Galería de egresados – Entrevista con Erika Salgado

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Erika Salgado es egresada de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Su carrera como periodista la ha convertido en un referente de la radio en San Luis Potosí. Ha sido galardonada con el Premio Estatal de Periodismo y el Premio Nacional de Locución.

¿Por qué estudiaste Ciencias de la comunicación?

 Lo estudié por añadidura. Desde chiquita era un camino muy lógico para mi. A los 16 empecé en los noticieros. Varias personas me decían que no es necesario estudiar Ciencias de la Comunicación, que estudiara otra cosa, y ya luego podría ser periodista, pero siempre he creído en la profesionalización de esta carrera. 

¿Cuál es tu mayor fortaleza como profesionista?

Que complicado. Soy curiosa de origen, de nacimiento, y eso vale mucho en el periodismo. No me conformo con la información, siempre quiero saber más, es una obsesión. La comunidad me recibe bien porque muestro la misma curiosidad que el público tiene; la búsqueda de respuestas es un compromiso.

Eres un referente en el periodismo de San Luis Potosí. Una empleadora de comunicólogos. ¿Qué no le puede faltar a un comunicólogo?

Profesionalismo y compromiso. Las ciencias sociales se cree que tienen mucho que ver con el talento y poco con la disciplina, cuando es todo lo contrario. Esto es como un matrimonio, porque al principio te enamoras de lo que haces pero con el tiempo, si no hay disciplina todo va en descenso. 

¿En algún momento se puede dejar de ser periodista, o es una profesión que se lleva las 24 horas del día?

Es imposible. Es una profesión muy padre pero a la vez muy demandante. No te puedes desconectar porque tiene que ver con la capacidad de ser crítico y una persona analítica, y estas cualidades las puedes llevar a otras partes de tu vida. Por ejemplo cuando vas al cine no puedes solo ver la película, tiendes a analizarla; a medir escenarios. 

Recuerdo que hace un par de años tenía un 1 día de haber nacido mi hija, estaba en la casa de mi mamá y justo en la zona se suscitaron unos hechos de violencia, un robo de autos donde hubo disparos. Fue tanta la adrenalina que salí a la calle, hice el enlace con el noticiero. Al lugar llegó Enrique Galindo, por aquel entonces secretario de Seguridad Pública; estaba muy extrañado, solo me preguntó: ¿qué hace usted aquí? ¿no acaba de tener un bebé?

Hablabas de que te iniciaste en el periodismo antes de ir a la universidad, de que siempre tuviste claro a qué te querías dedicar pero era necesario profesionalizarte; ¿cuál es la diferencia entre el periodista que se forma en la práctica, en la calle, y aquel que cursa estudios profesionales?

La gente piensa que ser periodista es muy fácil, ya que cualquier persona puede opinar. Ambas partes; la academia y la práctica son fundamentales para la formación de un periodista. Yo compararía esto con la medicina; es como si un médico sólo se prepara en la cuestión teórica sin ver anatomía; sería imposible que operara.

Del lado de la academia obtienes la capacidad de análisis, de síntesis, de narrar los hechos desde una perspectiva amplia. Yo conjunto ambas, la cuestión académica y la preparación que te da la calle; la práctica.

¿Cuál consideras es tu mayor logro profesional hasta hoy?

Es una pregunta difícil. Yo nunca inscribí ninguno de mis trabajos a los concursos de periodismo, eso lo hacía directamente el medio para el que trabajo. He ganado varios premios tanto estatales como nacionales, por ejemplo el Premio Nacional de Locución, sin embargo creo que la mayor satisfacción es que mi trabajo sirva a la gente. Si un día por ejemplo doy el clima y eso ayudó a que la gente se prevenga y no se moje, eso es una satisfacción para mi.

Este año yo le pedí a mi equipo que no inscribieran mis trabajos a ningún concurso de periodismo. Considero que se debe dar oportunidad a los chavos que inician, el que siempre ganen los mismos desincentiva a las nuevas generaciones, porque obvio llevas una ventaja de varios años de experiencia.  

Como mujer, ¿consideras que ha sido más difícil para ti abrirte paso en el ámbito de los medios?

La primera vez que estuve frente a un micrófono tenía 14 años, en Radio Universidad. A los 16 años estaba de asistente de producción en un noticiero. A los 23 años inicié en Global Media. Lo que te puedo decir es que cuando inicié no había prácticamente ninguna mujer en las direcciones de los medios, hoy las cosas son muy distintas. En todo este tiempo aprendí mucho de mis compañeros, de mis jefes, todos ellos hombres. Nunca sentí que hubiera un obstáculo para mi sólo por ser mujer.

