Por Rolando Morales Flores
Sin temor a equivocaciones, el año 2023 nos dejó un gran número de lecciones en diferentes aspectos, pero uno que levantó grandes expectativas y temores, fue el tema de la inteligencia artificial y su increíble crecimiento sin parangón.
En tan solo un año, la percepción de la inteligencia artificial (IA) ha evolucionado drásticamente, al dejar de ser simplemente un término asociado a la ciencia ficción para convertirse en una herramienta ampliamente utilizada por millones de personas. Este cambio ha venido acompañado de advertencias por parte de expertos sobre los riesgos asociados y los primeros esfuerzos para establecer regulaciones a nivel global. Aunque se anticipaba que el metaverso sería el foco en el año 2023, la realidad es que la inteligencia artificial se convirtió en el centro de atención, al desempeñar un papel destacado en la transformación digital de numerosas empresas a nivel global.
El impulso de esta tecnología surgió gracias a la gran aceptación del chatbot ChatGPT, lanzado por OpenAI en noviembre de 2022, el cual atrajo la atención de millones de personas en cuestión de días.
En febrero, se anunció que Microsoft realizaría una inversión significativa de 13,000 millones de dólares en OpenAI, utilizando la tecnología GPT-4 para potenciar su propio chatbot, Bing. La compañía, co-fundada por Bill Gates y Paul Allen, ahora tiene como objetivo implementar esta tecnología como un “asistente” en todos sus programas y aplicaciones.
Simultáneamente, Google reveló su propio chatbot de inteligencia artificial, Bard, y en diciembre presentó Gemini, un modelo de IA más potente que es “multimodal nativo”, lo que implica que puede aprender no solo del texto, sino también de datos que incluyen audio, video e imágenes.
Incluso Mark Zuckerberg, el fundador de Meta, que ha estado liderando la apuesta por el metaverso durante años, se unió a la competencia en el campo de la inteligencia artificial. La matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp, Meta, está respaldando una alianza de inteligencia artificial entre diversas empresas con el objetivo de “avanzar hacia una IA abierta” y gratuita.
Los usuarios pronto notaron que las respuestas de la inteligencia artificial no siempre eran precisas y a veces caían en lo que se denomina “alucinaciones”. Un ejemplo destacado fue el caso de abogados que presentaron un documento repleto de casos inventados por ChatGPT.
Otro desafío para las empresas es justificar que no infringieron derechos de autor al proporcionar información a sus sistemas. Figuras como el novelista George R.R. Martin y la humorista Sarah Silverman presentaron denuncias contra OpenAI y Meta por el supuesto “robo” de sus obras.
Además, se difundieron imágenes generadas por la inteligencia artificial sin ninguna marca de agua, lo que desconcertó a los internautas, como las impactantes imágenes hiperrealistas creadas con el programa Midjourney.
La irrupción de la inteligencia artificial en el ámbito de la música y el entretenimiento fue más impactante que nunca, pero lejos de ser un proceso sencillo. Se generaron numerosas canciones mediante la utilización de la inteligencia artificial, y aunque muchas de ellas parecían ser una especie de broma, algunas se convirtieron en grandes éxitos compartidos en todo México. Un ejemplo de ello es “Mi Primera Chamba” de Eladio Carrión, creada inicialmente con inteligencia artificial y posteriormente interpretada por el propio artista.
Se desarrollaron aplicaciones que replicaban la voz de cantantes o producían música de manera increíblemente accesible. Cualquier persona podía ingresar fácilmente; Google lanzó MusicLM y YouTube presentó DreamTrack.
Hubo casos notorios, como el de Anna Indiana, una cantante generada por inteligencia artificial que utilizó la tecnología para escribir letras, componer música e incluso animar su rostro. En un tono más positivo, se escuchó que Grimes compartió el 50% de sus regalías con quienes utilizaran su voz en nuevas canciones generadas por inteligencia artificial. Asimismo, la última canción de The Beatles empleó el aprendizaje automático para recuperar la voz de John Lennon.
Sin embargo, las cosas se complicaron cuando los hermanos Gallagher criticaron fuertemente a aquellos que recrearon a Oasis con inteligencia artificial. Además, hubo controversias, como la protagonizada por Bad Bunny, quien se vio envuelto en un escándalo después de exigir que se detuviera la viralización en TikTok de una canción que utilizaba su voz. Numerosos músicos, ya fueran famosos o menos conocidos, expresaron sus inquietudes ante la explosión de la inteligencia artificial en el mundo de la música durante 2023.
En 2023, la utilización de la inteligencia artificial en la producción de series y películas generó una considerable controversia, evolucionando incluso hacia un movimiento político durante la huelga de guionistas y actores de Hollywood. Este conflicto tuvo origen en el discutido empleo de imágenes generadas por inteligencia artificial en la introducción de “Secret Invasion” de Marvel, así como en casos notables como la creación de extras mediante CGI para una película de Disney.
Estos incidentes, junto con otros casos polémicos que no estaban directamente relacionados con la tecnología, desencadenaron una extensa huelga en la industria cinematográfica, televisiva y de plataformas de streaming. Guionistas, escritores y actores se manifestaron en las calles exigiendo mejores condiciones laborales.
Tras llegar a una resolución, la inteligencia artificial se convirtió en el epicentro de los debates en 2023. Los guionistas lograron imponer la prohibición del uso de IA por parte de los estudios para la creación de cualquier contenido de entretenimiento, así como la prohibición de reescribir sus trabajos mediante herramientas como ChatGPT.
Al mismo tiempo, aunque no se logró una solución específica y se desconocen los detalles exactos de las herramientas, escritores de todo el mundo protestaron para evitar que se entrenara a modelos de inteligencia artificial con sus obras escritas.
Después de años de indecisión y de no abordar el tema de manera seria, los gobiernos a nivel mundial comenzaron a examinar de cerca la tecnología cuando la inteligencia artificial experimentó un auge en 2023. Aunque les costó trabajo establecer nuevas leyes o regulaciones, la Unión Europea logró avanzar con el AI Act, la primera ley de su tipo que establece un marco para regular la inteligencia artificial según el riesgo que implica.
Este acto es un paso inicial que aún está en discusión, pero esencialmente establece algunos protocolos de seguridad, como la transparencia de los procesos de la inteligencia artificial, la identificación de contenidos generados por IA, el diseño de modelos para evitar la generación de contenido ilegal y la restricción del uso de material con derechos de autor para entrenar dichos procesos.
En Estados Unidos, la Casa Blanca también comenzó a trabajar en una Declaración de Derechos de la Inteligencia Artificial, con el objetivo de eliminar la discriminación de los algoritmos, aumentar la transparencia en los procesos y hacer que la inteligencia artificial sea más clara en sus decisiones en diversos ámbitos, desde recomendaciones musicales hasta aplicaciones bancarias.
En el caso de México, a pesar de la ausencia de nuevas leyes, en 2023 se presentó una iniciativa interesante para la creación del Consejo Mexicano de Ética para la Inteligencia Artificial, cuyo desenlace aún está por determinarse.
La participación fundamental de la inteligencia artificial en la evolución de distintos campos durante el año 2023 se hizo evidente. Subraya que, más allá de la revolución tecnológica, se destaca la relevancia de las narrativas humanas y el impacto positivo en la comunidad, resaltando la importancia de la responsabilidad y la aplicación ética de la tecnología.