
Por Sergio Carrión
En 2020, tres meses desde el comienzo de la nueva década, teníamos ante nosotros una pandemia mundial causada por el “COVID-19”, sumado a varios incidentes y desastres alrededor del globo terráqueo que pusieron a la sociedad en jaque, causando uno de los años más oscuros para la humanidad. Sin embargo y del otro lado de la moneda, surgieron avances significativos en el rubro tecnológico que aligeraba la pesadumbre y problemáticas mundiales.
Las redes sociales se desarrollaron exponencialmente, con videos de corta duración que se popularizaron dentro de la plataforma de Tik-Tok y en otras plataformas, como un método de llamar la atención de los más jóvenes. De igual forma la creación de entornos virtuales surgió como una alternativa avanzada para presentaciones y espacios de conversación en línea. Por último, tenemos una herramienta que actualmente es objeto de controversia: las inteligencias artificiales.
Durante los últimos 3 años, las Inteligencias Artificiales han presentado cambios que han permitido la creación de imágenes, videos e incluso la redacción de textos gracias a aplicaciones como ChatGPT u OpenIA. Sin embargo, esto también ha llevado al dilema moral sobre lo que pueda significar el papel del ser humano dentro de un mundo en donde la tecnología nos rodea completamente. Como si de una película de ciencia ficción como Terminator o Blade Runner se tratase, el constante temor sobre el reemplazo de las personas por algoritmos inteligentes ha despertado un intenso debate sobre la frecuencia de estos programas en la vida diaria y los constantes límites que se le tiene que poner.
En paralelo a esto, las brechas generacionales se han hecho todavía más presentes con esta nueva problemática. Las generaciones de Baby Boomer, Millenials y parte de la generación Z, aún prefieren realizar tareas a la antigua, con herramientas o utensilios como libretas para tomar nota o cámaras fotográficas para la práctica del arte de las fotos. Esto marca una brecha entre lo que se considera como la vida humana por un lado y una vida con IA por el otro.
¿Cuál es la principal diferencia con la realidad que vivimos actualmente? ¿Las IA pueden ser capaces de reemplazar a los humanos? Para resolver estas incógnitas, nos reunimos con el escritor mexicano, Elman Trevizo, con el objetivo de visualizar nuestra nueva realidad mediante una visión profesional.
LA LITERATURA MEXICANA Y SU ESTADO ACTUAL
Elman Trevizo nació en el municipio de Los Mochis, Sinaloa en 1981. Desde los 12 años mostró una gran fascinación por la lectura y la escritura debido a su trabajo como asistente en la biblioteca pública de su ciudad. En su trayectoria profesional ha incursionado en la poesía, el teatro y la escritura de cuentos e historias para niños y jóvenes. Cuenta con una maestría en periodismo y es colaborador en varias revistas y periódicos del país. Ha sido galardonado con el premio de Cuento del Semanario Meridiano 107 de Ciudad Juárez, Chihuahua, en 1998; el Premio de Poesía de la Revista Punto de Partida en 2003; con el primer lugar en los Juegos Florales 2006 de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí; y con el Premio Estatal de la Juventud de Chihuahua 2008.
Es imposible negar la relevancia de la literatura hispana a nivel mundial. Desde la década de 1980, varios jóvenes se han visto influenciados con autores como Jorge Luis Borges, Octavio Paz, Inés Arredondo o Jaime Villarrubia.
Durante finales del siglo pasado y comienzo del nuevo milenio, el campo del idioma español y sus características era de suma importancia para el desarrollo mental y académico de los niños que cursan especialmente la educación primaria, en donde les enseñaban varios tópicos como los sinónimos/antónimos, las sílabas, el uso de los signos ortográficos, las rimas, etc. Aunque cabe aclarar que los cambios generacionales se hicieron presentes dentro de la educación, ya que, mientras los jóvenes de los años 80’s aprendieron con máquinas de escribir, los niños de los 2000 ya experimentaron el uso de computadoras primitivas, hasta llegar a las inteligencias artificiales.
La IA afecta a industrias y al mundo del arte. En el caso del cine tuvimos la huelga de guionistas en Hollywood en 2023, por el rechazo al uso de IA’s, o el repudio por parte del gremio de actores de doblaje mexicanos, quienes el año pasado se alzaron contra programas que pueden imitar diferentes voces humanas. La polémica en torno al uso de inteligencias artificiales en el rubro artístico crece, incluso en San Luis Potosí se generó un rechazo a la exposición en calzada de Guadalupe, de imágenes inspiradas en el arte del pintor colombiano Fernando Botero, pero generadas con inteligencia artificial. Sin embargo, ¿Qué hay de la literatura? ¿Los escritores mexicanos se han visto afectados por esto?
Elman Trevizo afirma que no se ha visto obligado a utilizar programas como ChatGPT, al menos no al 100%. Las pocas ocasiones en las que ha utilizado estos programas inteligentes son más como un apoyo secundario, solo para “barajar ideas creativas”, crear frases, o buscar recomendaciones de obras relacionadas. Sin embargo, Trevizo advierte sobre individuos que se aprovechan del uso de las IA y se hacen pasar por escritores profesionales con el fin de brindar “consejos útiles” para la creación de textos, asunto que recuerda a los llamados “ESCRITORES FANTASMAS”, que son contactos anónimos que abundaban durante gran parte del siglo pasado, a los que les pagaba una buena cantidad de dinero con tal de escribir un libro y hacerlo pasar como de tu propiedad. Tomando en cuenta esto último, en convocatorias y concursos literarios se han tomado medidas estrictas contra el uso de estas herramientas.
