Por qué decidiste dedicar tu carrera de comunicóloga a la investigación, ¿cuál es el origen de esta inquietud?
Cuando era universitaria el programa educativo de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación incluía un componente fuerte en el ámbito de investigación, lo cual me parece un acierto, precisamente por su carácter científico. La investigación debe ser la base de todo trabajo de comunicación a través de fundamentos, de los cuales pueden derivar cualquier tipo de producción audiovisual, sonora o literaria. Además, en aquel entonces no había otras opciones en Ciencias Sociales en San Luis Potosí y mucha gente ingresaba a la Facultad con esa inquietud. El perfil de los profesores, la existencia de grupos piloto de investigación, la participación en proyectos nacionales y el CONEICC, fueron algunos factores que me mostraron que se podía hacer un tipo de comunicación desde la base científica.
Tienes una carrera muy prolífica en el rubro de la investigación, eres profesora investigadora de la Universidad de Zaragoza, España. Igualmente, te desempeñas como presidenta del Instituto Interdisciplinaria en Ecología Humana y Sustentabilidad (INTERHES). Has trazado una fuerte carrera principalmente en Europa, tus posgrados han sido allá. ¿Por qué en Europa y no en México?
Todo es parte de una trayectoria. Cuando terminé la licenciatura, mi primer trabajo fue en el Colegio de San Luis, como divulgadora científica. Esta experiencia me gustó mucho porque fue trabajar de cerca con los investigadores y ayudarlos a divulgar sus proyectos de investigación. Me di cuenta de cómo era el proceso de investigación, y decidí buscar un programa de máster en investigación que fuera teórico pero con un componente práctico. Veía que las necesidades del país son muchas, entonces la perspectiva de estudios de desarrollo integró todas mis inquietudes, ya que en este rubro, por ejemplo, se enfatiza la perspectiva de género, que en aquel entonces no estaba todavía tan desarrollado en México. Comencé a buscar programas académicos con este perfil y descubrí que la Escuela de Desarrollo en Universidad East Anglia, Reino Unido, era lo que buscaba. Aplique para una beca CONACYT, que por suerte se me refrendó en el doctorado. Regresé y trabajé un tiempo en México, incluso hice un posdoctorado en la UNAM, aunque lo cierto es que no se concretó ningún puesto de tiempo completo en México, y aquí en Zaragoza se dio esa oportunidad.
Cuando inicias tu búsqueda de un máster, las condiciones eran distintas, las líneas de investigación eran, como refieres poco desarrolladas. ¿Dónde se encuentra México en este rubro?, sobre todo en la proyección de políticas públicas sustentadas en la investigación.
Falta mucho por hacer. Es un gran reto al igual que en muchos países latinoamericanos. Es necesario proyectar la investigación-acción-participación; una investigación de tipo práctico y que permita involucrar a los actores sociales. En un principio yo analizaba los grandes procesos y actores, me canse de ese análisis y decidí enfocarme en un nivel micro. Regresando del doctorado inicie un proyecto en Charcas San Luis Potosí, que consistía precisamente en investigación participativa. La metodología empleada involucra a los actores sociales, que son quienes deciden qué tema y para qué investigar; ese enfoque es fundamental. Dentro de esta experiencia tuvimos la posibilidad de incidir en decisiones públicas, lo cual fue muy satisfactorio, ya que por una parte fue transmitir a la sociedad charquense la importancia de investigar y de colaborar con al universidad, la cual debe ejercer su rol como actor fundamental para el desarrollo social, y sobre todo demostrar que estos procesos sirven para algo, ósea generar información pertinente y útil.
Investigar es un gran reto, ¿no? Vivimos también en una era de información, en sociedades postindustriales, hay mucha información pero muchas veces no mucho conocimiento.
Está creciendo esta situación de noticias e información que no tienen ninguna base ni certeza científica; las llamadas “fake news”. Los procesos de desinformación que intencionalmente se generan para confundir al escucha deben ser combatidos a través de una perspectiva científica. El rol del comunicólogo se basa precisamente en esto, al contrastar fuentes con el fin de dilucidar la realidad, sustentando nuestro trabajo en una base científica.
En tu currículum podemos ver que manejas 3 líneas de investigación: prospectiva y cambio sistémico; tecnología y cambio social; y análisis de políticas para el desarrollo sostenible. Tu trabajo es práctico y aplicable, desarrollas una investigación, das un diagnóstico y la idea es que se aplique para el desarrollo de comunidades, para la mejora de la calidad de vida de las personas. ¿Por qué te decantas por estas líneas?
Los procesos de desarrollo invitan a reflexionar en cómo hemos conseguido ese progreso. Hoy se reflexiona si la industrialización es la única forma o si podemos incorporar otros elementos; que es lo que estamos intentando a partir de los discursos de la sostenibilidad.
Es apasionante demostrar que en países como México podemos combinar un desarrollo social sin acabarnos el medio ambiente, sobre el cual se sustenta nuestra existencia. Mi interés es la investigación aplicada y el ámbito del desarrollo es una línea con gran alcance. Las grandes instituciones a nivel mundial están abordando así la realidad. Actualmente estoy trabajando con la agenda “20-30” y sus objetivos de desarrollo sostenible, que no son más que la apuesta más reciente para integrar diferentes aspectos para el desarrollo sostenible a lo largo de esta década. Otro punto importante es abordar todas la problemáticas desde la investigación interdisciplinaria; hoy cualquier problema que exista debe abordarse como un problema complejo, a través del involucramiento de muchas disciplinas, lo cual considero es un área de oportunidad laboral para los comunicólogos. Sobre todo los problemas sociales que no pueden desvincularse de la base social.
