Por Oswaldo Fiscal
¿Cuántas cosas han ocurrido en cinco años en el mundo? Varias guerras, muchas muertes, algunas enfermedades, pero también fenómenos astrológicos impresionantes, solidaridad humana y distintas formas de apreciar la vida. De eso trata la existencia, de tomar lo bueno para contrarrestar lo malo y aprender de ello.
En este contexto, y cinco años después de su último álbum Father of the Bride, llega el quinto disco de una de las bandas que ha definido no solo el sonido alternativo de los 2010, sino también el consciente colectivo de toda una generación.
Vampire Weekend ha aprendido, ha amado, ha llorado, pero, sobre todo, ha reflexionado acerca de la vida en sus tonos más claros como en los oscuros. Y lo mejor es que en su camino nos han invitado. Only God was above us es prueba de todo lo anterior.
Es impresionante escuchar cómo pasan los años y Vampire Weekend sigue prosperando y mejorando su sonido. Obviamente ya no son los mismos que lanzaron el Contra (2010) o el Modern vampires of the city (2013), pero hay ciertas canciones de este nuevo álbum que suenan inspiradas por estas etapas pasadas. Ese es el principio de tomar lo mejor del pasado para enfocarlo en un futuro.
Only God was above us muestra sentimientos caóticos, crudos, desoladores, pero con algo de esperanza y nostalgia dentro de ellas. Vampire Weekend sabe que ya no son los jóvenes que fueron en su disco debut. Y saben que sus oyentes, que crecieron junto a ellos, ya tampoco lo son.
Realmente interpretaciones hay muchísimas, pero Only God was above us nos presenta un paisaje sonoro conceptual que aborda las nuevas realidades que hemos ido creando con el paso del tiempo. No es bueno vivir de la nostalgia, esperando que todo vuelva a ser como antes, eso lo sabe la banda. Por eso lo aborda de una forma simple y llana.
Canciones como ‘Capricorn’ o ‘Gen-X Corps’ marcan esa tendencia hacia la reflexión generacional. Pero no negándose al cambio. Porque Vampire Weekend no es así. Vampire Weekend es una banda muy madura emocionalmente que sabe cuando es tiempo de algo. En este caso, el trío sabe que es la hora de crecer, de madurar y de volverse adultos. Este cambio generacional llega de golpe, y sin aviso.
Only God was above us (2024) nos marca el límite, y nos obliga, de buena manera, a regocijarnos con lo que pasó, pero a seguir el camino.
En este caso, y tomando como objeto todo lo que hemos abordado anteriormente,Only God was above us es realmente la puerta de despedida a lo acontecido y el portal hacia el nuevo mundo, o personas, en la que ya estamos convertidos. No se trata tampoco de soltar y olvidar, sino de mantenerlas con nosotros de alguna manera más sana para el propio desarrollo futuro.
Vampire Weekend siempre se ha caracterizado por crear ecosistemas nostálgicos y melancólicos y este disco es impresionantemente el que mejor lo ha hecho en toda su discografía. Además, en términos sonoros, Only God was above us es cautivador por preservar la esencia química de la banda, pero sin dejar de lado experimentaciones como el jazz o el hip hop, pero siempre sobre la base del rock alternativo (aunque delimitar a Vampire Weekend en un solo género no es lo correcto).
Only God was above us podría ser entonces el mejor disco de Vampire Weekend hasta la fecha, aunque eso sería decir mucho, teniendo una obra maestra como lo fue Modern vampires of the city, pero este nuevo material cobra todavía más sentido por fungir un papel atmosférico que logra musicalizar la vida de toda una generación, así como momentos caóticos pero necesarios en la colectividad.
Habrá que darle tiempo para ver cómo se termina de gestar este disco, pero en retrospectiva es una experiencia sonora increíble, llena de momentos de reflexión y enajenación de la realidad, volviéndonos celosos de lo que sentimos al guardarlo en nuestra imaginación mientras el trío navega en nuestras cabezas.
Las melodías de Vampire Weekend siguen siendo bastante académicas y sofisticadas, pero no por eso son difíciles de consumir. Esa es la magia del trío neoyorquino, el cómo logran transportar sonidos e ideas tan complicadas y confusas en música tan potente en mensaje, pero suave en digestión.
Para cerrar, Only God was above us cierra con la canción llamada ‘Hope’, una melodía de por más nostálgica. Aquí se marca el fin del ciclo, pero el comienzo de uno nuevo. No hay por qué llorar, pero si es necesario, hagámoslo, porque quiere decir que ese sentimiento es real. Pero una vez terminando, levantemos la cabeza y afrontemos lo que viene. Así es la vida, y estamos bendecidos por seguir aquí intentándolo, un paso a la vez.