Por Sergio Carrión y Ángel Orta
Ilustración de Jaime G. Rueda
Cuando hablamos de patrimonio cultural, en la cabeza de muchas personas aterrizan grandes monumentos arquitectónicos como la torre Eiffel, las pirámides de Giza, o la torre inclinada de Pisa. Sin embargo, el otro patrimonio, el intangible e inmaterial, no es ni ligeramente menos importante; por el contrario, constituye la base de las culturas y sociedades en el mundo. En México la fiesta del Día de Muertos, el mariachi, los boleros y la cocina tradicional son ejemplos de patrimonios mundiales inmateriales declarados por la UNESCO.
La riqueza cultural mexicana es reconocida mundialmente, por ejemplo, el ranking Heritage, del grupo BAV y The Wharton School de la Universidad de Pensilvania sitúa a México en el quinto lugar como país con mayor herencia cultural. Nuestra riqueza inmaterial es tal, que incluso ocupamos uno de los primeros lugares en el mundo por el número de lenguas habladas en el territorio nacional, 68 para ser precisos, entre las que destacan por su número de hablantes el náhuatl, el maya, el zapoteco, el otomí y tzotzil.
En medio de este mundo plural, una problemática ocupa la mente de historiadores, geógrafos, y lingüistas: la desaparición de las lenguas indígenas mexicanas. Esta problemática encuentra sus causas en una sociedad que se maravilla ante un futuro tecnológico donde tradiciones y “viejas costumbres” no tienen cabida, o no son del interés común. Pero, contrario al denominador común, varios grupos sociales y asociaciones de lenguas, se han dado a la tarea de realizar proyectos a fin de mantener vivo el legado que ha marcado a nuestra sociedad.
UNA CULTURA PARA PRESERVAR
En el mundo existen un total de 7,000 lenguas, muchas en vías de desaparición. En México, 23 de las 68 lenguas indígenas están en riesgo de extinción en los próximos años como el cucapa o el cochimí. Por el contrario, hay otras como el náhuatl o el maya con 1.5 millones y 800 mil hablantes respectivamente que mantienen una fuerte presencia numérica.
La importancia de las lenguas autóctonas radica no solo a nivel lingüístico, sino que son formas explícitas de cultura y tradición, estas aportan diferentes conocimientos y comprenden el mundo de una manera diferente, además su preservación va ligada a la protección de los derechos humanos, la visibilización de comunidades y la libertad de los pueblos.
La importancia de la preservación de las lenguas proviene de la relación entre el hombre y la naturaleza como base del idioma. Esto mediante un proceso evolutivo por el que el ser humano como especie tuvo que vivir para adaptarse a las diferentes zonas habitables, y que dieron origen a las llamadas lenguas madre que fueron las principales bases para la creación de nuevas formas de comunicación.
Para Gerardo Hernández Sánchez, del colectivo “Ma Kawani Totlahtol”, cuyo objetivo es preservar las lenguas indígenas en San Luis Potosí, existen dos razones claras que explican la muerte de lenguas en México.
La primera causa es la discriminación, debido a la cual muchos individuos no logran ver la importancia cultural de las lenguas mexicanas, incluso se refieren despectivamente a ellas como “idiomas de monte”, por lo que, en un intento por encajar en las sociedades modernas, los jóvenes indígenas deciden abandonar sus raíces.
El segundo motivo es el empobrecimiento; al no haber oportunidades en su comunidad, deciden migrar a otros países o las capitales para tener una mejor calidad de vida y así olvidan sus lenguas a fin de adaptarse a su nuevo contexto.
ENTRE TODOS PODEMOS HACER MÁS
En la actualidad es innegable que existe un esfuerzo por preservar las lenguas mexicanas, por lo menos de parte de un pequeño grupo de individuos y de instituciones que buscan concientizar sobre su importancia cultural. Existen distintas escuelas e instituciones educativas que se dedican a enseñar estos idiomas como segunda lengua, incluso su incursión en algunos medios de comunicación es una realidad siguiendo las leyes que avalan el uso de estas lenguas. Además, los trabajos realizados por los antropólogos hacen surgir historias, cuentos y mitos productos de la tradición oral.
Según Laura Cooper, profesora de etimologías del lenguaje de la UCEM, en San Luis Potosí existen varias escuelas de idiomas que practican la lengua náhuatl, como por ejemplo, la ya mencionada escuela Ma Kawani Totlahtol. Todo esto con el fin de mantener el patrimonio que se va a heredar a las futuras generaciones.
Genaro Sánchez ha estado involucrado en la creación de traductores para apoyar en los temas legales y médicos, aunque aún falta mucho por hacer. Igualmente, Gerardo resalta que en San Luis Potosí varias instituciones gubernamentales han creado leyes de protección y difusión de las lenguas.
“Las nuevas tecnologías también juegan un papel importante en este proceso. Son una parte fundamental en la charla de cursos de derechos y cultura a través de Zoom o Mix. Las redes sociales juegan un papel importante pues ahí se suben fotografías, información y poesía para que se conozca la cultura. Sin embargo, solo funciona con una parte del público pues algunas zonas no cuentan con internet ni tecnología”, afirma Hernández Sánchez.
En el municipio de Soledad de Graciano Sánchez se han impartido talleres de idiomas náhuatl y maya por parte del colectivo “Ma Kawani Totlahtol”, y se han creado libros escritos en estos idiomas para su memorización, además del lanzamiento de aplicaciones tipo Duolingo para dispositivos móviles, y la formación profesional de traductores. Según nos informa el Gerardo Hernández, los avances se van presentando de forma lenta.
PONIENDO NUESTRO GRANITO DE ARENA
Para Laura y Gerardo es importante saber que, a pesar de que México sea considerado un país megadiverso, en realidad no existe una gran diferencia con respecto al resto de culturas alrededor del mundo; pues todas tienen su propio valor y herencia cultural, y el menosprecio de unos a otros es incompatible con valores como el respeto y la inclusión.
“Compartimos las mismas causas, como, por ejemplo, la colonización de diferentes territorios y países, y también, la constante movilización de nuestra cultura alrededor del globo terráqueo”.
Tanto Laura Cooper como Gerardo Hernández, recalcan la importancia de adquirir conciencia y empatía por parte de las nuevas generaciones respecto a nuestro legado cultural. Es importante investigar las localizaciones geográficas de nuestro estado y el resto del país para aprender sobre los alrededores de dichas comunidades, incluso conocer sobre la flora y la fauna, como un método de concientización sobre su importancia. Los jóvenes deben interesarse en aprenderlas porque “no solo es para trabajar, es para aprender a vivir y entender el mundo”.
Es muy importante concientizar a los jóvenes de nuestras raíces y tradiciones, y la importancia que tienen nuestras culturas que son tan hermosas y ricas en diferentes aspectos