Por Rolando Morales Flores.
RESEÑA SIN SPOILERS.
La semana pasada se estrenó la esperada película de DC Comics The Flash, y como acérrimos fanáticos del hombre más rápido que existe le echamos un pequeño un vistazo y muy lamentablemente no es lo que esperábamos.
La película está dirigida por Andy Muschietti, con un guion escrito por Christina Hodson, y cuenta con la participación de Ezra Miller en el papel de Barry Allen / Flash, junto a Ron Livingston, Michael Keaton, Kiersey Clemons, Michael Shannon, Antje Traue, Sasha Calle y Ben Affleck. En The Flash, Allen viaja al pasado con el objetivo de evitar el asesinato de su madre, lo que provoca consecuencias indeseadas.
Esta obra marca el final del llamado Universo Extendido de DC iniciado por Man of the Steel, lo que representó un desesperado intento por copiar la exitosa fórmula de Marvel con su universo cinematográfico. Por ello vemos una gran cantidad de personajes miembros de este universo en calidad de despedida para sus personajes, sin embargo, a pesar de este gran compendio, el filme no pierde el enfoque de la historia principal, la cual es seguir a Barry Allen a través de su épica cruzada en la fuerza de velocidad.
No existen grandes proyectos live action del velocista escarlata, el primer referente que nos llega al pensar en él es la serie para CW protagonizada por Grant Gustin, la cual ha terminado su última temporada hace unas semanas, y que marcó un referente en las historias del personaje. Debido a esto los fanáticos, se sentirán inmediatamente en casa con la enorme cantidad de situaciones, personajes y conceptos que el filme rescata para construir su narrativa, desafortunadamente esta sensación no pasa del primer acto.
The Flash toma inspiración de una las historias más famosas de los comics para adaptarla a la gran pantalla, Flashpoint, la cual tiene una premisa prácticamente idéntica, pero más allá del planteamiento inicial, la versión cinematográfica carece del corazón de la historieta al no comprender del todo a sus personajes. Pero más que un problema de adaptación, la película no sabe exponer su trama de forma satisfactoria al menguar en múltiples elementos técnicos.
En primer lugar, muchas de las actuaciones no poseen lo necesario para cargar con el filme por ellos mismos, entre los cuales se encuentra la vacía interpretación de Sasha Calle como Supergirl, y sorprendentemente nuestro protagonista Ezra Miller, al cual ya habíamos visto encarnar al personaje de Barry Allen en otros proyectos, pero este es el primero en que tiene más tiempo en pantalla para desarrollarse. Por muchos momentos, aquella chispa que lo caracterizaba se pierde entre tantas situaciones humorísticas que no logran llegar a nada y que rompen con la línea que se maneja en las escenas.
No podemos obviar uno de los más evidentes problemas de la película, los efectos especiales. Son de los peores que se han visto en el género y en la industria en general, pues lucen incompletos y cada vez que aparecen en pantalla resulta imposible ignorarlos. Esto juega en contra de las ambiciones de la película, ya que por la naturaleza de muchas escenas, se ven arruinadas por la falta de cuidado de este apartado y no existe justificación narrativa para un desliz de tal magnitud.
Como ya hemos mencionado, el filme trae de regreso a una variedad de personajes; sin embargo, por el terrible fracaso de los elementos antes mencionados y el acierto de enfocarse en el protagonista, estas suertes de cameos son muy desaprovechados y cuando, son participaciones más sustanciosas no llegan a nivel para poder ser memorables en ninguno de los aspectos.
El guion, que funge como una suerte de adaptación, se tambalea y explota en situaciones anticlimáticas que dan lugar a momentos predecibles. Además, la película explora conceptos como el multiverso, los cuales ya han sido agotados por otras obras últimamente de mejor manera y en esta no se tiene el cuidado ni la imaginación para exponerlo al espectador.
The Flash se embarca en una ambiciosa misión de presentar una historia digna, pero fracasa estrepitosamente al perderse en demasiadas carencias que por más que intentemos ignorarlas resulta imposible ofrecer una valoración objetiva sin sacar a colación los elementos antes mencionados. Por lo tanto, si eres fanático del velocista escarlata, tal vez encuentres algún elemento lo suficientemente fuerte para soportar la película que ya se encuentra en cines, lo dejamos a tu consideración.
Y recuerda si alguien corre a supervelocidad, merece la pena reseñarlo.