En la industria del cine animado existen diferentes épocas que marcaron a la animación como el medio por excelencia para la creatividad, imaginación, y, sobre todo, la creación de maravillosas narrativas que lograron poner a este sector en lo alto. Una de esas épocas sucedió en la década del 2010, cuando la animación independiente comenzó a recibir el reconocimiento que tanto se estaba buscando, y en donde varias producciones creadas por estudios pequeños lograron tener un espacio dentro de la cultura popular y hasta quedarse dentro de la memoria colectiva de miles de personas.
Existen un sinfín de producciones independientes provenientes de varios lugares del mundo, ya sean animaciones de México, Francia e incluso España (siendo este último uno de los más comunes). La mayoría de estas producciones internacionales, han sido un éxito dentro de la crítica especializada y eso les ha garantizado distintas nominaciones en varios eventos de premios (Oscars, Golden Globes, Annies, etc.).
Pero, entre todos ellos, existe un estudio de animación que ha logrado alcanzar un estatus respetable dentro de la industria, un estudio que ha logrado en varias ocasiones ganarse el corazón de la crítica y el público por partes iguales, y que sus proyectos siempre han sido sinónimo de calidad incuestionable. Hablamos de nada más y nada menos que de CARTOON SALOON.
Este pequeño estudio ubicado en el estado de Kilkenny, Irlanda, ha sido catalogado por varios medios como uno de los mejores estudios de animación que existen en la actualidad, y también como un gran ejemplo a seguir al momento de hacer animación. Con producciones alabadas tanto en el apartado visual como en el narrativo, aumentando así una gran reputación que hasta el día de hoy se mantiene.
En este año, el estudio está cumpliendo 25 años desde su creación, por lo que es un buen momento para realizar una retrospectiva sobre el desempeño de esta casa animadora con el pasar de los años.
TRES AMIGOS, UN SUEÑO
Nuestra historia comienza a mediados del siglo pasado. En aquellos tiempos la gran compañía de animación estadounidense Disney estaba consolidada como uno de los grandes exponentes de animación, cuyas producciones eran éxitos financieros uno tras otro y encantando a millones de espectadores alrededor del mundo.
En el año de 1975, una de las figuras más importantes del estudio, el animador, director, y productor, Don Bluth, decidió abandonar la compañía para fundar su propio estudio. Don Bluth Productions fue uno de los estándares dentro de la nueva era renacentista de la animación americana, con producciones que lograron varios reconocimientos, entre las que se encuentran; “La Tierra antes del tiempo, “Todos los perros van al cielo” y la más importante de todas, “Anastasia”.
Mientras tanto, en aquellos tiempos en la ciudad de Kilkenny ubicada en el país de Irlanda, vivía un joven adolescente que vendría siendo el protagonista dentro de esta historia, Tomm Moore. Un joven que tenía una enorme fascinación hacia la animación, tanta que desde pequeño le robaba las hojas de acetato a su padre, un ingeniero, y las utilizaba para realizar sus pequeñas creaciones.
Durante la década de los ochenta, él y un amigo de la escuela, Ross Stewart, otro amante de la animación, tuvieron la oportunidad de visitar el estudio de animación de Don Bluth, cortesía de otro amigo que tenía a una tía trabajando en el lugar. Tomm describió la experiencia como estar en la fábrica de Willy Wonka y describió al mismo Don Bluth como el único con un trabajo creativo, mientras que la mayoría de los empleados veían esto como algo industrial. A principios de los años noventa, se unió al programa de cine “Young Irish Film Makers” para comenzar su trayectoria como futuro animador.
En el año de 1995, Don Bluth organizó un curso de animación dentro de las instalaciones del Ballyfermot Senior College ubicado en la ciudad de Dublín, en ese momento, una escuela de formación profesional en un suburbio de clase trabajadora de la ciudad. Ese mismo año, Tomm Moore decidió inscribirse para seguir con su formación de animador, y es en este momento en donde conoce a quienes serían sus futuros compañeros de trabajo, Paul Young y Nora Twomey.