La parte que considero desigual no tiene que ver con la vida profesional sino con mis decisiones de vida, sobre todo cuando decidí ser mamá. En mi empresa nunca nadie me dijo que no tuviera hijos, nunca fue un obstáculo. Este escenario desigual tiene que ver más con esta cuestión social, con los roles de género. El periodista nunca entra en el debate de la paternidad. 

Los medios somos un reflejo de la sociedad; una ventana. Cuando me tocó ser directora en un medio solo éramos dos mujeres, Carla Hernández y yo; hoy los medios han cambiado y la sociedad también. 

Vivimos en un país violento, en términos generales, y para el ejercicio del periodismo aún más, ¿has temido por tu integridad?

Sí, por supuesto. Muchos funcionarios que se sienten amenazados con la información que damos a conocer no saben distinguir entre la vida profesional y la privada, esto lleva a intimidaciones y a amedrentar periodistas. Ellos buscan que vivas con miedo, pero no puedes ceder, porque la gente tiene derecho a la información. La primera vez que fui amenazada  no existían los mecanismos de protección a periodistas con los que se cuenta hoy, los cuales aún son muy cuestionados por su eficacia, pero por lo menos ya están ahí, ya existen.

La separación de los medios de comunicación respecto del poder político es fundamental para el ejercicio democrático, ¿consideras que en México esta tarea está aún pendiente?

Hay gobiernos o personajes que piensan que al comprar publicidad se compran líneas editoriales. Algo que me llena mucho como profesionista es que en el medio para el que trabajo, Global Media, se desarrollaron nuevas estrategias y líneas de comercialización que apartan lo que se publica. 

Otra línea de sometimiento es cuando los políticos eran los dueños y señores de algunos medios. Cuando era reportera en el Congreso del Estado, recuerdo que veía compañeros periodistas que salían rápidamente con mucha información, y uno que no se había movido del lugar batallaba más. Esto ha cambiado igualmente con las reformas de transparencia.

Hoy pareciera que cualquiera puede ser periodista. ¿Consideras que las redes sociales se han vuelto una amenaza para el periodismo y la veracidad de la información?

Una pregunta difícil. Cuando llegaron los UBER, nosotros cubrimos la controversia que se dio con los taxistas, los cuales, muy enojados me decían ¿qué sentirías si tuvieras una competencia no regulada por la ley?, mi respuesta fue: esa ya la he tenido desde hace muchos años, con la aparición de redes sociales y cada vez más portales informativos. En San Luis no hay ni un padrón de medios.

A mí esta situación no me parece una amenaza, más bien la veo como una herramienta que permite ir por otro público, por otra generación que está más cerca de estas tecnologías. Si niegas esta herramienta estás perdiendo una oportunidad. Alguien que no es profesional con la información puede vender un click o dos, pero no más, el público tiene criterio y saben cuales son medios formales y cuáles no.

¿A quiénes admiras dentro del periodismo? , ¿quiénes han sido figuras que te han inspirado como profesionista?

A muchos. Me van a tirar por lo que te voy a decir, pero yo de chica veía Televisa, los noticieros estelares y ver a un Jacobo Zabludovsky y a su equipo que tenían una capacidad narrativa impresionante, una capacidad de transportarte al lugar de los hechos. En aquellos años no se podía ingresar a la Cámara de Diputados a realizar transmisiones en vivo, sin embargo, las narraciones que hacían desde afuera te llevaban al lugar.

Luego viene otra generación donde tenemos a Carmen Aristegui, Solórzano y Pedro Ferretiz. Ves casos como el de Erika Vexler como pierde el control de las emociones por estar cerca de los combates, al ser corresponsal de guerra.

En tres palabras ¿qué es el periodismo?

Pasión, vida y responsabilidad

¿Tienes algún género predilecto?

La entrevista por ser un acercamiento a las personas. Es un género en el que puedes encontrar algo que no tenías pensado.  La crónica también, por ser algo inherente al ser humano, desde siempre se ha recurrido a contar historias, desde las cavernas.

¿Cómo visualizas el periodismo en el futuro?

Encaminado a la utilidad, a cuestiones prácticas. Un periodismo que abre conciencias, como en el caso de la pandemia de COVID, que ayuda con información sobre las medidas sanitarias correspondientes. Un periodismo que sirva a la gente. 

¿Hacia dónde vas como profesionista?

No lo sé. Es otra pregunta muy difícil. Esta profesión no es como un obrero que día a día hace lo mismo. Un día hablas de Afganistán, otro de las inundaciones en Veracruz y al día siguiente del puente Pemex.

Me veo haciendo lo mismo pero mucho más. Quiero ir a la simplicidad, ya he abordado mucho a los expertos, me gustaría ir a un periodismo más dirigido al pueblo. Yo iría a un periodismo, como dicen en España, más urbano.

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