Salud mental, atacada por los efectos de la pandemia
Por: María Fernanda Rojas Vallejo
Aún recuerdo cuando todo comenzó. Estábamos siendo atacados por un enemigo desconocido, invisible y letal. Un virus nombrado COVID-19. Las noticias se parecían cada vez más a una película de terror. A diario se escuchaba el aumento de casos, y peor aún, las muertes que provocaba.
Por un tiempo, creímos que no llegaría a nosotros, pero de repente estaba tan cerca. Ahora atacaba a conocidos, amigos y familiares, entonces comprendimos que no iba a terminar pronto, que esto era solo el inicio de una terrible pesadilla.
La vida cambió, la rutina se vio alterada y hasta pensamos que todo pasaría en un par de semanas, las cuales se terminaron siendo meses. Portar cubrebocas se hizo parte de nuestro outfit diario. Lavar y desinfectarse las manos se convirtió en un hábito. La higiene personal ahora es una obligación. El aislamiento es primordial para evitar la propagación del virus y debido a ello dejamos de salir. Nos encerramos por nuestro bien, con miedo a contagiarnos y enfermar a los que nos rodean, sobre todo a los más vulnerables. Todo esto, sin imaginar el impacto que tendría sobre la salud mental de millones de personas en todo el mundo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud mental es un estado de completo bienestar físico, psicológico y social. Permite que las personas superen el estrés de su vida diaria, a mantenerse sanos físicamente, desarrollar sus capacidades, tener una mejor actitud y mantener relaciones sanas, entre otros beneficios.
La problemática en el área de la salud mental en el mundo ya se arrastraba desde antes de la pandemia. A inicios del 2020, la OMS calculaba que la depresión afectaba a 300 millones de personas en el mundo -siendo las mujeres las más afectadas-, 45 millones trastorno bipolar, 38 millones epilepsia, alrededor de 25 millones esquizofrenia. Además, cada año se suicidan cerca de 800 000 personas, es decir, que cada 40 segundos se suicida una persona en el mundo, siendo este la segunda causa de muerte de personas de entre 15 y 29 años. También dice que para el 2030 la depresión será la segunda causa de disminución de años de vida saludable a escala mundial y la primera en países desarrollados, al parecer, esa fecha se redujo significativamente por la pandemia y sus efectos.
En México, ahora en tiempos de pandemia, se debe priorizar la importancia del cuidado de la salud mental y evitar el aumento en el padecimiento de trastornos que pongan en riesgo la vida de la población. Pero, ¿cómo se puede lograr esto, si del presupuesto federal de salud, solo se destina el 2% a la salud mental cuando la OMS sugiere que sea de entre el 5% y 10%?, ¿y si a esto se le agrega que el 80% del gasto en salud mental se emplea para la operación de los hospitales psiquiátricos y muy poco para detección, prevención y rehabilitación? Es una problemática latente que se refleja en números: el 85% de las personas con algún padecimiento mental no recibe atención, y quienes la reciben tardan desde siete hasta 30 años en obtener un tratamiento. Además, la tasa de suicidios va en aumento, en el 2019, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el 8.6% de las muertes violentas en el país son a causa del suicidio.
El impacto emocional que provocó el aislamiento es alarmante, por una parte, están las crisis económicas y sociales, por otro lado, está el miedo, la incertidumbre y la desinformación. Como resultado, hay un golpe brutal a la salud mental de las personas, que no solo afecta a los adultos, sino también repercute en los más pequeños y jóvenes del hogar. La OMS dice que cerca de la mitad de los trastornos mentales aparecen antes de los 14 años, y junto con la UNICEF manifiestan que 1 de cada 5 niños, niñas y adolescentes es diagnosticado con algún trastorno mental. Alrededor del 15% de los adolescentes de ingresos medios y bajos se han planteado el suicidio.
La pesadilla parece no tener fin, todo continúa siendo muy incierto. No hay que olvidar que el enemigo sigue al ataque y cada vez con más fuerza, pero, sobre todo, no hay que bajar la guardia. No importa quien seas, puede ir por ti, te busca, siente tu miedo, y cuando menos lo imaginas, ataca. La ignorancia es la muerte y debes evitarla a toda costa, esto es real, el enemigo ha matado a millones y lo va a seguir haciendo por un tiempo más. Lo único valioso en esta guerra contra el COVID-19, es que el mantenerse sano física y mentalmente, es fundamental para todas las vidas, porque sin ninguna de estas no hay verdadera salud. Recuerda que, a pesar de la distancia, no estás solo. Ante cualquier indicio de un trastorno mental, lo mejor es acudir con un profesional y buscar la ayuda que mereces.