Young era un joven extrovertido que había estudiado bellas artes en Belfast y se ganaba la vida como ilustrador y caricaturista; mientras que Twomey, era una chica tranquila y de aspecto relajado; había abandonado la escuela a la edad de quince años debido a la muerte de su padre y que trabajaba dentro de una fábrica de procesamiento de alimentos congelados, le gustaba inventar historias para pasar el rato y tenía un gusto por las caricaturas de Hanna-Barbera. Los tres jóvenes pudieron conectar de manera inmediata y se volvieron los mejores amigos.
Un año después, en 1996, la industria de la animación pasó por lo que sería una de las transiciones más recordadas de la historia: el nacimiento de la animación digital. El estreno de la película “Toy Story”, había causado tanta sensación en el público, que querían ver más de esto. Tomm Moore recuerda que, a partir de ese momento, el curso de animación de Dublín comenzó a integrar clases de animación a computadora, y que la demanda de los estudiantes de aprender en lo digital fue tremenda. Sin embargo, el trío de amigos conformado por Moore, Young y Twomey, fueron de los pocos que permanecieron en las clases de animación tradicional, ya que para ellos la belleza de la animación se encontraba en los planos en 2D y querían mantener este legado vivo lo más que se pudiera.
Tomando como principal fuente de inspiración el renacimiento animado de Disney con producciones como “El Rey León”, “Aladdin”, y “Mulan”; y el reconocimiento mundial que empezó a recibir el estudio Ghibli de la mano de Hayao Miyazaki. Tomm Moore regresó Kilkenny en compañía de Paul Young y Nora Twomey, en donde tomaron prestados algunas oficinas de las instalaciones del “Young Irish Film Makers” y junto con una subvención económica del gobierno que le permitió traer a más de una docena de otros graduados del curso de Ballyermot, pudo fundar su propio estudio de animación. Fue así, que en el año de 1999, Cartoon Saloon vio la luz del día.
CUENTOS IRLANDESES, DERECHOS ANIMALES Y MÁS
Durante la época de los 2000, Cartoon Saloon comenzó produciendo cortometrajes y programas de televisión. Dichos cortos eran dirigidos por Nora Twomey, cofundadora del estudio, y estos eran de índole experimental. En cuanto a sus series animadas, estas estaban enfocadas directamente al público infantil, presentando mundos y personajes agradables y coloridos que parecieran atractivos para los más pequeños.
Pero no fue entre 2007 y 2008, que esta casa animada daría su paso más grande hasta la fecha. Con el propósito de sacar su máximo potencial en cuanto a narrativa y visuales, Tomm Moore y compañía tomarían la decisión de lanzar su primer cortometraje animado. Esta película tomaría como base un par de cosas: Primero, el gran evangelario de San Columba, mejor conocido como, EL LIBRO DE KELLS. Un manuscrito ilustrado de los cuatro evangelios del Nuevo Testamento Cristiano, que presentaba ilustraciones medievales que deslumbraban por su complejidad y alta atención al detalle. Su creación se llevó a cabo durante las invasiones vikingas durante la época del 800 D.C., y cuya creación pasó por diferentes manos para así mantenerlo alejado del enemigo. También y como segunda base, tomaba en cuenta el mito irlandés de las hadas; criaturas que cambiaban de forma dependiendo de su entorno, y que también podían alterar dicho ecosistema.
Fue como así nació, “THE SECRET OF KELLS”. Una película animada que narra la historia de Brendan, un joven aprendiz de monjes que vive bajo la tutela de su tío en la Abadía de Kells, y que tiene como misión completar las ilustraciones del gran libro de Kells. En su aventura, conocerá a Aisling, una joven hada que lo ayudara a conseguir lo necesario para que Brendan pueda completar su misión.
La cinta tuvo su estreno el 8 de febrero del 2009, y contó con una recepción maravillosa por parte de la crítica, que alabaron tanto la historia como a su bella animación dibujada completamente a mano. Pero lo más importante, es que todo esto llevó al estudio a conseguir su primera nominación al Óscar en 2010, lo que significó todo un logro para el señor Moore y compañía.
