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Por Sergio Carrión y Ángel Orta

¿Qué es la identidad? Según lo que dicta el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, la identidad es un conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracterizan frente a los demás. Es la parte más fundamental del individualismo que complementa nuestra personalidad y forma nuestro ser, esto a partir de experiencias personales que forjan nuestras creencias y la forma en como percibimos la realidad.

Durante muchos años, la humanidad se ha encargado de moldear este aspecto psicológico a través de distintas expresiones artísticas que se han transmitido de generación en generación. Desde las pinturas rupestres en la prehistoria, pasando por el arte gótico a principios de 1100 y el renacimiento en Europa en 1490, el ser humano ha concebido distintos puntos de vista en aspectos como la naturaleza, la sociedad y la filosofía a través de varias obras que se han convertido en insignia cultural y de representación.

Pero, de todas las expresiones artísticas que han existido con los años, una en particular ha dividido bastante a la sociedad, para algunos es un símbolo de liberalismo, para otros, una muestra de vandalismo y crimen. Esta es la muestra divisiva que el tatuaje ha impuesto dentro de la sociedad.

¿Cuál es la razón detrás de los tatuajes? ¿Qué es lo que intentan transmitir? De estas y otras preguntas platicamos con el profesor Abisai Martínez Mendoza, maestro de la Escuela de Bellas Artes de San Luis Potosí y cuya historia familiar está relacionada con esta “polémica” forma de arte.

UN LEGADO FAMILIAR

¿Qué son los tatuajes? La palabra en sí tiene su origen etimológico en el vocablo francés tatouage. El concepto se refiere al acto y al resultado de tatuar: dejar grabado un dibujo o una marca en la piel a través del uso de ciertas agujas o punzones con tinta. Se llama tatuaje, por lo tanto, al dibujo o al texto que se realiza sobre la piel inyectando tinta debajo de la epidermis. La técnica, con variaciones, se emplea desde hace miles de años, de acuerdo a los registros detectados por arqueólogos.

Abisai Martínez nos cuenta que su padre fue uno de los pioneros en traer dicho negocio a San Luis Potosí, y que también representa a la primera generación de tatuadores potosinos. Sin embargo la historia del tatuaje en el estado realmente comenzó desde la época prehispánica, cuando se utilizaban agujas para coser, tinta hecha y humo quemado para pintar a los guerreros de las diferentes tribus que habitaban en el estado.

El tabú hacia los tatuajes no comenzó sino hasta la década de 1980, cuando padres de familia y autoridades empezaron a satanizar este arte con argumentos como su presunta relación con el crimen organizado, o su emparejamiento con el demonio según grupos religiosos extremistas. Abisai, nos platicó que el rechazo fue tal que había ocasiones en las que el local de su familia fue vandalizado con cadáveres de animales y varias amenazas por parte de distintos individuos.

Sin embargo, el tatuaje más bien se encuentra ligado con el chicanismo. Este grupo está conformado por gente que nació en los Estados Unidos pero que sus raíces son principalmente mexicanas. En sus orígenes, el concepto era empleado para aludir a los hispanos que vivían en las regiones de Estados Unidos que en el pasado pertenecían a México, como Arizona, California, Texas o Nuevo México. Con el tiempo, la noción pasó a centrarse en los individuos nacidos en México y nacionalizados estadounidenses y en personas que nacieron en Estados Unidos pero proceden de familias de origen mexicano.

El chicanismo es más que nada una identidad, un estilo de vida que sirve para unir a las personas que comparten la misma sangre mexicana que corre por sus venas. El tatuaje tuvo así un importante arraigo en este grupo social, como una forma de arraigo cultural.

EL PRESENTE Y EL FUTURO DE LOS TATUAJES

Sin embargo y aún a pesar de los estigmas impuestos, los tatuajes alcanzaron su popularidad en México durante la década de los 2000. Esto se debe a dos factores importantes: Los medios de comunicación y las estrategias capitalistas.

Primero, gracias a los reality shows, programas de variedades y transmisiones de partidos de futbol, varias celebridades salieron a relucir los tatuajes que se habían realizado, haciendo que aquellos estigmas establecidos se vieran reducidos y la gente lo comienza a ver como algo normal.

En cuanto al capitalismo, empresas como Coca-Cola y Sabritas vieron esta práctica como una posible fuente de ingresos, por lo que comenzaron a incluir en sus productos un tipo de tatuaje en forma de calcomanía o pegatina que se adhería al cuerpo de forma temporal. Otro factor que, si bien no era importante, pero sí significativo, fue la aparición de otro grupo de identidad, en este caso, los emos a principios de la década, y algunas bandas del momento como Linkin Park.

Actualmente el tatuaje ya está normalizado dentro de la sociedad. Ya es muy común ver en distintos lados de San Luis Potosí y el resto de México, locales de tatuajes en donde se pueden realizar imágenes de todo tipo y al gusto del cliente.

Cuando le preguntamos a Abisai sobre cómo visualizaba el futuro del negocio, él lo vincula con la inteligencia artificial al instante. El crecimiento constante de herramientas tecnológicas inteligentes ha permitido la creación de programas de computadora que pueden replicar no solo imágenes y voz, sino también imitar al mismo arte. Es por eso que para Abisai, no sorprendería que las personas que se ganan la vida con este negocio fueran reemplazadas en un futuro por robots o máquinas que sean programadas para hacer tatuajes.

UNA FORMA DE ARTE PECULIAR

La historia de los tatuajes con los años es prueba de cómo la diversidad cultural lleva tiempo para ser aceptada. Es un movimiento de identidad que nació como una forma de liberalismo por parte de un grupo de personas que querían demostrar quienes eran en realidad y que querían ser parte de algo más, pero que debido a los antecedentes que cargaban estas personas y los estigmas que ha impuesto una sociedad que decidía sobre lo que estaba bien y mal, solo provocó que fuera juzgado por las razones incorrectas.

Este mismo pensamiento lo comparte el Abisai, a quien no le parece correcto criticar a alguien por su apariencia. Pero también recalca que los tatuajes a temprana edad no son lo ideal, ya que un tatuaje en un niño no sería correcto.

Si bien es verdad que el tatuaje carga con muchos estigmas, con el paso del tiempo se ha normalizado, finalmente es una expresión artística y cultural que llegó para quedarse.

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