Por Jaime González Rueda
Cráneos, cadáveres, esqueletos, tumbas, cuerpos putrefactos, paisajes desolados y cuanto elemento perturbador nos venga a la cabeza, son elementos recurrentes en la obra del connotado pintor polaco Zdzisław Beksiński. Sus cuadros no dejan indiferente a nadie, su obra produce en quien la observa, una sensación tal vez de miedo, de tristeza o incluso de repulsión, no por nada es conocido como el pintor de las pesadillas.
Con tal temática, quien no conozca a Beksinski, pensaría que quien pinta tales “monstruosidades” es un hombre perturbado, oscuro, de vestimenta negra, y muchos otros clichés, pero no, quienes conocieron al pintor lo describen como un hombre calmado, tímido y muy amable, sin ningún tipo de excentricidad en sus hábitos.
Beksinski nació en 1929 en Sanok, Polonia. Arquitecto de profesión, su incursión en la pintura formal fue un tanto tardía, ya cerca de sus 40 años. Sin embargo, su pasión por la pintura y un repentino éxito en ventas, los llevó a dedicarse a tiempo completo a las artes plásticas. Porque muy contrario al mito del “artista vagabundo” que muere por su arte, Beksinski logró hacer fortuna con la venta de sus cuadros.
Las composiciones del pintor están marcadas por cuerpos cercenados, monstruos, cadáveres y cuerpos humanos con malformaciones o mutilaciones, donde se puede apreciar un manejo bastante bueno la anatomía humana, todo esto en paisajes desolados, rodeados de atmósferas pesadas, como si de una contaminación radiactiva se tratara. En cuanto a la paleta de colores esta suele ser muy corta, con bastantes de sus cuadros en una línea monocromática, y contrastes de luz muy marcados.
Si tuviéramos que enmarcar a Bensiski en una corriente pictórica, estaríamos en un problema, pues su obra es sumamente particular, aunque hay quienes la consideran dentro del surrealismo, pero, eso sí, con un aura tétrica, incluso le han dado el mote de “surrealismo gótico”.
Su obra ha inspirado a otros creadores, los fans de la popular serie Stranger Things reconocerán esta inspiración, pues muchos de sus escenarios están basados en el trabajo de este pintor. Incluso la famosa “Cruz Beksinski”, una cruz en forma de “T”, aparece en la popular manga Neón Génesis Evangelion.
Esta obra tétrica no era coincidente con el carácter tímido y amable del pintor, sin embargo, su vida, por lo menos en su etapa final, se convirtió en una auténtica pesadilla. Su esposa muere a finales de los 90 ‘s, y un año después su único hijo se colgó en su casa. Para rematar esta época de dolor, en 2005 Beksinski es asesinado por el hijo del conserje de su edificio, solo por negarse a prestarle unas monedas, cerrando su propia vida de una manera grotesca y melancólica, tal y como lo reflejaron por tantos años sus pinceladas.