Como consultora e investigadora sé que has trabajado en distintas comunidades a lo largo del mundo; háblanos un poco de tus experiencias en esta materia.
El trabajo de consultoría es una gran satisfacción; es importante decir que si se apuesta por la carrera de investigación aplicada, este es un rubro con gran potencial a nivel laboral. Como consultora he tenido la oportunidad de trabajar en distintas latitudes. Hace un par de años trabajamos un proyecto en República Dominicana, con una comunidad de productores cacaoteros, a fin de que estos pudieran mejorar sus parcelas mediante el desarrollo de técnicas agroecológicas. La parte que me tocó realizar fue un diagnóstico comunitario. Además de los datos de producción se estudiaron otras variables que nadie veía, como eran el número de mujeres involucradas o el número de familias beneficiadas. Hicimos acercamientos individuales, pero también dinámicas de grupo. Corroboramos ese diagnóstico; siempre es necesario ver si la realidad coincide con la percepción comunitaria. La teoría sistémica es la base de mi investigación, entonces conceptos como la retroalimentación, el feedback y la perspectiva del actor dentro del sistema son prioritarios para la mejora del mismo. Es importante dar por sentado que no todos tienen la misma opinión.
Otro caso muy satisfactorio para mi, fue realizado en el Valle de Imlil, en Marruecos. Este consistió en un proyecto de cooperación para el desarrollo. Los habitantes del poblado querían recuperar la historia de su pueblo. Durante unos meses ellos fueron los investigadores, encargados de recopilar y reconstruir la historia local, mediante una serie de capacitaciones que les dimos. El resultado fue un libro impreso en francés y árabe. Fue importante capturar la esencia del pueblo, antes de una gran estigmatización mediática, ya que un tiempo después fue el lugar de un atentado terrorista, donde perdieron la vida dos turistas en un hecho no perpetrado por gente de ahí.
¿Cómo fue la contratación?
Fue a través de INTERHES, el instituto que presido, en colaboración con una entidad pública que requería el estudio. Hago énfasis en que esta también es una salida laboral a considerar para los profesionales que apuesten por este campo.
¿Cuál es tu máxima satisfacción como investigadora?
Cada proyecto genera cosas nuevas. Actualmente trabajo en uno de los laboratorios de investigación rural, y es el resultado de la experiencia de toda mi trayectoria. Se trata de un proyecto de la zona rural de Zaragoza, que hemos podido continuar a pesar de la situación de pandemia.
Hablemos ahora un poco de la realidad de la investigación en México y España. Tu tienes una comparativa de ambas realidades, los recursos que genera un país europeo es mucho mayor que en Latinoamérica, ¿no?
A grandes rasgos hacer investigación en España es más fácil, sin embargo las becas que otorga CONACYT no las he visto en ningún lado, ni siquiera en Europa, las cuales han sido determinantes para muchos, que como yo pudimos realizar estudios de posgrado en universidades de alto rango.
Sin embargo, en México existe un cuello de botella, por el apoyo para realización de posgrados por un lado y la falta de puestos de trabajo en investigación por el otro. Yo por ejemplo no encontré un trabajo de investigación de tiempo completo en México. Yo soy una entre muchos, regresamos con ganas de estar en casa, pero la realidad es que no salen propuestas de trabajo. El sistema carece de mecanismos de retención. Además, el recorte a los fondos de CONACYT es preocupante, ya que la apuesta pública hacia la investigación es fundamental para nuestro desarrollo como nación.
Por otro lado, pienso que, gracias a las nuevas tecnologías podemos seguir en contacto con México, aun desde el extranjero, incluso podemos fungir como vínculos con el exterior. Generamos intercambios y vínculos; aquí en Zaragoza hemos tenido mucha vinculación con investigadores mexicanos. Esa cuestión del aquí y el allá ya no tiene mucho sentido si existe un vínculo de colaboración.
Otra diferencia entre Europa y México es, por ejemplo, que los grupos de investigación concursan para obtener fondos. En Europa se frenan proyectos por falta de recursos, en México hemos demostrado que se puede hacer mucho con poco presupuesto.
Si tuvieras la oportunidad de ingerir o cambiar las políticas públicas en materia de investigación qué es lo más urgente de cambiar
Apostar por la carrera científica desde una etapa primaria es fundamental. Los científicos no se hacen en el doctorado, sino en la formación desde niños. Otra cosa es poner un alto al recorte de fondos a la investigación científica. La investigación debe considerarse fundamental en el impacto de la vida pública. Los países están intentando ampliar su recurso a la ciencia local, lamentablemente no es el caso de México.
¿Qué recomendarías a los estudiantes de Ciencias de la Comunicación que se decantan por la investigación?
Recomendaría a todos, no solo a los que se decantan por la investigación, que todo proceso que realicen tenga un carácter científico. Los periodistas, los desarrolladores de contenido audiovisual deben sustentar sus trabajos en algún tipo de investigación. Ese debe ser nuestro sello de identidad para tener una aportación importante.
A los que sí quieran meterse en investigación es importante formarse, no satisfacerse con lo que te dan, sino ir más allá, que los estudiantes tengan experiencias reales de investigación y que sean proyectos útiles, que sirvan, pero que sean conscientes de que puede afectar la vida de la gente; todo afecta y debemos tener esa idea. La comunicación no es solo hablar, sino que hay procesos. Mi recomendación es buscar temas que les apasionen y se lancen de cabeza.
Para concluir, qué es lo primero que viene a tu mente cuando oyes estas palabras:
Información: Búsqueda
Conocimiento: Fundamental
Investigación: Proceso participativo
Desarrollo: Trayectoria social
Comunicación: Proceso complejo…