Por Ángel Humberto Sánchez Hernández
Las teorías de conspiración han existido durante mucho tiempo, pero en la era moderna han alcanzado un nuevo nivel de viralidad gracias a los medios de comunicación y la cultura digital, a continuación, analizaremos cómo las teorías de conspiración son tanto un producto, como un impulsor de la comunicación contemporánea.
1. Teorías de Conspiración como Producto de la Comunicación
Las teorías de conspiración son el resultado de la comunicación humana y cultural, se desarrollan a través de narrativas elaboradas que sugieren que eventos importantes son el resultado de acciones secretas realizadas por poderes ocultos, estas narrativas suelen ofrecer explicaciones simplistas, pero al mismo tiempo complejas.
Los medios de comunicación desempeñan un papel fundamental en la difusión de estas teorías, a menudo, encuentran un hogar en plataformas de medios que permiten la libre expresión sin una supervisión estricta. Las redes sociales, en particular, proporcionan un canal poderoso para la difusión de estas ideas, ya que permiten que las teorías circulen rápidamente entre las diferentes comunidades.
Para tener una idea de qué tanta repercusión puede tener las teorías de conspiración, puede ser el estudio hecho por YouGov en 2019 en Estados Unidos, en donde se entrevisto a un grupo de personas para determinar cuáles eran las teorías más extendidas, y según este estudio, el 47% cree que Lee Harvey Oswald no actuó por cuenta propia en el asesinato de John F. Kennedy, y el 30% cree que los motores de búsqueda discriminan a las conservadores, el 29 % cree que hay un aparato del Estado que trabaja en contra de Donald Trump y sus seguidores.
Estas tres teorías son las que tenían el mayor numero de personas que creían que podían ser ciertas, las demás teorías eran acerca de cómo se esconden aliens en el Área 51, que el atentado del 9/11 fue planeado por Estados Unidos, que el cambio climático es mentira, los illuminatis controlan el mundo, el gobierno utiliza sustancias químicas para controlar a la población, y que el aterrizaje a la luna fue simulado; todas estas teorías tienen en común que provienen de la desinformación de hechos que no han sido confirmados, y que solamente se basan en la especulación.
2. Medios de comunicación y participación del público
Las plataformas digitales y las redes sociales contribuyen significativamente a la viralidad de las teorías de conspiración, ya que, estas plataformas facilitan la conexión entre individuos que comparten creencias similares, creando comunidades en línea donde las teorías pueden prosperar, la participación del público es crucial en este proceso, ya que los usuarios contribuyen activamente a la creación y difusión de contenido conspirativo.
La anonimidad en línea permite que las personas compartan ideas sin temor a represalias, lo que fomenta la propagación de teorías extremas y poco fundamentadas, además, los algoritmos de recomendación de contenido en plataformas como YouTube, Facebook y TikTok, pueden amplificar las teorías de conspiración al dirigir a los usuarios hacia contenido cada vez más extremo y polarizado.
3. Framing y Construcción de la Realidad
Los medios de comunicación desempeñan un papel crucial en la percepción y aceptación de las teorías de conspiración, el framing, o la forma en que se presenta la información, puede influir en cómo se perciben las teorías de conspiración. Los medios que promueven una agenda específica pueden enmarcar ciertos eventos como parte de una conspiración, lo que refuerza las creencias de aquellos que ya son propensos a aceptar teorías conspirativas.
La construcción de la realidad a través de la comunicación también desempeña un papel importante, las personas tienden a buscar información que confirme sus creencias preexistentes, lo que puede llevar a una mayor aceptación de teorías de conspiración, además, la difusión de información errónea y la falta de verificación de hechos pueden contribuir a la aceptación de teorías sin base factual.
Conclusiones
En un mundo cada vez más interconectado y digitalizado, es crucial comprender y abordar la difusión de teorías de conspiración en el contexto de la comunicación contemporánea, la viralidad de estas teorías representa un desafío para la sociedad, ya que pueden socavar la confianza en las instituciones y promover la desinformación.
La educación mediática y el fomento de la alfabetización digital son herramientas clave para abordar este problema, al ayudar a las personas a discernir entre información confiable y teorías infundadas, además, los medios de comunicación y las plataformas digitales tienen la responsabilidad de moderar el contenido y combatir la desinformación para evitar la propagación de teorías perjudiciales.