Navidad consumista – La culpa la tiene el cine

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Jesús Galarza Puente 

Vuelve la temporada de las luces y los pinos, como cada año, pero esta vez con la diferencia de que el reunirnos con nuestra familia es de nuevo seguro, relativamente; sin embargo, con este regreso de la navidad en la forma en la que la recordábamos es pertinente cuestionar un par de cosas que en la antigua normalidad nunca fueron debatidas.

Comencemos preguntándonos el por qué celebramos la navidad, intentando mirar más allá de las connotaciones religiosas, la forma en la que celebramos las fiestas decembrinas parece ser más una réplica de lo que el cine nos ha enseñado desde Santa Claus de 1898 de los hermanos Lumiere.

Desde el gordo del traje rojo hasta la cena y los regalos, año con año el cine se encarga de recordarnos cómo es que se supone debemos vivir esta fecha y al aprender por imitación, pocas veces nos detenemos a preguntarnos por qué hacemos lo que hacemos en estas fechas.

Además de las inocuas tradiciones mencionadas anteriormente, el cine navideño también nos ha heredado vicios propios del mundo moderno como el consumismo, pues es en estas fechas en las que se tiende a comprar más de lo que podemos pagar.

Pero ¿Qué tanto derecho tenemos a gastar justificándonos por la magia de estas fechas? Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía publicados en 2021, de un 99.5% de hogares con bienes materiales el 56.9% dice estar endeudado.

Desglosemos este porcentaje de personas que dicen estar endeudadas, el 55.4% corresponde a una deuda hipotecaria, el 11.5% a tarjetas de crédito, el 9.3% a vehículos, el 8.4% a créditos personales y el porcentaje restante a “otras deudas”.

Considerando la magnitud del segmento de la población que se encuentra metida en algún tipo de deuda, revisemos ahora algunos de los gastos más comunes de estas fechas, los regalos y la cena de navidad.

Una de las características intrínsecas de la navidad son los regalos, los cuales no aparecen, así como así tal como el cine navideño nos ha enseñado, sino que vienen de las famosas compras navideñas las cuales suelen representar un antónimo del consumo responsable.

Según datos publicados por la revista Merca 2.0, en promedio, los mexicanos compran 5 regalos en los cuales destinan alrededor de 3 mil 45 pesos (no olvidemos que el salario mínimo en México no pasa los 4 mil pesos mensuales).

Pasemos a la protagonista de la noche, la cena navideña, la cual tradicionalmente es preparada en casa, no obstante, según datos de la Procuraduría Federal del Consumidor esta suele costar poco más de mil 300 pesos, esto considerando una cena con guarnición, plato fuerte, bebidas y postre.

Pese a todo lo mencionado anteriormente, vale la pena celebrar una vez más la navidad, pues la vida ya se ha encargado de enseñarnos lo frágil y efímera que puede llegar a ser.

Decir esto no es una invitación a retomar, sin pensar los hábitos que dejamos en la última navidad previa al COVID 19, sino a cuestionarlo, valorarlos y quedarnos con aquellos que aporten más a nuestras vidas de lo que nos quitan y a darle de nuevo protagonismo a los vínculos por encima de las cuestiones materiales.

De cualquier modo, al sopesar el valor de las cosas que tenemos, cualquier precio que se pueda pagar con dinero parecerá pequeño si a cambio podemos reestablecer esos lazos que la pandemia cortó.

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