Por Rolando Morales Flores
Han transcurrido ocho años desde el lanzamiento de Sinsajo: Parte 2 hasta la llegada de Balada de pájaros cantores y serpientes. Sin embargo, finalmente, la saga de Los Juegos del Hambre ha hecho su regreso.
La famosa serie de fantasía juvenil está de vuelta con una precuela que, por primera vez, se aparta de la trama centrada en Katniss. No obstante, existe un personaje familiar. El protagonista de esta nueva entrega es Coriolanus Snow, previamente conocido como el malévolo villano en las historias originales. Por lo tanto, acudimos a las salas de cine para presenciar esta tan esperada precuela basada en la novela homónima escrita por Suzanne Collins.
En esta entrega, presenciamos a un joven Coriolanus Snow antes de alcanzar la posición de presidente implacable de Panem. En lugar de ser el tirano astuto y calculador que conocemos, se nos presenta como un estudiante endeudado de una familia en desgracia, mirado con desprecio por sus compañeros del Capitolio. La trama se remonta a la décima edición de los Juegos del Hambre, cuando aún eran una competencia brutal entre 24 jóvenes, sin los lujos y el glamour que caracterizarían más tarde al evento.
La destacada interpretación de Tom Blyth en el papel de Snow cautiva al espectador al apartarse de la típica representación del villano para encarnar a un encantador mentor de Lucy Gray, la tributo del Distrito 12, interpretada por Rachel Zegler. La dinámica entre estos personajes agrega complejidad a la trama, desafiando las expectativas al humanizar a un personaje conocido previamente por su crueldad.
En el contexto de la posguerra, en Panem, se añade una capa ética adicional a la historia. La sociedad aún no está totalmente convencida de la idea de sacrificar jóvenes en aras del entretenimiento, proporcionando así un terreno propicio para explorar debates éticos de manera más explícita y directa. Este enfoque sombrío y menos glamoroso contrasta con la imagen pintoresca y superficial de entregas anteriores.
Aunque Los Juegos del Hambre son parte integral, no dominan la narrativa. La película se transforma en una historia de amor inesperada y conmovedora entre Snow y la tributo del Distrito 12, alejándose de los clichés románticos y aportando profundidad a la trama, desafiando las expectativas establecidas por la saga.
El elenco coral, encabezado por Tom Blyth y Rachel Zegler, respalda la decisión de apartarse del reparto original. A pesar de que la participación de Zegler puede generar cierta controversia, su innegable talento y las actuaciones musicales aportan un toque distintivo a la película. La presencia de actores reconocidos como Viola Davis, Fionnula Flanagan y Peter Dinklage refuerza el conjunto, demostrando que el cambio de reparto no ha afectado la calidad.
“Balada de pájaros cantores y serpientes” es una entrega que se aleja de las convenciones establecidas por la saga original. Aunque tal vez no alcance las alturas de las primeras películas, sin duda supera a las dos últimas entregas. Con una identidad propia, la película insufla aire fresco a una franquicia que parecía haber perdido su brillo.
A pesar de su extensa duración de casi tres horas, la película resulta sorprendentemente envolvente, especialmente en un tercer acto que explora la vida en los distritos y el romance entre los protagonistas. Aunque se pueden señalar algunos momentos de deus ex machina y aspectos técnicos cuestionables, en última instancia, la película no resulta molesta.