Entrevista a María Eugenia Espinosa Muñoz, nutrióloga clínica
Por Jaime González Rueda
Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición el 43.8% de los niños menores de 12 años en México tiene obesidad, así como el 75.2% de adultos. Sin duda la obesidad se ha transformado en un problema de salud pública, junto con el abanico de enfermedades que acarrea esta condición. En este contexto, la nutrición se ha convertido en una profesión en ascenso, entre una sociedad que requiere ser concientizada y modificar sus hábitos alimenticios, y las nuevas generaciones que buscan un mayor bienestar para su cuerpos.
María Eugenia Espinosa Muñoz es nutrióloga por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, con especialidad en Nutrición Clínica por la UANL. Su perfil profesional la ha llevado a atender principalmente a personas con enfermedades diagnosticadas que necesitan un acompañamiento en sus hábitos alimenticios, labor que desempeña en el Hospital de Especialidades Médicas de la Salud, en la ciudad de San Luis Potosí, además de contar con su consultorio particular.
En México, debido a los elevados índices de obesidad y enfermedades como la diabetes, se habla de manera regular de una predisposición genética, en este contexto ¿Qué papel juega la alimentación en relación al factor genético?
La condición física de una persona es el resultado de la combinación de múltiples factores, una parte es la genética, otra son sus hábitos alimenticios y la actividad física, además de una parte hormonal.
¿El llevar una buena alimentación podría salvarnos de una enfermedad, aun con el factor genético?
Sí, claro, una alimentación puede prevenir muchas enfermedades como la obesidad o enfermedades metabólicas como la diabetes mellitus tipo 2. En contraste hay otros padecimientos que son completamente genéticos, como la diabetes tipo 1, la cual tiende a presentarse en las primeras etapas de vida. Sus tratamientos son distintos, mientras que la tipo 1 requiere de insulina inyectada ante la disfuncionalidad del páncreas, la diabetes tipo 2 puede tratarse con una dieta especial y una alimentación balanceada, siempre y cuando esté controlada.
¿Quién va al nutriólogo? Podríamos dibujar un perfil…
Anterior a realizar mi especialidad veía casos más generales, de personas que buscaban simplemente perder peso. Podría decir que el porcentaje era muy similar entre hombres y mujeres, pero la mayoría eran jóvenes. Las personas que acuden a mi como nutrióloga clínica son usualmente mayores de 40 años.
Vivimos en una sociedad que parece más consciente de su alimentación, que busca un bienestar y una calidad de vida. En tu experiencia como nutrióloga, ¿por qué motivo acuden tus pacientes? ¿Para tratar una enfermedad?, ¿por prevención? O ¿simplemente por razones de estética?
Existen distintos perfiles dentro de la nutrición. Algunos se especializan en perfiles deportivos, en mi caso, como nutrióloga clínica los pacientes acuden usualmente con alguna enfermedad diagnosticada, el objetivo es dar acompañamiento a sus tratamientos con una dieta especializada y seguimiento de su composición corporal. Otro porcentaje acude por la detección de una enfermedad en algún familiar, y son quienes buscan prevenir ante una posible predisposición genética.
Creo que sí hay una mayor conciencia en la sociedad actual. Antes si había un niño gordito se veía como algo bien, como un sinónimo de salud. Este cambio de conciencia se debe a que hay más información al alcance, lo cual tiene una parte positiva, pero también una negativa. En las redes sociales, por ejemplo, hay muchas personas que no son profesionales de la salud y dan consejos sobre regímenes alimenticios, porque posiblemente a ellos les funcionó, pero hay que considerar que cada organismo es distinto.
¿Podríamos decir que la nutrición es una profesión en guerra con el internet?
La realidad es que todo el mundo opina sobre la dieta de todo el mundo. En el internet se han popularizado muchas dietas, que si el ayuno intermitente, que si la dieta carnívora, que si la dieta vegana. El internet es peligroso, pues está plagado de opiniones no profesionales. Muchos también se van con la opinión del coach del gimnasio. Es sorprendente la cantidad de mitos con los que acuden los pacientes, y una vez en consulta es necesario hacer comprender a las personas la falsedad de estos.
¿Cuáles mitos son los más comunes?
Muchos pacientes me preguntan por las proteínas en polvo, porque sus coaches se las recomendaron para aumentar la masa muscular, el problema es que una dieta excesiva de proteína puede causar daño en los riñones, además no es necesaria pues con una alimentación balanceada y ejercicio se puede conseguir de forma natural el aumento de masa muscular. Las proteínas en polvo son caras y usualmente no se aprovechan. Estas proteínas deben ser recetadas únicamente por un nutriólogo, que indique la cantidad diaria y el momento de ingesta. Usualmente se recomiendan, por practicidad o por tiempo, a deportistas de alto rendimiento que no alcanzan a cubrir la cantidad de proteína con su alimentación. No es algo a consumo libre, debe ser con prescripción.
Parece que todos podemos opinar de algo tan universal como la comida, pero no es así…
Exacto. Por ejemplo hay gente que dice que la vecina está usando tal producto y está bajando de peso, pero a lo mejor la vecina no tiene alguna condición que yo si tengo, y a mi la misma dieta o remedio me puede causar daño. Cada paciente es un libro, es cuestión de planes alimenticios individuales.
¿La nutrición es una profesión en ascenso?
