, constituía un intento de las televisoras por evitar el acceso de la competencia. Esto denotaba una regulación por parte del estado que permitía mostrarnos información convenida para el gobierno y futuras elecciones. Entre las consecuencias que traía esta ley estaban: la vigencia de concesiones a plazos largos y la preferencia de antiguos concesionarios frente a nuevos en caso de apertura de una licitación; además, no contemplaba la calidad de las programaciones. En 2012, durante la presidencia de Enrique Peña Nieto, esta ley terminó, abriendo una mayor diversidad de televisoras y contenidos televisivos.
De acuerdo a Martín Rodríguez Loredo, periodista y profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, los medios de comunicación son vitales para garantizar la participación ciudadana, sin ellos no habría forma de hacer política. Él afirma que “el papel de los medios recae en la libertad de expresión y en una manera eficaz de ejercerla, lo que se refleja en las líneas editoriales”.
México se encuentra en medio de campañas electorales, y los encargados de resolver preguntas como: ¿Quiénes son los candidatos?, ¿cuáles son sus propuestas?, o ¿qué sucede en mítines, reuniones o ruedas de prensa?, son en buena medida los medios de comunicación. La imagen de varios candidatos es reconocida debido a la propaganda, pero como nos cuenta la periodista Martha Zaragoza, corresponsal de El Financiero San Luis Potosí: “las personas que emiten el voto razonado buscan informarse a través de los medios”.
Es importante que los ciudadanos cuenten con información sobre la política pública, partidos, propuestas, candidatos y candidatas, campañas. Para ello, los medios deben ofrecer un enfoque objetivo. Además, es primordial mantener una línea editorial que les permita definir el lenguaje, temática y forma en la que se abordarán los hechos.
“Donde el medio de comunicación participa, como parte del desarrollo democrático, lo más importante es guardar distancia. El periodismo, precisamente, es tomar cierta distancia de los hechos, porque esa condición permite abordar las noticias desde una perspectiva de observador. Los medios son difusores de la información, un puente entre la sociedad y otros participantes de la sociedad”, comenta Martín Loredo.
El profesionalismo es clave para el fomento de una cultura política y ciudadana. “El medio no solo debe decir que se puede ir a votar, sino por qué se puede votar, qué sucede si no se vota; abordar las distintas aristas, con un lenguaje sencillo, que todos puedan entender” dice Martha Zaragoza. En su experiencia como periodista, un pendiente de los medios de comunicación en México es la conciliación del interés privado con la responsabilidad social de la comunicación: “no existe una independencia de los medios respecto de los poderes políticos, porque los primeros buscan ser un negocio, y si no reditúan lo que deberían, sus dueños les utilizan para beneficiarse de otras formas, esto ocurre sobre todo en medios locales”.
Zaragoza afirma que, a su paso por medios nacionales como El Financiero y Notimex, constató que existe una línea periodística objetiva: “no se escriben notas cargadas hacia ningún lado, la opinión en el caso de El Financiero, se reserva a un cuerpo de columnistas; en NOTIMEX se escribía solo lo que pasaba y las versiones oficiales. Un periodista tiene la obligación de confirmar los hechos”.
Una idea propia se forma a través de las experiencias, la investigación y la mentalidad abierta a nuevos puntos de vista. Lo que los medios ofrecen no solo es información objetiva, sino también diversos puntos de vista de profesionales en favor y en contra de variados temas electorales que permite tener una pluralidad para el razonamiento o criterio personal.