Por Octavio Guerrero
Me encuentro con Primavera a la salida de su trabajo en el Callejón del Cariño, pero a esa hora los vecinos ya echaron candado al portón que los separa de la avenida Carranza. Así, detrás de la reja, parece una prisionera y cuando ambos agarramos los barrotes, le pregunto quién de los dos está encerrado en esta ciudad. Es curioso que en esta callecita donde reinaron la prostitución, la inmundicia y los asesinatos en el siglo XIX, ahora haya flores, terrazas, muchos enamorados y una persona que abre el candado para que Primavera salga libre del trabajo. Caminamos y pienso en lo parecidos que somos. Ambos recién terminamos la jornada de ocho horas diarias por la cual recibimos dinero y que nos sirve para disfrutar de nuestro segundo empleo, uno que deja pocas ganancias, pero nos permite ilusionarnos y llenarnos la vida de proyectos.
Justo a un lado de lo que solía ser el Quijote Bar nos espera una camioneta Chrysler muy parecida a la del disco Good Kid, M.A.A.D City, de Kendrick Lamar. Me subo con cuidado, porque está muy oscuro y no distingo gran cosa. De hecho, paso todo el trayecto sin distinguir a nadie, tan solo escucho sus voces, adivinando cuál le pertenece a quién. Vamos rumbo a la casa de David y Sebas, donde el colectivo Cine Fantasma tiene su centro ideológico de operaciones. Pronto estaré en el espacio donde idean sus proyecciones, sus ciclos, sus conversatorios y todas las acciones con las que producen una renovada obsesión por el cine para San Luis Potosí. Sin embargo, debo esperar un poco: antes de la entrevista se desvían hacia a las Michebombas: el epítome capitalista de la michelada. Cuando bajamos, finalmente puedo distinguir a lxs fantasmas bajo las luces del negocio. Junto a ellos y las cartulinas fosforescentes hay todo tipo de cervezas y envases: Kittys mal pintadas, licuadoras neón, pitos y cuerpos cercenados a lo Venus de Milo. Yo soy un tradicional y solo pido una caguama, luego llegamos al centro de operaciones: una casa llena de discos, libros, televisores analógicos y un manifiesto. Finalmente, comenzamos a charlar.
¿Cómo es que murieron y se volvieron fantasmas para hacer un colectivo?
Sebas: No sé en qué momento morimos… Cine Fantasma se hizo cuando Misael Garrido le dio nombre y luego Tristán hizo el logo. Después, la maestra Alejandra escribió en Facebook “Atrever a verlo”, así, yo creo que se confundió, pero quedó bien. Luego llegó David y se quedó un ratillo, luego se fue. En realidad, fue muy rápido, no puedo creer que hayan pasado tres años.
Primavera: Está muy loco porque en realidad Cine Fantasma existía al lado de la glorieta de mi casa. Yo nunca iba, luego me salió en Insta y vi que pasaban pelis que me gustaban. Una vez fui y estaba David. La dinámica se me hizo chida porque era ver la peli y al final hablar de lo que sentías al respecto y si te gustó o no. Después de ese conversatorio le pregunté a David que si era suyo o de quién era la idea, porque tienen pelis muy vergas. Él me dijo que no tenía el derecho ni el poder para darme esa información, porque el dueño del proyecto vive refugiado en Cuba después de hacer unas cosas muy cabronas y que él, David, nomás lo estaba cubriendo. Y yo así de ¡no mames! Luego descubrí que ese proyecto era de Sebastián (risas). En esto de ir a las funciones empecé a hacer chambas como ayudarle con ciertas cosas de la proyección o cobrando el cover. Así es como me acerqué y me pregunté qué pasaría si también formaba parte de eso.
Entonces lo fantasmal, más allá de la muerte, ¿tuvo que ver con una cuestión de anonimato?
Ivana: Yo creo que más bien es estar en contacto con lo que consideramos “películas muertas”. Pasamos algunas que la gente no conoce y por eso es como si estuvieran muertas. Lo que nosotros hacemos es revivirlas. Por ahí va el concepto de ser fantasma. Películas que no pasan en Cinépolis, que son de hace mucho, que a lo mejor son de directores y actores que ya fallecieron.
Primavera: Incluso tenemos la frase de “para ver fantasmas hay que creer en ellos y por eso tienes que atreverte”.
¿Cómo distribuyen la gestión en el colectivo?
Ivana: Dirección, curaduría, diseño, redes y programación. Cada quién tiene una o a veces dos. Al principio yo entré como curadora y programadora, Moni en diseño y curadora, Diego diseño, Sebas dirección, David coordinador general y sólo falta la chica de redes que es Gina.
¿Qué tanto pesan lxs fantasmas a pesar de ser invisibles en la cultura centralizada de San Luis?
