Por Rolando Morales Flores.
La nueva película de Christopher Nolan llegó este jueves 20 a la cartelera, y con altas expectativas acudimos a la Cineteca Alameda para contemplar la historia del auge, caída y redención de un hombre que se convirtió en el destructor de mundos, Oppenheimer.
En 1943, por sugerencia del general de división Leslie Groves (interpretado por Matt Damon), Robert Oppenheimer (Cillian Murphy) asumió el cargo de director del Laboratorio de Los Álamos, que servía como sede del Proyecto Manhattan en Nuevo México. Su objetivo principal era llevar a cabo la construcción exitosa de una bomba atómica.
Para crear películas biográficas que sumerjan a la audiencia en la historia, se requiere de sensibilidad y habilidad narrativa, características que Christopher Nolan demuestra con maestría en su esperada película “Oppenheimer”. En esta cinta, somos testigos del dilema enfrentado por uno de los científicos más influyentes en la historia de la humanidad, quien adquirió apodos como “la muerte” y “el destructor de mundos” tras su invención de la bomba atómica.
“Oppenheimer” se presenta como un cautivador viaje a través de la historia, abarcando tanto la vida del científico como el desarrollo de la teoría atómica y el rápido proceso que llevó a la fórmula que permitió una explosión de dimensiones inimaginables, sumiendo al mundo en el pánico, afectando naciones y estableciendo un precedente que mantuvo al planeta en constante riesgo.
La devastadora explosión de la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki adelantó el avance del conocido “reloj del fin del mundo”. La película nos muestra el impacto post detonación y cómo afectó la salud mental de J. Robert Oppenheimer, magistralmente interpretado por el talentoso Cillian Murphy, quien encaja perfectamente en el papel del físico teórico en ese momento crucial de su vida.
A diferencia de una obra de exaltación de los logros de Oppenheimer, la película es en realidad una crítica hacia un mundo que atravesaba uno de sus momentos más oscuros, marcado por conflictos armados y genocidios.
Si nos referimos al elenco de “Oppenheimer”, encontramos actores ya consolidados, algunos incluso con suficiente renombre para protagonizar su propia película biográfica. Entre ellos, destacan Emily Blunt, Rami Malek, Cillian Murphy y Matt Damon. Sin embargo, es innegable que hay un nombre que sobresale, especialmente debido al inesperado giro argumental de la historia: Robert Downey Jr.
Finalmente, podemos afirmar que Robert Downey Jr. ha logrado distanciarse del papel de Tony Stark / Iron Man, el cual interpretó durante muchos años en Marvel Studios. Ahora abre paso a su verdadera faceta como actor de drama, demostrando su completa preparación y asumiendo con maestría el rol de antagonista, sin que su incorporación se sienta forzada.
Ludwig Göransson juega un papel destacado en “Oppenheimer” como compositor de la banda sonora, demostrando su genialidad al aprovechar hábilmente los elementos cinematográficos de las películas para brindarnos una experiencia singular. Es evidente que el estilo de Nolan tiende a desarrollar progresivamente las bandas sonoras. Esto ocurrió previamente con Hans Zimmer y ahora se repite con Göransson, pues los momentos de tensión se extienden de manera cautivadora, generando una cierta desesperación y ansiedad en ocasiones. Asimismo, su música nos conduce lentamente a través de una amplia gama de emociones, desde la empatía hacia el personaje principal hasta el odio hacia él y viceversa. Este enfoque de Nolan ha sido un acierto total.
La estética de Oppenheimer presenta características distintivas, ya que utiliza diferentes tipos de tomas, como las abiertas y cerradas, así como secuencias a color y monocromáticas. Esta elección visual es de gran relevancia para la experiencia del espectador, pues sumerge completamente al público en la narrativa. La película se caracteriza por su enfoque contemplativo, lo que se refleja en la cuidadosa composición de los planos, incluso en las escenas de destrucción.
Es importante destacar que el director Christopher Nolan es conocido por su perfeccionismo, y en Oppenheimer esto es evidente, ya que cada elemento en las tres horas de metraje se encuentra en su lugar adecuado. Incluso, la película logra aprovechar al máximo todos los canales de sonido en la sala de cine, sin llegar a saturarlos, como ocurre en ciertas películas de acción.
Oppenheimer es un espectáculo visual y narrativo como solo Christopher Nolan te puede dar, es cierto que su duración puede resultar exagerada, pero está tan bien armada que no se siente. Además, al ser Oppenheimer una película semi biográfica, el director se deja de simbolismos a modo, en favor de señalamientos más directos.
Recordemos que para muchas personas, Christopher Nolan llegaba a abusar de conceptos y puestas en escena crípticas, que llegaban a caer en lo pseudo filosófico. Aquí todo es más inmediato, sin perder ese ojo crítico e interpretativo, pues cómo ya mencionamos, el director utiliza la película para poner sobre la mesa los límites de la ciencia y la importancia de la política industria armamentista en el desarrollo de esta.
Con una selección de actores de prestigio, combinando escenas en color y blanco y negro, un espectáculo adecuado para proyecciones en formato de gran escala y respaldado por la potente banda sonora de Ludwig Göransson, “Oppenheimer” persigue impresionar a la audiencia. El filme ya se encuentra disponible en las salas de cine y en nuestra querida Cineteca Alameda hasta el 23 de julio en las funciones de las 7: 30 de la tarde.
Y recuerda si algún día pretendes realizar un ensayo nuclear, merece la pena reseñarlo.