Camino en la defensa por los derechos de la comunidad triqui
Por: Palmira Flores García
Imágenes cortesía de Wikicommons
Ser representante de una comunidad indígena no es una labor sencilla, y menos cuando sé es mujer y sé es joven. La mayor parte de las veces, los representantes indígenas suelen ser personas adultas y del sexo masculino. Esto es así porque responde a cada una de las formas de organización que tenemos como pueblos indígenas de México y es por eso que las mujeres no solemos formar parte de estos procesos.
No solemos ejercer ninguna forma de liderazgo y participación dentro de la misma comunidad. Sin embargo, hay muchos casos en el país que demuestran que esto no es imposible. En la experiencia potosina y con respecto a mi comunidad indígena, es la primera vez que la comunidad triqui (el pueblo al cual yo pertenezco) tiene como representante a una mujer joven.
Al respecto, mi trayecto como representante de la comunidad triqui no ha sido del todo fácil. No siempre se tiene el temple para enfrentar los problemas que surgen al interior de la comunidad, así como la astucia para poder lidiar con la respuesta de las autoridades competentes de atender el sector al cual yo pertenezco: el sector indígena.
Una de las principales labores que tenemos como representantes de una comunidad indígena es resolver los problemas al interior de nuestras comunidades, problemas que abarcan desde asuntos políticos, económicos, médicos, educativos, etc. Gracias a mi formación como maestra en Asuntos Políticos y Políticas Públicas, he encontrado la manera de dar forma y acompañamiento a cada una de las ideas que surgen de los miembros de mi comunidad y, con ello, poder exponer estas inquietudes a las autoridades municipales y estatales en proyectos concretos. Esto ha permitido generar oportunidades desde una visión más integral e intercultural para los miembros de mi comunidad.
En ese sentido, considero que la importancia de mi trabajo se centra en que las instituciones reconozcan la capacidad que tenemos las comunidades indígenas para proponer el rumbo de nuestro propio desarrollo. Creo que no hay mejor forma de diseñar e implementar programas para la población indígena, que desde la opinión de nosotros mismos. Cada día somos más las personas provenientes de este sector que buscamos participar para que nuestra voz sea escuchada.
También es importante mencionar que no sólo desde la vía política o de la administración pública se pueden generar cambios al interior de una comunidad, respecto a los temas que más nos aquejan: el racismo, la discriminación y la pobreza. Otra alternativa es la rama cultural. Desde este espacio, he tenido la oportunidad de generar propuestas que busquen reforzar y salvaguardar la memoria cultural de la comunidad a la cual yo pertenezco; y no sólo de ésta, sino de algunas otras pertenecientes a la región huasteca y media del estado potosino.
La elaboración de cortometrajes de tipo documental, ha sido una de las vías más efectivas para dar a conocer la realidad que se vive como miembro de una comunidad indígena. Haciendo uso de estos recursos, es posible llevar la voz de las comunidades a otros espacios, así como de poder detener un momento de la historia en la vida de los pueblos indígenas, y con ello generar un producto que sirva para la posteridad. Para aquellos que en algún momento tengan el interés de conocer un poco sobre la cosmovisión de los pueblos indígenas de México.
Es muy importante hacer mucho énfasis en la necesidad que existe por parte de las comunidades indígenas de ser reconocidas y, sobre todo, de ser respetadas de manera plena en diferentes ámbitos de la vida pública. Hoy en día, podemos hablar de derechos indígenas, debido a las movilizaciones que ha habido por parte de las comunidades organizadas a través de los años. Es una realidad que estos derechos se han conseguido gracias a la fuerza de las comunidades, y por eso cada día se intenta defender lo alcanzado a través de la permanencia de las lenguas indígenas, tradiciones orales, bordados e indumentaria.
Como mujer indígena y joven, sueño con el día en que la población indígena no tenga que depender de la opinión de otros para saber lo que es mejor para ellos mismos. Deseo con el corazón, que la conciencia de mis hermanos indígenas comprenda la fuerza que existe en cada una de nuestras identidades y manifestaciones culturales. Espero el día en que no necesitemos que alguien externo venga a recordarnos lo que nosotros mismos sabemos hacer y decir, sueño con el día en que al fin podamos vivir en este espacio que nos pertenece, sin la necesidad de exigir respeto y sentirnos ajenos por la falta de sensibilidad, hacia la diversidad que nos caracteriza como pueblos indígenas.
Finalmente, deseo seguir construyendo caminos y alternativas hacia nuestro propio desarrollo. Agradezco profundamente que la comunicación sea una herramienta útil para este camino en el que me encuentro.