La lucha continúa: un espacio de sororidad y reflexión, picnic 8M en la FCC

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Por Michelle Zapata

Como parte del marco del 8M en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UASLP el pasado jueves 13 de marzo se llevó a cabo un picnic para alumnas de la institución organizado por las colaboradoras del medio Juega como niña, esto con el fin de generar un espacio ameno donde las participantes expresaran el impacto que otras mujeres han tenido en su vida así como promover la concientización de las dificultades a las cuales se enfrentan en la sociedad por el hecho de ser mujeres.

La dinámica se desarrolló a partir de cuestionamientos que incitaban a las alumnas y a las organizadoras a participar, evidenciando en sus respuestas una constante lucha generacional contra valores, costumbres y problemáticas que han limitado a abuelas, madres, hermanas, amigas y a ellas mismas.

Reconocer a las mujeres que las han inspirado o motivado fue el primer planteamiento mediante el cual se pudo percibir cómo para la mayoría la figura materna es una constante ejemplificación de empoderamiento y resiliencia, “mi mamá y mi abuela son un ejemplo contra el machismo” compartió una alumna ya que a medida que crecía se iba percatando cómo ambas figuras se utilizaban como ejemplo para que ella siguiera las metas que se proponían y no se detuviera por los supuestos principios de lo que una mujer debe ser.

Las amistades entre mujeres e incluso el apoyo brindado por mujeres desconocidas fueron una constante en las respuestas hacia preguntas como ¿Quiénes te han acompañado en momentos vulnerables? Y ¿Quiénes celebran tus logros? pues las ahí presentes relataron cómo el círculo de apoyo a veces más cercano es aquel en donde se encuentran sus amigas brindándoles consejos y alivio, pero también el apoyo brindado entre desconocidas o mujeres a quienes no se suele frecuentar demuestra cómo todas viven una realidad que, de alguna u otra manera, juega en su contra.

Los estereotipos por romper para ayudarnos entre todas

No podemos salirnos del cuadro en el que nos han encasillado” comentó una alumna para enfatizar la incongruencia de los principios, actitudes y valores que se les ha otorgado a las mujeres como el llorar, acción relacionada íntimamente con lo femenino pero que, a pesar de ello, a la vez se toma como una exageración.

Para la sociedad las mujeres son emocionales, está normalizado verlas llorar, pero, a la vez, la expresión de sus emociones está limitada a una expectativa. Pueden llorar, pero no demasiado. Inclusive el enojo en ellas es considerado por la sociedad también como una exageración o una supuesta consecuencia de “estar en sus días”.

La supuesta “energía femenina y masculina”, tema viralizado actualmente en redes sociales como en la plataforma de TikTok no es más que un discurso disfrazado de espiritualidad y supuesta modernidad ya que sólo propaga los estereotipos de género contra los cuales se ha luchado para erradicarlos. “¡Estoy cansadísima!” exclamó otra alumna tras el largo listado y comentarios que se realizaron en torno a esos factores, prejuicios y estereotipos que no hicieron más que recordar la dificultad de su día a día.

Para finalizar la última pregunta fue dirigida a un ámbito completamente íntimo y personal ¿Por qué nos admiramos? Esto con el fin de que tanto organizadoras como alumnas escribieran para sí mismas el reconocimiento de su propia individualidad la cual ejemplifica una manera única de abrirse paso en una constante lucha.

“Tal vez no tengamos que ser amigas, pero podemos ser aliadas” Wendy Jiménez, periodista de Juega como Niña.

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