Galería de egresados – Entrevista a Palmira Flores García

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Por Jaime González Rueda

Palmira Flores, con tan solo 28 años de edad, es la primera representante mujer de la comunidad Triqui de San Luis Potosí, y actualmente la única mujer en todo México. Ella es egresada de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), además cuenta con una maestría en Asuntos Políticos y Políticas Públicas por el Colegio de San Luis. Actualmente funge como coordinadora en el Consejo Indígena del Ayuntamiento de San Luis Potosí.

¿Por qué estudiaste Ciencias de la Comunicación?

Me haces regresar en el tiempo. La UASLP no tenía la carrera de Ciencias Políticas, mi otra opción era Derecho. Hablé con un maestro, quien justamente era comunicólogo, le dije que me gustaba leer, aprender nuevas cosas y que era muy  dinámica. Por mi perfil me aconsejó estudiar Ciencias de la Comunicación, ya que era una carrera  flexible, donde podía explorar áreas como el periodismo, la fotografía y la literatura. Para mí, ingresar a la UASLP, fue un gran logro, porque mis compañeros de la comunidad indígena no suelen llegar a la universidad

¿No hay muchos universitarios entre los miembros de tu comunidad?

En San Luis Potosí hay tres comunidades asentadas, o sea que no son oriundas del estado: la Mixteca baja, la Triqui y la Mazahua, entre las tres solo somos 3 mujeres que estudiamos en la UASLP.  Para mi, estudiar en la universidad es algo muy bonito, porque casi no pasa.

¿Por qué no pasa?

Las escuelas en las que estudiamos los indígenas generalmente no tienen una oferta académica muy buena, yo por ejemplo estudié en una escuela antorchista. Muy pocos llegan a ser profesionistas. Esta situación es por el sistema educativo precario al que nos enfrentamos.

Dentro del sistema educativo hay preparatorias públicas que ofrecen un buen nivel, sobre todo en las manchas urbanas, ¿por qué no van a estas escuelas?

Estas preparatorias también aplican un examen de admisión, el cual tampoco aprueban muchos jóvenes de la comunidad. El problema de la mala calidad educativa viene desde la primaria, además de que en casa no tienes padres que entiendan lo que enseñan tus maestros, por lo tanto no hay forma de reforzar el aprendizaje. Para los padres indígenas, lo visto en clase por sus hijos es suficiente, ya que no hay mucho tiempo, porque ellos, por situaciones económicas precarias, no tienen oportunidad de enseñar, ya que tienen que hacer sus artesanías para subsistir.

Mencionas que tu primera idea era estudiar Ciencias Políticas, lo cual hiciste al ingresar al posgrado. ¿Por qué tenías esta inquietud?

En mi familia siempre hubo liderazgos. Mi padre y tío fueron líderes de la comunidad.  Cuando acompañaba a mi padre en su proceso de diálogo con las instituciones públicas, yo pensaba que estaría padre aprender más allá de lo que mi padre ya conocía en la práctica. 

¿Tu padre estudió?

Él estudió hasta la secundaria en una escuela de monjas. Él siempre me alentaba a estudiar. Mi familia siempre me impulsó a seguir adelante.

¿Es común en tu comunidad inculcar el estudio a los hijos?

No, lo común en mi comunidad es que las mujeres se casen a los 15 años. En el caso de los hombres tampoco se piensa mucho en el estudio, porque lo que te hace sobrevivir en la comunidad es el trabajo. Solo algunos padres piensan en el estudio. A mi papá, el haber estudiado con monjas, mujeres que no eran de la comunidad, le ayudó a comprender la importancia de lo académico. 

Tú te enfrentas a un doble reto, eres indígena y eres mujer. ¿Cómo es el ser líder de tu comunidad bajo estas circunstancias y a tan corta edad?

Mi padre falleció hace dos años. Muchos hombres querían ser representantes de la comunidad. La situación de ser la primera representante mujer es muy particular, de hecho en todos los estados no hay ninguna otra mujer líder. Es difícil porque no es el papel “natural” de la mujer. En otros estados, cuando los hombres representantes te ven , te respetan, porque si tu comunidad te ha nombrado representante, a sus ojos es por algo.

El ser mujer indígena y representante de una comunidad te da mucha visibilidad, pues son pocos casos, como el de Beatriz Pérez, la única diputada triqui en el Congreso de la Unión. En mi caso, cuando se dio el proceso de revocación de mandato del presidente López Obrador  me contactaron  algunas personas, pero al ser un tema político, como representante debes ser consciente que fue la comunidad quien te llevó donde estás y no un partido político.

¿Cómo es la elección de un líder de comunidad?, ¿existen periodos para asumir este cargo?

La única autoridad para decir cuánto puedes estar es la misma comunidad. Nunca sabes si vas a durar 5 o 20 años. Durante la gestión de alguien puede haber crisis internas, pero lo único que te puede remover es una asamblea.

Actualmente tenemos 4 autoridades tradicionales, quienes son una especie de consejo de ancianos. Si hay algún acuerdo con el gobierno son los primeros en ser  consultados.

Al ser hombres mayores, ¿cómo se da el trato con estas autoridades tradicionales? 

