Barbie: De la muñeca a la realidad

Comparte

Por Rolando Morales Flores

Finalmente, tras una espectacular campaña de marketing, se ha estrenado uno de los más esperados estrenos de todo el año, nos referimos a Barbie, dirigida por Greta Gerwig y protagonizada por Margot Robbie.

La trama arranca cuando el mundo ideal y perfecto de Barbie empieza a experimentar cambios, la protagonista se ve compelida a adentrarse en el mundo real en busca de respuestas a sus nuevas inquietudes, Por supuesto, Barbie no puede abandonar Barbieland sin llevar a cabo una despedida grandiosa y llena de colores, donde sus amigos, las demás Barbies y Kens, le expresan sus mejores deseos (como siempre lo han hecho). Sin embargo, su Ken, concebido para encarnar el estereotipo de Barbie, interpretado por Ryan Gosling, se niega a dejarla partir sin él. No logra concebir la vida ni su propósito sin estar junto a Barbie.

Desde el comienzo de la campaña publicitaria se había vendido la sensación de un filme en extremo colorido con ciertos toques satíricos, que para el público general podría generar una expectativa equivocada. Si bien en un inicio esta idea se encuentra presente, conforme la historia avanza los temas y críticas adquieren un carácter complejo que se aleja de lo que viene anunciando, al menos en sensación.

Sin embargo, esto juega a favor de la película al borrar las expectativas generalizadas y presentar una propuesta que juega perfectamente con las condiciones sociales actuales. Bajo la dirección de Greta Gerwig, aborda cuestiones pertinentes acerca de la posición de la mujer en relación con el patriarcado, a través de la representación de dos personajes ficticios que gradualmente desentrañan los elementos constitutivos de dicho sistema.

En efecto, la película ha sido producida por una empresa especializada en la manufactura de juguetes. No obstante, se puede notar una notable ambivalencia en su contenido, y posiblemente cierta incomodidad, al respecto de su propósito como medio publicitario de la compañía Mattel, presentándola ocasionalmente en un rol antagonista. Profundizar en esta disonancia cognitiva podría desencadenar una crisis existencial, similar a la que experimenta el personaje de Barbie en la trama de la película.

Un contundente golpe a su idealizada sociedad utópica, repleta de momentos de vulnerabilidad, que en el ámbito cinematográfico resultó sumamente cautivador. De hecho, debido a esto, en ocasiones el espectador se siente identificado con la sensibilidad de la protagonista y la absurdidad de su humor. Las cualidades más destacadas de Barbie radica en la combinación entre un mensaje empático y visceralmente realista con escenas disparatadas que provocan risas incontenibles.

La manufactura de Barbie se realiza con extrema meticulosidad, incluso optando por el uso de efectos prácticos en lugar de CGI en varias tomas, donde los elementos de computadora solo se utilizan de manera complementaria. Esta elección resulta crucial para la narrativa, ya que resalta la disparidad existente entre el mundo artificial y brillante de Barbie y el mundo real, caracterizado por su tono más gris y orgánico.

Además, cabe destacar el hábil manejo de cámaras y el ritmo de la película, que sorprendentemente contiene una notable cantidad de acción, aunque esta difiere del estilo visceral al que estamos acostumbrados. La directora tenía un propósito específico al realizar esta película, que trasciende la mera producción dentro de una maquinaria consumista.

Es cierto que, aparte de los protagonistas principales, el resto de los personajes apenas tienen relevancia y su papel se limita a anécdotas, lo cual resulta en un guion con varias conveniencias y conflictos resueltos sin un desarrollo significativo. No obstante, consideramos que la dirección general de la película es adecuada y satisfará a la audiencia en general.

En esta película, se refleja un profundo entendimiento de que el enfoque feminista capitalista representado por Barbie es inherentemente defectuoso: la mera búsqueda de la excelencia profesional no conducirá a la verdadera liberación de las mujeres, especialmente cuando sistemas enteros se benefician de su subyugación. Además, la obra cinematográfica de Gerwig cuestiona las limitaciones de la “representación” como medio para lograr avances sociales.

Llena de profundo afecto hacia un elemento cultural arraigado en la tradición, Barbie nos trae a la memoria que en la niñez se encuentra una sensación de seguridad que inevitablemente perdemos con el tiempo. Su mensaje es nostálgico y, en consecuencia, agridulce. Plantea una cuestión relevante: si incluso la figura que la sociedad considera un modelo a seguir experimenta temores, ¿por qué nos imponemos tanta presión para vivir sin ansiedades ni arrepentimientos? Barbie nos insta a abrazar lo desconocido y a sentirnos tranquilos al saber que no somos los primeros en experimentar miedo.

Ahora queda por ver si “Barbie” logra rescatar a Warner Bros. Discovery y tiene éxito en la taquilla mundial, o si se convierte en el último fracaso de alto presupuesto en el género de los blockbusters. El filme ya se encuentra disponible en las salas de cine y en nuestra querida Cineteca Alameda hasta el 23 de julio con funciones a las 5 de la tarde.

Y recuerda si algún día buscas escapar a la cruel realidad, merece la pena reseñarlo.

TE RECOMENDAMOS: