La importancia de visibilizar a la comunidad trans – Entrevista con Giss Valero

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Por Rogelio Vega

En la habitación somos el pecado, en la sociedad somos lo sagrado, la doble moral. 

México es un país mega diverso en muchos ámbitos; especies, trabajos, gastronomía, etnias, y ¿por qué no?, hasta en géneros. Un ejemplo de ello es su población transgénero que, de acuerdo al Dr Jeremy Cruz Islas, psiquiatra en la clínica especializada Condesa, representaba entre el 0.3 o 0.5% de la población. Es decir, entre 360 mil y 600 mil personas trans, una estimación aventurada que solo reconoce personas que han procedido con algún tratamiento hormonal o quirúrgico.

En San Luis Potosí encontramos a Imelda Giselle Valero Vázquez,  quien desde pequeña comienza a sentir disforia de género. Esto le llevó a que, a sus dieciocho años, comenzara a explorar el mundo de las mujeres transexuales después de ver por primera vez a una mujer con estas características.

Giselle, nos  cuenta que de niña, soñaba con estar en certámenes de belleza, como Miss Universo. Entonces, deseaba alcanzar los estándares que ella misma se propuso para evitar ser receptora de de odios sociales, comenzó una automedicación con hormonas que, como primera instancia, la llevaría a feminizar su cuerpo sin saber que, más tarde, desencadenaría en diabetes, hipertensión y triglicéridos.

“En aquellos tiempos no existía toda esta información. A mí solo me interesaba pasar desapercibida como una mujer más, por eso me automedicaba sin saber que lo correcto era acudir con un endocrinólogo”, agregó Giselle.

También existe la opción de someterse a una cirugía estética, un procedimiento quirúrgico realizados por especialistas con la intención de que el paciente pueda mejorar su apariencia a partir de dicha intervención. Actualmente, México está posicionado como el cuarto país a nivel mundial donde se realizan más cirugías de este tipo. Entre estos datos, podríamos contar a nuestra chica quien, a lo largo de su vida, se ha intervenido en numerosas ocasiones y hoy cuenta con cirugías de implante de mama, rinoplastia, cambio de sexo, liposucción, caderas, glúteos, entre otras.

Sin embargo, su sueño de participar en certámenes de belleza se convirtió en algo que parecía imposible, sobre todo después de lo sucedido con la ex Miss Universo Lupita Jones, ahora directora de Miss Universo México, quien en declaraciones transfóbicas se proclamó en contra de la participación de mujeres trans.

Afortunadamente, Giselle encontró otras opciones. Por ejemplo, dentro del marco del concurso Miss Trans Nacional México 2016, Giselle se coronaría campeona, permitiéndole viajar como concursante al certamen de Tailandia, donde se posicionaría en el top 10, poniendo en un lugar muy destacado a nuestro país. 

Pero no todo resulta siempre de la mejor manera en cuestiones sociales y económicas para estas chicas. Según el estudio Identificación de los factores de inserción laboral de las personas trans (Coll-Planas, 2018), las mujeres trans sufren más exclusión laboral que los hombres trans y se ven obligadas, muchas veces, a tomar parte en trabajos muy precarizados y con contratos temporales y parciales. Esto incluye a la prostitución, profesión en la que se desempeñó Giselle al quedar sin marido y estar casi en la ruina. 

Giselle comenzó a laborar a través de diferentes aplicaciones donde encontraría un sinfín de sorpresas. Su lista de clientes incluía a profesores de renombre, sacerdotes – aquellos quienes de día daban un discurso de odio a la transexualidad en las iglesias pero de noche contrataban sus servicios y el de algunas otras compañeras -, políticos famosos quienes le ofrecían hasta 6 mil pesos por pasar dos horas con ella, la obligaban a consumir cocaína y, al final, la amenazaban de muerte a cambio de su silencio. “Todo un mundo de doble moral, donde aquellos que muestran un perfil más recto son los primeros en buscar una relación con una trans para sostener un coito de manera activa y hasta pasiva”.

Según el Centro de Apoyo a las Identidades Trans A.C., asociación que lleva desde el 2007 documentando el asesinato de mujeres trans en México, durante el periodo de junio a agosto de 2018 se contabilizaron 17 muertes. Esto solo por poner algunas referencias numéricas, pues actualmente los números han estado en aumento. Siempre se ha visto esta tendencia de violencia, por eso Giselle temía pararse en las calles a prostituirse, aunque si se le puede observar en algunas ocasiones en Av. Universidad.

“Algo que no puedo olvidar es la vez que me encontraba de gira en Puebla. Un cliente me llamó, algo que era extraño pues normalmente ya solo llegaban a mi hotel y los atendía, pero en fin. Decidí ir y este tipo me golpeó, me robó todo el dinero y me violó, algo que es aberrante, pero que para la sociedad no tiene importancia, pues ya eres puta, ¿qué es una relación más? Algo que creen no puede afectar, creen que por ser lo que somos no tenemos derechos”, argumentó con cara de rabia nuestra entrevistada.

Durante la charla, ella reclamaba que, durante mucho tiempo, no se tenían oportunidades ante la ley. Ahora, gracias a que la Comisión de Derechos Humanos ya ha trabajado de la mano de estos grupos para su protección ante la sociedad, se han obtenido grandes beneficios, como la posibilidad de ya estar registradas como una mujer ante la Ley y hacer este cambio de identidad. 

“Antes de tener una identidad como tal, sufrí mucha discriminación. Incluso en Salamanca fui detenida sin estar trabajando. Ofrecieron soltarme si realizaba sexo oral a los policías, acción a la que no accedí. Ya estando en barandilla, me obligaron a quitarme todo – entiéndase por todo, al maquillaje, extensiones capilares y hasta la ropa – todo esto frente a los demás reclusos y policías, poniendo en vergüenza a mi persona. Fue tanto mi miedo que me hice pipí en ese preciso momento. Al día siguiente tenía una entrevista con Alex Kaffie, en Telehit, y ahí tuve la oportunidad de contar todo. Esto ocasionó un revuelo en los medios de comunicación, tanto que Justino, quien era el presidente municipal, salió a negar que alguien con mis características hubiera estado ahí. Pero yo contaba con un vídeo, y después de este video, vuelve a salir el presidente pero a pedir disculpas, y a ofrecerme un asilo político en Estados Unidos, el cual yo rechazo y decido regresar a San Luis Potosí, a tomar terapias para superar todo eso que fue muy traumante”, seguía narrando Imelda.

Dentro de su familia nunca encontró problemas de aceptación. Claramente, no fue algo que pasará de la noche a la mañana, y sin algún intento de terapia de conversión, pero finalmente fue aceptada y amada por los suyos. Ahora, ella usa de las redes sociales para orientar a estas chicas que inician en este camino, presenta pláticas en la Fiscalía del Estado para la sensibilización de los trabajadores hacia las personas trans; busca una manera de comunicar a la ciudadanía que ser trans es normal y que es una forma de vida a la que hay que adaptarse y respetar.

Recordemos que estamos en el mes del orgullo, pero debería ser toda una vida de reflexión, aceptación y valoración como personas, sin importar preferencias, razas ni ningún otro factor.

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