Es algo curioso. Me toca ser un “señor chiquito”. No hablas con ellos como hablas con las señoras. Con ellos debo hablar como si fuera un hombre. En mi vida cotidiana yo no uso las groserías, pero al estar con ellos digo cosas como: “estos cabrones nos quieren quitar…” Es un poco forzado, pero así funciona. Yo conozco mi comunidad y como líder te tienes que desdoblar, no puedes ser alguien que llore. 

La lógica del liderazgo en la comunidad triqui es autoritaria. Siempre que llega un representante se sabe que se va a hacer lo que él diga. Yo tuve problemas antes de ser representante, porque muchos pensaban: “esta niña que va saber”, pero al llegar y ejercer el liderazgo todo cambia.

¿Es un sistema muy jerárquico?

Es un sistema basado en demostrar que puedes hacer las cosas.

¿Con tu llegada cambió la lógica de los hombres hacia las mujeres?

Sí, no en el sentido de que los hombres traten distinto a sus mujeres, porque eso es muy complejo, pero sí hubo un cambio porque las mujeres ahora están dónde estoy yo, negociando con las autoridades. En la comunidad hay siempre una sectorización de hombres con hombres y mujeres con mujeres, entonces, al haber una líder mujer, las mujeres son quienes le acompañan.

La implementación de políticas inclusivas es relativamente nueva. Aquí la comunicación forma un papel primordial, ¿no?

Yo le agradezco mucho a la carrera de comunicación dos cosas. Primeramente la parte audiovisual, que me ha ayudado a registrar mis demandas sociales, y la investigación que me permitió entender mi realidad desde un campo académico, con datos duros. Además de comprender la importancia de un discurso bien construido, el cual puede cambiar las cosas. Si tu no sabes conectar con la persona que está frente a ti, ninguna preparación servirá. Hay que pensar que esas herramientas sean funcionales. 

¿Consideras que tu identidad como triqui te llevó a estudiar comunicación?

Sí, porque mi actividad escolar se  vinculó con una preocupación particular, con dar voz a mi comunidad. Por el problema estructural que existe en México, porque el estado no educa de manera incluyente.

Si pudieras modificar el sistema educativo, ¿qué acciones emprenderías?

Dar visibilidad a los pueblos. Solo se habla de la conquista, pero parecen cosas de museo, que ya no están. Por qué no  hablarles a los niños sobre los pueblos indígenas en la actualidad,  hacerles ver que incluso algunos no se reconocen como indígenas porque se burlan de ellos.  Los medios han jugado un papel importante con  personajes como Tizoc y la india María, pero tienden a formar estereotipos negativos que causan estigmas. Se necesitan referentes de admiración.

Hay personas indígenas que no se reconocen como tal por la cuestión de la discriminación y el racismo

No se asumen como tal porque ¿quién quiere vivir discriminado?, ¿quién quiere ser invisible?

Los pueblos indígenas son tratados como referentes turísticos, explotando su imagen con fines de lucro, ¿qué piensas de ello?

Es muy complejo. Empresarios van a una zona indígena y prometen convertirla en un referente turístico, venden al poblador, históricamente olvidado, la posibilidad de ser visible. Pasa el tiempo y la ganancia se la quedan los hoteles, solo se folcloriza. Quienes deben ser los beneficiados de la riqueza son las personas que han cuidado por años el lugar. En Michoacán se han hecho centros ecoturísticos coordinados por indígenas de la región.

¿Cuáles son los mayores obstáculos que has enfrentado como profesionista y representante indígena?

No se debe titubear, porque cuando eres joven la gente cree que no haces lo correcto. La  inseguridad en uno mismo puede ser el mayor obstáculo. 

¿Cuál consideras es tu mayor competencia profesional?

Ser capaz de dar forma a las inquietudes de la gente con la que vivo. Me considero una buena creadora de política pública al ser especialista en el tema, pues vivo la realidad como un actor dentro de mi comunidad, una realidad que quiero cambiar. Soy especialista para poder proponer. Y a nivel humano ser empática.

Ser empático es algo que falta mucho en la sociedad, ¿no?

Yo creo que la empatía puede salvar muchas cosas en la vida. Cuando falleció mi padre, la gente de la comunidad cooperó y se hizo una caja enorme. Lo que puede cambiar una sociedad no son los políticos, sino lo que tienes tú como humano.

¿A quién admiras?

Me atraen las personas que ejercen un liderazgo. Líderes indígenas como el subcomandante Marcos, Lucio Cabañas o Ricardo Flores Magón, quienes se enfrentaron a una realidad y buscaron cambiarla, con un enemigo en común: el Estado. Guadalupe Vázquez, sobreviviente de Acteal, también es un personaje admirable, a raíz del asesinato de su padre, hizo un movimiento pacífico, llamado “Las abejas de Acteal”.  

Como maestros de vida admiro mucho a varios escritores. Si tengo un corazón distinto al de mi familia es gracias a la literatura rusa, Fedor Dostoievski me enseño a ser empático y si lees sus libros comprendes que el  mundo puede ser muy triste y se sufre de diversas formas. 

¿Cuáles son tus planes profesionales  para el futuro? 

Seguir trabajando en la política pública, como vocera de mi comunidad. Luchar por los derechos de participación de los pueblos.

¿Qué recomendarías a quienes hoy estudian Ciencias de la comunicación y que quisieran seguir tus pasos?

Que no se olviden de aquello que les mueve en esta vida. Una vez que tengan claro eso, las herramientas de la carrera les ayudarán a impulsar su causa. 

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