Yo creo que sí. Soy de la tercera generación de la carrera, por parte de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Cuando yo entré era la única y actualmente son incontables las universidades que ofrecen la licenciatura. Creo que actualmente ya hay más oferta que demanda, cada vez hay más nutriólogos.
¿Hay un cambio social de conciencia?
Apenas se está creando esa conciencia, la prueba es que aún somos de los primeros lugares en obesidad en el mundo, de hecho las cifras no presentan ningún freno o disminución de casos. La tendencia a la alza continua con la obesidad infantil y en adultos.
¿Cuáles son las principales causas de una mala alimentación?
Principalmente enfermedades metabólicas, como diabetes, hipertensión, o padecimientos cardiovasculares que pueden llevar a un infarto. También ciertos cánceres como el de colon, relacionado con una ingesta excesiva de carnes rojas y embutidos.
¿A qué edad tienden a manifestarse las problemáticas derivadas de malos hábitos alimenticios?
Cada vez se presentan más casos a edades tempranas, como la obesidad infantil y las enfermedades metabólicas.
Hoy en México la obesidad y sus derivados se han convertido en un problema de salud pública. ¿Crees que en este contexto el gobierno a través del sector salud hace lo suficiente en materia de concientización de hábitos alimenticios?
Hay muchas políticas públicas que luchan contra estos problemas, sin embargo considero que faltan muchas más. Lamentablemente hay muchos intereses económicos de las grandes empresas alimenticias.
Estrategias como el nuevo etiquetado que marca el exceso de azúcares o calorías, o la eliminación de dibujos animados de los empaques para no llamar la atención de los niños son desde mi punto de vista aciertos, pero falta mucho por hacer. Los entornos están llenos de alimentos ultra procesados, además vivimos en un mundo de mucho sedentarismo. El contexto de inseguridad influye también, pues hay miedo a salir a realizar actividades al aire libre. Vivimos en ambientes obesogénicos.
Independientemente de la edad y género, ¿qué alimentos deberían estar incluidos en toda dieta?
Debe haber un balance en las comidas, siempre incluir verduras, pues aportan vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra, entre más colores de verduras nuestra comida va ser más asertiva pues su propiedades son más diversas. Igual se debe incluir proteínas ya sea a través de alimentos de origen animal o a través de las leguminosas como lentejas o garbanzos, esto para generar masa muscular. Igualmente una porción de carbohidratos como tortillas de maíz, arroz o papas, pues será el aporte de energía para realizar nuestras actividades. Finalmente se deben incluir grasas saludables como el aguacate, el aceite de oliva, o frutos secos como las almendras o nueces. Esa combinación, con una porción de cada grupo de alimentos hace una dieta balanceada.
Lo vegetariano está de moda, ¿tú lo recomiendas?
Los regímenes vegetarianos y veganos pueden ser saludables si se llevan de la mano de un profesionista de la nutrición. En el caso de lo vegano la dieta debe ser complementada con vitamina B12, pues naturalmente sólo se encuentra en los productos de origen animal. En cuanto a los vegetarianos la dieta puede ser más flexible, aunque en algunos casos hay quienes consumen más calorías y caen en una dieta hipercalórica a pesar de ser todo de origen vegetal, generando obesidad. Otra alimentación es la basada en plantas, la cual genera un impacto más ecológico para el planeta, pues evita la contaminación generada en la producción de carnes y productos procesados.
¿Cuáles son los alimentos que debemos evitar?
Los ultraprocesados, como bebidas azucaradas, jugos, gatorades, los cuales son un exceso de electrolitos y azúcares. Las botanas y papas. Evidentemente lo dulce debe ser reducido en cuanto a su ingesta y frecuencia. Los edulcorantes igual deben evitarse, pues se tiene la creencia de que no generan daño, incluso anteriormente eran sugeridos a los diabéticos, en este sentido la OMS ahora recomienda no añadirlos y acostumbrarse al sabor natural de los alimentos. Se sabe que los edulcorantes generan un riesgo de cáncer y enfermedades cardiovasculares. Existen algunas opciones como el fruto del Monje, sin embargo muchos de estos productos están mezclados con eritritol y otras sustancias no saludables.
¿En cuánto tiempo una persona puede acostumbrarse al sabor natural de los alimentos?
Las papilas gustativas se regeneran cada 20 o 30 días. Al mes de no ingerir azúcar aún pueden saber desabridos los alimentos, pero en un periodo de 2 o 3 meses nuestras papilas gustativas ya deben estar estabilizadas.
Hay pacientes que incluso agregan a las frutas azúcar, entonces obviamente su umbral del dulzor está super elevado, por ello todo les sabe desabrido.
¿Cómo leer una etiqueta de un producto para que nuestra elección sea lo más saludable posible?
Los ingredientes aparecen en el orden de mayor presencia, entonces debemos evitar aquellos productos que inicien con sustancias poco saludables, como azúcar o jarabe de maíz.
¿Todo el mundo debería ir al nutriólogo?
Sí, aunque sea una vez para la revisión de su composición corporal, ya que hay personas super delgadas que tienen muchísima grasa y poco músculo. Igual es recomendable realizarse estudios clínicos de sangre, porque pueden tener niveles de triglicéridos y colesterol super elevados. Es importante dar un seguimiento a nuestra salud.