Por Fabiola VA
“El arte debería ser algo que libera el alma, provoca la imaginación y anima a la gente a ir más allá”.- Keith Haring
El arte se ha convertido en una plataforma de expresión cada vez más plural, un punto de reunión en el que conviven formas de pensar diversas. Los museos, antes vistos como espacios restringidos, selectos y hasta ajenos a lo cotidiano, ahora se transforman en centros de interés público, que pretenden expresar sentimientos colectivos respecto a problemas y situaciones reales.
Para entenderlo es importante conocer a los nuevos públicos que se añaden al consumo cultural como lo es la Generación Z. Ellos crecieron con lo digital, parte de su identidad gira en torno al internet. Priorizan el bienestar y la salud mental, se encuentran cómodos con la diversidad y buscan la libertad laboral al ser más individualistas. Les gusta viajar y conocer nuevas culturas, convirtiéndolos en agentes de cambio en la sociedad.
Digitalizar la cultura
Los museos utilizan la digitalización como una herramienta para atraer nuevos públicos, más diversos y con una nueva conciencia social, que contrasta con las generaciones anteriores, cuya postura más pasiva, veía a la cultura como algo selectivo y elitista, el acceso al arte era solo para unos cuantos privilegiados y doctos.
Los soportes audiovisuales se han convertido en una extensión del museo, así como de la obra de artistas. La idea es aportar al espectador una nueva perspectiva de pintores y escultores, sentirse más cercanos incluso a su parte humana. Además, gracias a la tecnología, el idioma ha dejado de ser un obstáculo, se conecta con personas que viven de forma distinta, pero que a través del arte se pueden encontrar puntos en común.
El internet ha provocado la desaparición de barreras físicas, lo que permite el intercambio de información fluido y en tiempo real. Ahora las actividades se resumen en crear experiencias, paralelismos entre el mundo físico y virtual, reacciones por parte del público. Así lo refleja el estudio sobre El impacto de la Generación Z en la cultura de la Universidad de Navarra en España: si la actividad cultural no tiene impacto a través de un reel de TikTok o una historia de Instagram quiere decir que no existe en el mundo de esa generación.
Nuevo estilo de vida
El estilo de vida de la Generación Z es más consciente con el ambiente, con la equidad de género, la diversidad sexual y más abierta para hablar de política. Por un lado tiene muy claro lo que quieren y se refleja en su discurso, pero al mismo tiempo son pesimistas con los problemas que dejaron las generaciones predecesoras como el cambio climático, la violencia de género, la injusticia racial, las fallas en la política, el poder adquisitivo que es menor al de otros tiempos que impide a muchos la adquisición de una vivienda.
Ellos suelen moverse en comunidad, con un grupo afín a sus creencias y gustos que afiancen su identidad personal así como la colectiva y sus valores. Por otro lado, ellos rechazan la figura de cualquier jerarquía para que haya más distribución de voz a base de la igualdad. Esta generación representa el 25% de la población mexicana, de acuerdo al INEGI y cuentan con un particular de manejo de las finanzas como afirma un reciente artículo de la revista Forbes: ellos buscan tener un equilibrio entre la vida personal y la laboral, prefieren vivir el presente que agonizar en la situación financiera del futuro. Dentro de esos gastos se encuentra el tiempo libre invertido en conciertos, salidas al cine, al teatro y por supuesto a exposiciones y actividades en museos.
Propuestas aplicadas en el continente europeo
Europa es un continente que apuesta mucho por la difusión cultural. Uno de los ejemplos más visibles es una iniciativa dentro de uno de los museos más visitados en España, nos referimos al Museo Thyssen- Bornemisza ubicado en Madrid, calificado en el número 2 dentro de los mejores en su categoría en la plataforma de Tripadvisor. A través del proyecto LabThyssen, el museo ha trabajado con este público para mejorar el consumo del colectivo joven que anteriormente suponía el 4.5% del total de Amigos del museo.
El museo, en colaboración con el Banco Sabadell, ha dado pasos adelante en este 2024 a su iniciativa de Amigo Joven creada en 1993. La estrategia incluye mejores precios, accesos preferentes, descuentos, cursos y viajes. La idea es que ellos mismos diseñen las actividades para promover el arte y la cultura. Se realizaron varias sesiones para conocer sus necesidades y poder elaborar un plan a medida para ellos. La idea es crear una comunidad e interactuar a través de visitas a galerías o encuentros en el museo. Por otra parte se han realizado encuestas sobre las ideas surgidas en estas sesiones. También se estudia el horario más propicio para realizar actividades así como la creación de un chat de comunicación exclusivo para conocer de cerca a artistas o especialistas en temas culturales.
En la explicación de esta nueva etapa de LabThyssen se resume en cinco reglas. La primera es que el museo “no representa la realidad, la transforma” un espacio para debatir la diversidad de ideas, todas tienen espacio. La segunda es que “por encima de todo está la diversión”, afrontar cualquier reto de esa forma. La tercera “es que se vale parar” es la generación que frenó el mundo para priorizar la salud mental así que si hace falta el tiempo se detiene para admirar la obra del artista. La cuarta: en el museo “las fronteras nunca fueron el problema” el museo como espacio es un excusa porque el concepto lo podemos llevar a donde quieran. Y la quinta y última: “todo vale o casi todo” lo que pasa con los jóvenes lo deciden ellos mismos.