Diego: Somos un colectivo y con Sebas que es el director y la master mind de esto, hemos hablado mucho de lo que significa la colectividad. No hay un jefe o una cabeza: somos todo un equipo que va fluyendo con ideas a su propio ritmo. Todos vamos sacando una proyección, un evento o una fiesta. No todas las personas que se dedican a la gestión cultural, sobre todo las personas que están en otro pedo como Secretaría de Cultura, no están acostumbradas de recibir a equipos que trabajen como colectivos. Siento que ahí radica el peso y la diferencia.
Sebas: Todxs hemos oído decir que la banda potosina es apática, pero en realidad hay una cosa muy importante que está sucediendo en la escena local… La banda sí está buscando espacios, sobre todo generaciones más jóvenes que nosotres: por eso es importante mantener los espacios. Por ejemplo, en diciembre tuvimos la oportunidad de colaborar con el colectivo Hechiza y realizamos una posada con la bandita joven. Hubo un tallercito de foto, llevaron banda a tomar fotos a las vías del tren y pusimos La vida de Calabacín como parte de Cine Fantasma.
Primavera: Bueno, también nos hemos dado cuenta de que la gente de Ciudad Perrito no va si no hay fiesta… La banda está muy acostumbrada a la fiesta y la noche. A veces hemos notado que combinando el cine y la fiesta cae mucha banda. A pesar de que no haya fiesta o la gente no asista, resistimos desde ahí para la gente que quiera caer.
¿Qué opinan del resurgimiento que ha tenido la Cineteca Alameda?
Diego: Me da mucho gusto que la gente está cansada de las viejas narrativas: predecir el final, los mismos personajes, cosas que se siguen ofertando, etc. La Cineteca está intentando expandirse a todo público. Hace dos semanas estuvo una peli de un director mexicano bastante experimental y también otra de Italia que se llama La quimera. Siento que son películas que la gente quiere ver porque está harta de lo de siempre. Sobre todo, han sido muchos estrenos e intentan ser abiertos por ejemplo ahora que está la Muestra de Cine para intentar atraer a todo tipo de público.
David: Está chido porque pasaron Amélie cinco veces al año (risas). Me parece increíble poder ver estrenos que solo pasaban en Ciudad de México. Han cambiado mucho la curaduría que tienen.
Sebas: Me parece interesante que la estrategia sea acercar a la banda con funciones que no cobran o más mainstream. Eso ha activado el espacio de manera que la comunidad puede ser parte. Por ejemplo, hacer comidas especiales o llevar a tu perro a la función, eso ha hecho que la bandita esté más presente.
Primavera: No estoy en contra de la curaduría, pero, ahora es muy evidente que ya no es algo tan independiente. Me ha tocado ir a alguna película y ver diez comerciales del Gobierno. Hay un rayo color verde apuntando a todo, aun así, han sabido aprovechar el espacio.
¿Por qué escogieron el camino de la disidencia y salieron de las instituciones?
David: Creo que hay un cine muy comercial y está chido que exista, pero también hay cine disidente que se hace con narrativas que no le gustan a muchos productores, consumidores y distribuidoras. Ese es el cine que más nos llamó la atención a todos los que estamos acá. Esto nos lleva a repensar más cosas: qué tipo de espacios nos aceptan o consumen estas propuestas.
Diego: No fue como que lo hayamos escogido, fue un acercamiento que se dio a través de estos años. Todo fue intuitivo e ingenuo: algo que nos hace sentir y que nos llama. Es el cine con que nos sentimos más cómodes.
Primavera: Creo que más bien deberíamos preguntarnos cuándo empezamos a ver este tipo de películas. En algún momento conectamos con ver esto en particular y a partir de eso empezamos a darle camino. Nos hemos dado cuenta de que estas narrativas son más densas y te hacen detenerte un poco sin robotizarte tanto, lo piensas y te haces un poco más sensible. Tanto por estética, producción o narrativa. Está divertido ver una película palomera, pero tal vez termina y se queda ahí. Está lindo el ejercicio de ponerte a pensar cosas que no habías pensado antes y procesarlas. A través del cine es una experiencia muy mamona con cosas que no se te habían ocurrido.
Ivana: A parte del tipo de películas que pasamos, que a lo mejor no se ve en otras partes por ser disidentes, está el hecho de que son películas que pirateamos sin afiliarnos a algo… Si estuviéramos con el Estado seríamos más visibles para todo eso.
Eso es lo chido de ser un fantasma, ¿no? La posibilidad de actuar sin que todos te vean o estar en el foco. También, supe que hace poco fueron a Aguascalientes, ¿qué proyectaron allá?, ¿sienten una escena diferente a la de San Luis?
