Por Sarai Tapia
En el marco del Séptimo Festival de Cine de la UASLP, la directora Ishtar Yasin Gutiérrez compartió sus reflexiones sobre su vida, formación y el proceso creativo detrás de su película Dos Fridas. En lo que fue la última charla del festival, Yasin ofreció una mirada íntima a su carrera, marcada por una mezcla de influencias culturales y cinematográficas que han dado forma a su estilo único de contar historias.
Nacida en Moscú de padre iraquí y madre chilena, Yasín Gutiérrez creció en una familia de exiliados que se conoció en la Unión Soviética. En sus palabras, su camino hacia el cine comenzó desde una perspectiva profunda y personal: “El cine lo descubrí primero viendo películas”, comentó durante la charla. La directora explicó cómo su decisión inicial de estudiar actuación en el Instituto de Cine de Moscú estuvo motivada por su deseo de aprender a dirigir actores, lo que, en una época sin cine digital, consideraba fundamental para poder contar historias de manera auténtica.
En Dos Fridas, Yasin Gutiérrez explora los últimos años de vida de la pintora mexicana Frida Kahlo a través de la mirada de Judith Ferreto, la enfermera costarricense que la cuidó durante ese periodo. La directora explicó que su conexión con Kahlo comenzó cuando, antes de partir a Moscú, su abuela le trajo una reproducción de la obra La venadita herida. “Esa imagen me impactó profundamente”, recordó. Ella explicó que el cuadro la acompañó durante toda su estancia en Moscú, convirtiéndose en una fuente constante de inspiración. “Era como si Frida siempre estuviera allí conmigo”, confesó.
Durante la charla, también se discutió la formación cinematográfica de Yasín en la Unión Soviética, donde estudió en el prestigioso Instituto de Cine de Moscú. Bajo la guía de maestros como Alexei Vladimir Batalov, Yasín tuvo la oportunidad de nutrirse de un entorno que le permitió ver películas diariamente y desarrollar su pasión por el cine. “El cine es un arte, una expresión, y cada autor debe encontrar su propia voz y lenguaje”, afirmó.
La conversación abordó además cómo la disolución de la Unión Soviética en 1991 influyó en la vida de la cineasta. Yasín recordó esa transición con detalles fascinantes, describiendo el contraste entre el socialismo y el auge del capitalismo en Rusia, simbolizado por la apertura del primer McDonald’s en Moscú. “Fue una época muy interesante y enriquecedora”, reflexionó, y añadió que le encantaría realizar una película sobre ese momento histórico.
Al hablar sobre Dos Fridas, la cineasta destacó su interés en narrar la vida de Frida Kahlo desde una perspectiva diferente. En lugar de centrarse en la propia Frida, decidió explorar la historia a través de Judith, su enfermera, quien fue poseída por la imagen de la pintora en un proceso casi místico. Yasín explicó que su enfoque no buscaba imitar ni recrear la vida de Kahlo, sino más bien interpretarla a través de los recuerdos y la admiración que Judith sentía por la artista. “Quería contar la historia de Frida a través de quien la cuidó, de una manera que no fuera una mera imitación del pasado”, explicó.
La directora también habló sobre los desafíos que enfrentó durante la producción de la película. Con un presupuesto limitado, Yasin tuvo que recurrir a soluciones creativas para transmitir la historia. “Cuando no tienes todos los medios, necesitas recurrir a tu imaginación para solucionar problemas y buscar nuevas formas de contar la historia”, afirmó.
Finalmente, la charla cerró con una reflexión sobre el cine como forma de resistencia cultural. Yasin Gutiérrez expresó su preocupación por el dominio del cine industrial, que a menudo eclipsa las voces de autores que buscan expresar su visión única. “Somos parte de una resistencia cultural que todavía cree en un cine donde puedes reconocer al cineasta por su lenguaje y estilo propio”, concluyó.
La intervención de Ishtar Yasin Gutiérrez en el Séptimo Festival de Cine de la UASLP dejó una profunda impresión en el público, quienes tuvieron la oportunidad de conocer de cerca de una cineasta que, a lo largo de su carrera, ha sabido combinar su herencia multicultural con su pasión por el cine, creando obras que exploran la identidad, el arte y la memoria.
La charla fue un cierre ideal para el festival, una muestra del poder del cine para cuestionar, inspirar y conectar a las personas a través de las historias.