Por Fabiola VA
Ilustración Jaime G. Rueda
Es un mito con una pizca de realidad que el cuerpo de un atleta es algo cercano a lo sobrenatural. Ellos logran cosas impensables para una persona promedio, son una máquina perfecta difícil de igualar. Así es el cuerpo humano llevado al máximo de sus capacidades y en este artículo lo analizamos a través de la opinión de un especialista y la selección de atletas de élite que superaron y rompieron todas las metas y récords.
Los cánones de perfección de la Grecia clásica, con relación al cuerpo humano masculino, apuntan al más fuerte y más rápido. Este fue el lema de los Juegos Olímpicos modernos en su primera edición, en 1896, donde el cultivo del físico, la rigurosidad del entrenamiento y la apariencia mortal de un ideal divino, alcanzaban su máximo esplendor en los jóvenes atletas de perfecta anatomía que buscaban la gloria al ser coronados con el laurel de Apolo (esto último en los juegos de la antigüedad).
Hablamos con Guillermo Azcona Romo, médico de gran experiencia en el campo del atletismo de alto rendimiento y el estudio del cuerpo humano. Las inquietudes son muchas, cuando hablamos de la “maquina perfecta”, que también es el sustento de nuestra existencia.
El alto rendimiento se debe primordialmente a dos razones: una puede ser debido a la genética, eso te brinda la facilidad para el deporte y la otra es por la preparación física de forma intensiva. Cuando el deportista llega a esos niveles máximos se debe por qué el entretenimiento y el tiempo fueron los adecuados con el equipo que lo mantiene fuera de cualquier distracción (fiestas, alcohol, mala alimentación), es una mezcla de genética y disciplina.
Así, el ser un atleta de alto rendimiento no es fruto de la causalidad, muchos son los ejemplos que encontramos en la historia del deporte, cada uno con sus respectivas curiosidades:
Michael Jordan
El basquetbolista estadounidense, nombrado el rey de este deporte, tenía una condición atlética privilegiada que le permitió jugar no solo baloncesto, sino también béisbol y fútbol americano. Con una altura de 1.98, fue un tenaz defensor, un excelente anotador y un pasador rápido e imaginativo. Pero aún más llamativa era su extraordinaria habilidad para saltar y las acrobáticas maniobras que utilizaba para esquivar la defensa rival y llegar a la canasta. Parecía capaz de permanecer por unos instantes suspendido en el aire; tal facultad o «don del cielo», nunca mejor dicho le valió el sobrenombre de “Air Jordan”.
Las palabras de su contrincante Larry Bird (jugador de los Celtics de Boston) no podían resumir mejor el increíble partido realizado por Jordan, al comentar: «he visto a Dios disfrazado de jugador de baloncesto».
“Si no hay trabajo de entrenamiento mental en el deportista, por más bueno que sea en su trabajo, este no logrará destacarse. Pueden existir diez atletas preparados físicamente, pero suele destacar el que está más preparado mentalmente”, afirma Guillermo Azcona Romo
Serena Williams
Ahora hablemos de una mujer en el deporte, sin lugar a dudas la mejor tenista que ha existido. En una entrevista del 2020, para la edición británica de noviembre de Vogue, Williams dijo que su hija, Olympia, renovó su aprecio por su cuerpo: «Qué asombroso que mi cuerpo haya podido darme la carrera que he tenido, y estoy realmente agradecida por ello. Ojalá hubiera estado agradecida antes ».
Williams dijo que una mayor visibilidad y representación en los medios la ha ayudado aún más a apreciar su cuerpo. “Cuando era pequeña, lo que se celebraba era diferente. No veía en la televisión personas que se parecieran a mí, que fueran gordas. No había una imagen corporal positiva. Era una época diferente”, dijo la tenista.
Por otro lado, en un artículo de Vogue, en su edición española se comentaba: “La tenista Serena Williams está musculada, es evidente. Al verla golpear la bola uno se hipnotiza por sus movimientos que bien podrían pertenecer a un felino. Su fuerza es mercurial. Es un prodigio de la naturaleza. De ser un alimento sería el chili, de ser una película sería Mad Max, de ser una canción sería For those about to rock de AC/DC. Pero, ¿su masa muscular le hace menos sexy, o lo que nos atañe, menos femenina?”.