Para Elman Trevizo algo es muy seguro, las máquinas pueden ser capaces de redactar y escribir ya que eso es lo fundamental para poder hacer literatura, sin embargo, si existe una cosa que estos programas no son capaces de replicar y lo que los convierte en lo que son, serían las emociones humanas.
DOS MENTES TRABAJADORAS, UNA SOLA VICTORIOSA
Un dicho popular que dice que las mentes mas brillantes siempre piensan igual; en el caso de comparar una mente humana con un programa de IA… NO. Si bien estos programas inteligentes han mostrado una evolución en base a lo que conocen del mundo, lo que está bien y mal, y las experiencias vividas con otros usuarios, lo cierto es que, se ha notado que tienen una mentalidad demasiado limitada y unidimensional con respecto a los miles de millones de conocimientos que adquieren. Elman Trevizo ha visto esto de primera mano al utilizar ChatGPT como herramienta de apoyo, ya que la mayoría de los artistas mexicanos (en este caso escritores), se han caracterizado por arriesgarse al tocar e indagar en temas fuertes y delicados con tal de generar conciencia en los lectores e incluso de brindar algo importante para decir. “El caso con las IA es que son programas que se van muy a la segura; tienen una vista bastante limitada de lo que han experimentado y su moral se basa únicamente en lo que la sociedad siempre ha considerado como correcto e incorrecto”, afirma Trevizo.
Para Elman Trevizo, es imposible que la IA pueda entender la condición humana. Es muy difícil que entienda que es necesario salirse de lo convencional y lo seguro, de mostrar las “capas” que tienen los personas y de mostrar lo complejo que puede llegar a ser el ser humano. Nosotros no nos regimos por un solo pensamiento, la mente humana puede interpretar el mundo de distintas formas, de hacer ver lo imperfectos que podemos ser, de tener algo que decir aún a pesar de que otros individuos no puedan estar de acuerdo, tener la capacidad de arriesgar y dejar ver lo que a simple vista es invisible al ojo humano. Esto es lo que hace especial a la literatura mexicana; los acontecimientos vividos en el país siempre han sido temas de conversación con el pasar de los años y resuena bastante en la psique de los mexicanos, tenemos la necesidad de comunicar y denunciar todos los problemas sociales y políticos que hemos tenido que vivir y de también brindar distintos puntos de vista con tal de tener un panorama más psicológico.
También y en base a lo anteriormente mencionado en relación con los “ESCRITORES FANTASMA”, la IA ha podido encontrar a su público en específico. Si bien la tecnología ha logrado que ciertos aspectos de la vida diaria fueran más sencillos, también ha logrado que sea utilizada por gente que solo busca reconocimiento fácil en base a las tendencias y aspectos que se pueden considerar como superficiales. La popularidad y búsqueda de atención es lo que se impone ante la creatividad y el talento puro, cosa que ha llevado a una notable saturación de contenidos en redes sociales e incluso, llevar a la creación de productos audiovisuales hechos completamente de IA. Sin embargo, la literatura mexicana no busca reconocimiento rápido; la redacción se realiza a su debido tiempo, las ideas van tomando forma conforme se tengan avances y la fuerza de su nombre se obtiene mediante un grupo dispuestos a valorar y repartir tu trabajo.
Otra cosa para aclarar es el cómo se han impuesto estos programas dentro de esas mismas tendencias. Ya que, al momento de escribir este reportaje, se ha puesto de moda la creación de imágenes que imitan el estilo de las películas del estudio Giblhi para recrear todo tipo de escenarios y situaciones. Cosa que en la superficie no puede tener nada de malo, pero que por dentro es una traición al arte que tanto se ha intentado preservar y valorar y que solo refuerza el hecho de que las personas ahora buscan reconocimiento fácil y autoproclamarse artistas aun sabiendo que no son ellos los creadores.
UN POTENCIAL INIGUALABLE
“Todavía recuerdo haber visto algo que me impresionó por completo, una cosa que tiene su respectivo tiempo exhibiéndose y que, al pasar a su lado, simplemente me maravilló. Camino a la carretera 57 en las paredes de afuera de un almacén, se encuentra pintado un grafiti que muestra todo un collage de imágenes pintadas y ordenadas de tal forma que parecieran un tipo de pintura que se exhibe en un museo. Lo interesante aquí era que ocupaba TODA la pared y tomando en cuenta de que era un almacén grande, parecía increíble lo bien realizado que estaba. Esto me llevó a pensar ¿Esto fue obra de una mano humana? Porque si es de esta forma, entonces que maravilloso puede ser el ser humano”, afirma Trevizo.
Nuestra propia historia, nuestras decisiones, nuestros descubrimientos, nuestros ideales, todo lo que hemos sido capaces de hacer hasta ahora es por nosotros. Fuimos nosotros los que creamos estos programas hace mucho tiempo con SIRI o ALEXA, no aparecieron así nomás, siempre se trató de la humanidad. Nosotros creamos, imaginamos, soñamos; la IA no es capaz de avanzar sin los seres humanos.
Puede que la tecnología haya abierto nuevos límites y posibilidades, pero la mente humana es única. Nos llena de capacidad y nos impulsa a descubrir. El arte y la ciencia son prueba de ellos y las mentes más brillantes son las que nos impulsan a ser mejores.