Por Sergio Carrión
¿Alguna vez te has sentido atrapado? ¿Alguna vez has sentido como todo a tu alrededor se desmorona poco a poco? ¿Has sido víctima de la desconfianza, ansiedad, temor o algún otro sentimiento fuerte que afecte demasiado tu mente? Si hay una cosa que aprendemos cuando crecemos no solo físicamente, sino también psicológicamente, es que la vida no es color de rosa. La realidad es bastante dura e impredecible, no sabemos con exactitud que obstáculos se van a presentar, y en el peor de los casos, nos aplastan como si fuéramos insectos, tiran nuestra moral por los suelos y provocan que nuestras mentes se nublen con reflexiones y conclusiones dañinas que afectan nuestra visión y nos atrapa en versiones distorsionadas de lo que conocemos.
Si hay un año en específico que se caracterizó por mostrar lo antes mencionado, fue el infame 2020. Los habitantes del mundo fueron obligados a quedar encerados dentro de sus hogares por culpa de un virus mortal que solo tenía meses de haber sido descubierto, pero que solo fue el principio de una serie de desafortunados sucesos que hacían parecer que realmente estábamos ante el apocalipsis. Lo suficientemente caótico como para volver loco a cualquiera.
El pasado jueves, durante el marco del 7° Festival de Cine de la UASLP dentro del auditorio principal del Centro Cultural Universitario Bicentenario, se llevó a cabo la proyección de la película “CELESTE SOLEDAD”, el debut como director del cineasta mexicano, Alex Argüelles. Una película que retrata lo difícil que es pasar por el fallecimiento de alguien querido, pero que también, muestra las consecuencias de volvernos víctimas de nuestras propias mentes.
UN LEVE DESCENSO A LA LOCURA
La película nos narra la historia de dos hermanas: Celeste y Soledad. Soledad es la hija ejemplar de la familia; es responsable, educada, siempre al pendiente y todos los días se esfuerza para exprimir su potencial como artista. Del otro lado se encuentra Celeste, que, a diferencia de su hermana, es despreocupada, confiada y cuya vida deja a la deriva. Ambas son polos opuestos y sus actitudes contrastan y chocan una con otra.
Sus vidas cambian completamente cuando sus padres en un viaje de vacaciones fallecen inesperadamente en medio de un tiroteo. Por lo que ahora, las hermanas tendrán que valerse por su cuenta y tratar de mantenerse unidas, por más diferentes que sean.
Estrenada originalmente el 16 de junio del 2022 durante el 37° Festival Internacional de Cine de Guadalajara, y con un presupuesto de 5 millones de pesos contando con el apoyo de IMCINE (Instituto Mexicano de Cinematografía), Alex Argüelles nos entrega una historia que no teme para nada mostrar una realidad que desconocemos, sino que también toma bastantes riesgos para contar una impactante historia.
Partamos por la base principal de la película: La salud mental. La idea que Alex Argüelles plasmó dentro de la película es mostrar la realidad detrás de las personas con problemas mentales, ya que, en sus propias palabras, el cine convencional tiene la costumbre de presentar a la gente psicótica o trastornada como los villanos, los malvados o gente que representa un peligro para la sociedad; cuando en realidad son personas normales y vulnerables que solo necesitan ayuda. Son víctimas de las circunstancias que son dominadas principalmente por el miedo o la ansiedad y que se les dificulta seguir con el rumbo de sus vidas. Todo esto basándose en experiencias personales suyas, de amigos cercanos o incluso de lo sucedido en la pandemia; ya que, si bien la película ya había comenzado sus filmaciones antes del 2020, la película toma mucha más importancia después de un suceso tan marcado como lo fue el encierro.
Después tenemos lo que vendría siendo su género, ya que sorprendentemente la película no tiene un género en específico. La película va tomando diferentes formas durante su transcurso, todo con el fin de mostrar y relatar el paso a la vida adulta de las hermanas y como sus padres ya no están presentes para protegerlas. Como si de una metamorfosis se tratará, la película parte de ser una comedia familiar, seguida del drama, hasta terminar siendo una película de terror, para así mostrar la desafortunada evolución de una situación que se vuelve cada vez más caótica y perturbadora. Esta maniobra arriesgada pero efectiva es lo que termina por darle a esta película un enorme impulso que la catapulta como una de las obras cinematográficas mexicanas más interesantes de lo que llevamos de la década.
DOS VISIONES DISTINTAS DE UNA MISMA SITUACIÓN
Otro de los principales atractivos de la película son sus protagonistas, ya que la película hace un buen trabajo mostrando la evolución y la decadencia de las hermanas y como manejan el duelo y un punto de inflexión en sus vidas. Las actuaciones de las actrices Michelle Betancourt y Fernanda Echeverría del Rivero son dignas de aplaudirse; ya que, si llegas a sentir esa impotencia, ese dolor, pero, sobre todo, ese esfuerzo por querer seguir adelante sin importar lo que pase. De igual forma, la película hace un sorprendente trabajo manejando sus aspectos visuales y sonoros, al igual que el entorno que rodea esta oscura y perturbadora historia, ya que la película los transforma como un gran simbolismo que ejemplifica lo que va sucediendo dentro de la película y como esto afecta en la vida de las hermanas.
Por un lado, tenemos a Soledad, que aun a pesar de ser la hija responsable y la que toma las riendas de la situación; nos muestra cómo podemos ser víctimas de nuestras propias inseguridades y miedos más profundos. Al mismo tiempo que sirve para enseñar la cruda realidad que atraviesa nuestro país con injusticias y revueltas que afectan a la sociedad. En la otra cara de la moneda, observamos como Celeste que a pesar de su desinterés sobre la muerte de sus padres y su carácter despreocupado; observamos un viaje espiritual que sirve como su desarrollo de personaje que al final sirve para demostrar el mensaje principal de la película y otro punto de inflexión para las protagonistas.
Como comentario adicional, los nombres de las hermanas sirven como un mensaje oculto que revela de forma indirecta los rumbos que tomaran cada una.
JUNTAS POR SIEMPRE
CELESTE SOLEDAD es fácilmente una de las mejores propuestas que nos ha ofrecido el cine mexicano independiente en los últimos años. Una producción que logra tocar las fibras más sensibles de la audiencia con una historia profunda, oscura y sobre todo perturbadora, que nos enseña sobre la importancia del cuidado de la salud mental, la importancia de la comunicación y en como los lazos familiares nos ayudan a hacer de enfrente cualquier situación difícil.
Con un gran uso de la narrativa que llega a involucrar a todos los aspectos de la película, como diseño de sonido, el lenguaje de los colores y el entorno como principal catalizador de los hechos; el debut como director de Alex Argüelles es una obra digna de admiración que conmoverá a los más amantes del cine.
Altamente recomendable.