Primavera: Una de las chicas que está allá se dedica a hacer eventos culturales y combinan cosas como filosofía, gráfica y música, entonces hizo esta feria en Aguascalientes y nos invitó a proyectar. Pensamos que el espacio no iba a ser tan apto para sentarte una hora y media y conversar de lo que habías visto, así que llevamos una instalación de televisiones. Era una pieza completa donde teníamos una pantalla que tenía un circuito cerrado con una cámara en la que la gente podía interactuar con la instalación, otra pantalla donde pusimos videos randoms de la deep web que nos gustaban –David y yo hicimos la curaduría– y en otra pantalla estábamos reproduciendo videos de nuestras propias handycams de cosas que nos habían gustado en algún momento, de cosas que vimos y nos hicieron sentir algo y las otras telesitas tenían interferencia para hacer juego con la instalación. Además, estaba el manifiesto.
Sebas: Ahí mismo Mónica conoció a Yuki, que tiene un cineclub universitario en Aguas. Me dijo que hiciéramos algo y sentí muy chido saber que podemos contar con banda de otros lados de la República.
¿Por qué creen que la gente necesita el cine?
Ivana: Hace no mucho vi que en la Cineteca hay algo escrito que dice: “El teatro es medicina del espíritu”. El cine es también una referencia. El cine es medicina del espíritu. ¿Qué hace la medicina con el cuerpo? Si fuese una película medicina, de alguna manera te está enseñando algo que ya no vas a tener que aprender en tu vida porque ya lo viste ahí. Tú vas así con cada película, no es sólo información que necesitas de tu vida, sino de la vida de la humanidad. Es importante conocer el mundo no solamente ahora, sino contando todo lo que ha pasado y cómo ha ido avanzando. Así, como medicina, siento que por eso es importante.
¿Cuál ha sido la película más grotesca que han visto?
Primavera: A Serbian Film. No es una película que me guste, pero es la que recuerdo, no sé por qué la tienen tan endiosada.
Diego: Titane de Julia Ducournau. Salí del cine extasiado, todo estaba solo y fue muy raro e incómodo, pero me gustó la experiencia.
Sebas: Es una película que conocí en la secundaria y hace poco llegó de nuevo a mí gracias a Facebook. Es la vida del Marqués de Sade en Francia, pero los personajes son interpretados por botargas humanoides con rasgos animales y de personas. No me acuerdo ni cómo se llama, incluso es de producción bajísima. Hay escenas donde el Marqués de Sade habla con su pito que es un ser viviente… cosas así súper extrañas.
David: Me gustan mucho las películas de terror, ver vísceras y eso. No se me hace asqueroso ni nada. Hay un documental mexicano que se llama Hasta los dientes, que es de dos estudiantes que son del Tec de Monterrey y terminan siendo asesinados por una cuestión que involucra soldados. En sí es muy bueno, pero hay una cosa en ese documental que me desagrada: El mismo sonido, las imágenes de archivo, ver a los soldados ignorando los cuerpos y matando gente, me da mucha repulsión y mucho asco. Me pone muy triste, siento un asco muy grande.
¿Podrían recomendar alguna película?
Ivana: El espejo de Tarkovsky, As I Was Moving Ahead de Jonas Mekas y La Quimera de Alice Rohrwacher.
Diego: Cleo de 5 a 7 de Agnès Varda y Aguirre de Werner Herzog.
Sebas: Family Romance, LLC de Werner Herzog y El eco de Tatiana Huezo.
David: Plaza de la soledad de Maya Goded y Jesus Camp de Rachel Grady y Heidi Ewing.
Primavera: Gummo de Harmony Korine, La ciencia del sueño de Michel Gondry y Voy a explotar de Gerardo Naranjo.
¿Qué sigue para Cine Fantasma?
Sebas: Estamos a punto de hacer un proyecto llamado Casa fantasma que no sólo sería para hacer exhibición, sino más bien una casa productora y distribuidora. También con Montero, que es una artista audiovisual bizarra de Bayamón, Puerto Rico, pero vive en México. Ella se nos acercó diciéndonos que le gustaría hacer algo. La idea sería un circuito por varias ciudades como Puerto Vallarta, Ciudad de México, Aguascalientes y San Luis. Llevar ese cine para compartirlo con la bandita y que tengan la oportunidad de decir: “Aquí está Montero para platicar con ella”. A ver qué sale, estamos muy emocionados con eso y estamos chambeando. También estamos haciendo el teaser de Bandidos de Wicho Rivera. Él ganó el PECDA el año pasado y como parte del resultado vamos a entregar qué es el proyecto de este artista. Su película la protagoniza David, Ivana está en foto, Moni está en arte, Diego está como AD y yo produciendo. Ahí vamos.