Por Oswaldo Fiscal
Si en el álbum “Hasta la raíz” (2015) escuchamos historias románticas e inocentes guiadas por el asombro y la curiosidad adolescente, en “De todas las flores” (2022) encontramos un canto al amor propio y a la madurez de darse cuenta de que, para amar a otros, es fundamental reconocerse y amarse a uno mismo, lo que llevó a Natalia Lafourcade a ganar el premio a mejor Álbum Rock o Alternativo Latino en la reciente entrega de los Grammy 2024.
El disco es una mirada íntima, cálida y honesta a la muerte y el renacimiento, a los ciclos de la vida y al porvenir. A través de 12 canciones y una mezcla de un sinfín de sonoridades del mundo entero, Natalia Lafourcade saca a relucir sus emociones más viscerales, como si se tratara de una purga.
La producción del álbum estuvo a cargo de Adán Jodorowsky, y fue grabado en su totalidad en cinta y sin metrónomo, lo que le otorga una sensación de calidez humana inigualable a cada una de las piezas que componen el álbum.
Natalia abre el disco con “Vine solita”, cuya introducción protagonizada por violines lúgubres remite a alguna especie de réquiem para el personaje principal de la historia. El comienzo del disco es el final de una vida para dar paso al renacer.
Después de la tormenta llega la aceptación de la pérdida. Natalia se desahoga con dolor para contar las razones de su pena en “De todas las flores”, una canción que resguarda en sus versos los recuerdos de una relación añorada que tiene como escenario las calles de Madrid.
Los delicados acordes de una guitarra acústica abren “Pasan los días”, un lamento que representa las largas esperas y lo angustioso que es el tiempo tras una ruptura. Porque cuando uno tiene el corazón roto, el transcurso de los días, las horas y los minutos se vuelven eternos.
Por su parte, la naturaleza protagoniza “Llévame viento”. Lafourcade tiene una gran habilidad para combinar el tono de su voz con la fonética de las palabras que elige y la instrumentación del paisaje sonoro es hermosa. Se mezcla con su contexto, con sus músicos, realmente se transforma en viento y se deja llevar.
“El lugar correcto” es aquel en donde las amistades te cobijan y reconfortan. Es agradable leer la canción como una bella reconciliación con la vida y todo lo que tiene para ofrecer. Además, Adan Jodorowsky participa en la interpretación vocal con versos en francés.
El aire de libertad que propone “Pajarito colibrí” es una vía para sanar y echar el vuelo a nuevos horizontes.
Después del dolor, Natalia emprende su vuelo y se encuentra con “María la curandera”, quien le ofrece diversos remedios para el desamor. La canción está basada en un poema de María Sabina, la famosa curandera mazateca del estado de Oaxaca. Desde el eucalipto hasta los rayos de luna, la naturaleza es la cura siempre. La guitarra eléctrica hace su aparición, dándonos un momento de baile y regocijo, casi una experiencia psicodélica.
En “Caminar bonito”, hay un agradecimiento por cada día de vida y una mirada optimista para expresar la alegría por el hogar, que bien se puede encontrar en la familia, las amistades o la pareja.
“Mi manera de querer” es guiada por el amor libre; el recordatorio más bello de que todos somos seres de luz.
“Muerte” vislumbra una atractiva etapa de interpretación poética de Lafourcade. La canción es un homenaje a la vida y en aproximadamente seis minutos coexiste el folclor, la cumbia y el jazz.
Mientras tanto, la playa queda contenida en “Canta la arena”. Aunque al inicio del álbum el agua se presenta como un elemento turbulento y violento en forma de llanto, ahora es presentada como un recurso de renovación, limpieza y nuevos comienzos. La vida inicia ahí en donde hay mar.
“Que te vaya bonito Nicolás” es la despedida definitiva. La muestra de amor más grande es soltar, dejar ir y desear lo mejor siempre para aquellos a quien un día amamos con esmero y sinceridad. Todo al igual que la vida, un día termina.
De todas las flores es un álbum conceptual que cuenta con todo un arco narrativo, una estructura del tipo “viaje del héroe” donde la protagonista pasa por un proceso de evolución, de crecimiento, con personajes bien construidos y un estilo cautivador que roza con lo cinematográfico, teatral y dancístico. Natalia Lafourcade es una narradora innata y junto con Adanowsky y todo su equipo de músicos han logrado crear un disco memorable, que ya ganó un Grammy a Mejor Álbum Rock, Urbano o Alternativo Latino en la gala del domingo, y que podría ya ser considero un clásico de la música tradicional mexicana.