Por Sarai Tapia
La inteligencia artificial (IA) ha revolucionado diversas industrias, y la comunicación no ha sido la excepción. Su implementación ha transformado tanto la creación de contenidos como el análisis de datos, generando una amplia discusión sobre si la IA representa una amenaza para los profesionales o si, por el contrario, es una herramienta que potencia sus habilidades.
Este artículo explora las perspectivas del Lic. Emilio Palomino, director de operaciones de Sutilmind, una compañía que trabaja con las diferentes IA’s utilizándolas como herramienta, y Ángel Olvera, estudiante de comunicación que también a trabajado con la IA, abordando sus impactos en el campo de la comunicación.
La IA como herramienta en comunicación
El uso de la IA ha permitido a comunicadores automatizar tareas rutinarias y enfocarse en aspectos más estratégicos. Según el Lic. Palomino, la IA es particularmente útil en la creación de contenido y el análisis de datos. Las herramientas automatizan tareas como la redacción, generación de videos y grabación de audios, ofreciendo eficiencia en la producción de contenido de alta calidad, aunque, como menciona, estos pueden carecer de “vida” comparado con el trabajo humano.
Para los comunicólogos que utilizan IA, la capacidad de ahorrar tiempo es fundamental. Ángel relató cómo la IA le ayuda en tareas que antes eran tediosas, como el análisis de datos y la revisión de textos. Esto le permite concentrarse en actividades más creativas y estratégicas, logrando así mayor productividad.
Competencia o complemento: el debate
La IA también genera debates sobre su rol en el trabajo humano. Algunos expertos consideran que la IA es tanto una amenaza como una herramienta. Aunque puede desplazar tareas tradicionales, es una oportunidad para que los comunicadores se adapten y adquieran nuevas habilidades. Palomino señaló que la IA ha desafiado la forma en que se enseña la comunicación, revelando debilidades en la formación actual. Sin embargo, considera que los comunicólogos que saben especializarse en áreas como redes sociales, edición de video, o análisis de datos seguirán siendo competitivos.
En cuanto a Ángel, siente que la IA ha sustituido parte de su trabajo, pero ve esto como positivo, ya que le permite enfocarse en tareas más significativas, como el análisis discursivo en campañas de marketing. La IA no es vista como una amenaza, sino como una aliada que libera tiempo para tareas creativas.
Creatividad y autoría: ¿en riesgo?
Uno de los puntos más discutidos es cómo afecta la IA a la creatividad y la autoría. El Lic. Palomino menciona, si bien la IA puede ayudar a refinar y mejorar las ideas, existe el riesgo de que los comunicadores pierdan el “misterio y ambigüedad” necesarios para la creatividad si dependen demasiado de estas herramientas. La diferencia entre ser un creador y un editor es clave, y quienes opten por usar la IA solo para editar pueden limitar su creatividad.
Y Ángel compartió una experiencia similar, señalando que, aunque la IA le permite generar contenido con rapidez, prefiere no depender de ella para tareas creativas, ya que siente que el resultado carece de “alma”. Esto refuerza la idea de que, aunque la IA puede ser una herramienta eficiente, no sustituye completamente la creatividad humana.
Desafíos éticos
El uso de IA en la comunicación también plantea importantes desafíos éticos. En la entrevista con el Lic. Palomino señaló problemas relacionados con la autoría y la desinformación, además del impacto ambiental de las tecnologías basadas en IA. Las herramientas actuales permiten manipular imágenes y videos, lo que podría afectar la reputación de individuos o empresas si se usan de forma malintencionada. La falta de acceso a la IA también puede ampliar la brecha digital, generando desigualdades entre quienes pueden aprovechar estas tecnologías y quienes no.
Conclusión
La IA, en lugar de ser una simple competencia, puede actuar como un complemento que mejora las capacidades humanas en el campo de la comunicación. Su impacto depende de cómo los comunicadores la integren en sus procesos, adaptándose a sus limitaciones y posibilidades. Las herramientas de IA liberan tiempo y permiten concentrarse en tareas más estratégicas, pero la creatividad y el juicio humano siguen siendo insustituibles. Como señala el licenciado, la clave está en especializarse y aprender a usar la IA como una aliada, no como un reemplazo.