Azcona Romo afirma la importancia de la actividad física: “El cuerpo está diseñado para estar en movimiento, el ejercicio trae beneficios, mejora la circulación sanguínea, la masa muscular, y su elasticidad. Además, disminuye el riesgo de lesiones y de derrames cerebrales, e infartos al corazón, por eso es importante su supervisión por especialistas, para que el desgaste no sea fuera de lo normal, para que no tenga un daño en su salud”
Edson Arantes do Nascimento “Pelé”
El llamado “Rey Pele ganó tres Copas del Mundo en 1958, 1962 y 1970, siendo el único jugador con tres trofeos Jules Rimet a su nombre en la historia del soccer. Él es el máximo goleador de todos los tiempos con 1,282 goles en 1,366 partidos. Además, es el jugador más joven en marcar un gol en un mundial.
Pele creó un estilo aún vigente. Todos los títulos los ganó en un contexto muy distinto, más agresivo y con un balón más pesado y duro en campos que no tenían el cuidado que se les da en la actualidad. Era capaz de crear, asistir y anotar en un mismo partido, sin duda gran visionario del juego. Resalta su capacidad de aguantar todas las patadas y faltas de sus rivales, al tener una determinación increíble.
“El trabajo que los atletas realizan dentro de sus entrenamientos mejora la fuerza y elasticidad de sus cuerpos, mejoran la coordinación, el movimiento es más eficiente y todo esto debido a las horas que le dedican al ejercicio” comenta el doctor Guiillermo.
Simon Biles
Tiene un cuerpo musculoso con una estatura de 1.42 m. Cuando Biles da vueltas en el aire, de tal manera que ni el ojo humano es capaz de descifrar lo que pasa, pensamos que es imposible que un ser humano haga algo así. Pero simplemente, Biles tiene a la física de su lado, como mostraron Ciáran McInerney y John Kelley, de la universidad de Sheffield Hallam, en un estudio. Su altura le da una ventaja competitiva muy sencilla: la posibilidad de dar más pasos en el limitado espacio disponible del tapiz.
En ese primer compás, Simone necesita captar toda la energía que pueda, pues es de la que dispondrá durante el vuelo, y eso es mucha. Como ha explicado el beisbolista y físico John Eric Goff, “al correr más rápido y saltar más rápido que la mayoría de gimnastas, tiene una ventaja clara. Puede crear más energía con su carrera, y al saltar tan alto, le da más tiempo a hacer más cosas en el aire que al resto”. Su fuerza compensa su baja estatura.
Guillermo Azcona dice que una buena preparación física prepara al cuerpo para que resista mayores tensiones musculares, que los ligamentos y músculos se hunden más y tiene una mayor resistencia a la lesión.
Michael Phelps
Su participación en los Juegos Olímpicos del 2008 captó la atención del mundo entero.
Phelps tiene un cuerpo privilegiado y cada una de sus partes colabora con sus movimientos. En primer lugar, sus brazos de gran longitud son la excepción a la regla que señala que el ancho que ocupamos con los brazos extendidos debe ser semejante a nuestra altura. El fenómeno de la natación es distinto, ya que mide 196 cm y sus brazos abiertos alcanzan los 208 cm. Esto le ofrece unas palancas perfectas para impulsarse en el agua.
En segundo lugar, sus piernas nos permiten pronosticar una altura de 1.80 metros, pero en realidad su talla es superior y esto se debe a su enorme torso que le ayuda a superar lo que otros nadadores sufren debido a que las piernas desaceleran el arrastre por el agua, explica Steve Parry, ex nadador olímpico británico. Otro aspecto importante es su metabolismo, ya que a pesar de su dieta de 12.000 calorías diarias, Phelps sólo posee un 4% de grasa corporal, lo cual permite maximizar su esfuerzo y alcanzar mayor velocidad.
Pero, según explica la Facultad de Medicina Deportiva de la Universidad de León en España, Phelps tiene la mitad de cargas de ácido láctico del promedio de la gente, y eso le brinda la posibilidad de recuperarse mejor tras el esfuerzo. Esto explicaría su capacidad para saltar de una prueba a otra sin modificar su excepcional desempeño y seguir ganando medallas. Entre otros detalles de su cuerpo, Phelps posee una doble articulación en sus tobillos que le permiten movilizar los pies con gran agilidad, como verdaderas aletas. Por supuesto que en este sentido, su flexibilidad es clave para lograr un desempeño increíble en la natación.