Para la siguiente gran producción de Cartoon Saloon, se tenía planeado volver a intentar con la mitología irlandesa, ya que eso era lo que había interesado más de su primer gran éxito. Pero no solo eso, ya que Toom Moore tomaría en cuenta una experiencia personal que le sucedió una vez que fue de vacaciones con su familia en el condado de Kerry. Mientras Moore dibujaba la costa de una playa, su hijo Ben notó unas extrañas piedras desde la distancia. Cuando fueron a darles un mejor vistazo, se dieron cuenta de que realmente se trataban de cadáveres de focas que habían sido golpeadas hasta morir por varios pescadores que las acusaban de comerse los pescados y no dejar carnada para la pesca. Toom Moore, al ser una persona que luchaba por los derechos animales, esto lo marcó bastante, y es por eso que la siguiente película tenía que tener como eje central a las focas. Pero también, tendría como base el mito de los SELKIES; humanos que tenían la capacidad de transformarse en focas una vez que entraban al océano.
Es así, como en Julio del 2015 se estrenó, “EL CANTO DEL MAR”. La película narra la historia de un niño llamado Ben y su hermanita Saoirse, que viven en un faro junto con su padre. Durante el sexto cumpleaños de Saoirse, la familia se entera que ella es descendiente de una raza antigua, los Selkies, por lo que tiene la capacidad de convertirse en foca cuando está en el océano. Una historia que combinaba la fantasía con la realidad, y que también presentaba a todo tipo de criaturas, como las anteriormente mencionadas hadas, hasta brujas y gigantes. Tuvo un éxito igual que al de su película pasada, y también le garantizó a Cartoon Saloon su segunda nominación a los premios de la academia.
Después le siguieron varios proyectos más. En 2017, se estrenó “THE BREADWINNER”, película que retrata la dura y triste vida de las mujeres en Oriente a través de los ojos Parvana, una joven que debe mantener a su familia tras la captura de su padre. En 2020, llegó “Wolfwalkers”, película que marcaba el retorno de los mitos irlandeses con la leyenda de humanos que se podían comunicar con los lobos, y de transformarse en uno cuando duermen. La película narra la historia de Robyn Goodfellow, una niña que se mudaba junto con su padre al pueblo de Kilkenny, y que tras un incidente en el bosque que se encuentra en las afueras, conoce a esta peculiar tribu de lobos que responden bajo el nombre de Wolfwalkers. Estas dos películas también le valieron nominaciones al Óscar al estudio.
Su más reciente proyecto, “EL DRAGÓN DE PAPÁ”, tuvo su estrenó a través de la plataforma de Netflix en primavera del 2022. A diferencia de los anteriores proyectos de la compañía, este era un producto más familiar, y que contaba con personajes coloridos y mundos agradables que recuerdan a los programas de televisión que desarrollaba la casa animadora en sus inicios, pero que no dejaba de lado, el corazón y la pureza que tanto caracterizaba a estas películas.
Actualmente, el estudio se encuentra desarrollando su siguiente gran proyecto cuyo título es “JULIÁN”. Una película que tendrá como base temas como la búsqueda de identidad, la libertad de género, y los lazos familiares. Su estrenó está programado para 2025 – 2026, y actualmente están contratando personal para sacar adelante el proyecto.
UN PEQUEÑO PASÓ PARA UN ESTUDIO, UN GRAN PASÓ HACIA EL FUTURO
A un a pesar de no contar con la mejor situación económica, sobrevivir a base de patrocinios y cheques con distribuidoras, y no ser tan conocidos a nivel global. Cartoon Saloon es actualmente sinónimo en cuanto a calidad, y la prueba de que la animación tradicional sigue siendo relevante. Un estudio que con los años ha ido renovándose con nuevas y originales ideas, que prueba el potencial que tiene un país como Irlanda, y que ahora depende de los amantes del medio animado, dar a conocer al mundo sobre la existencia de esta gran casa llena de magia y calidad incuestionable.
Desde la Revista Galería 7C´s, le deseamos a este estudio independiente unos felices 25 años, y les deseamos lo mejor en los años que siguen.