Succession: El Juego de Tronos moderno

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Por Rolando Morales Flores.

Hace unas cuantas semanas, ha concluido la emisión de una de las series más exitosas y comentadas de HBO de los últimos años. Succession es una serie de televisión dramática estadounidense que retrata a una familia disfuncional que posee un imperio de medios audiovisuales y empresas de entretenimiento.

Su fecha de estreno fue el 3 de junio de 2018 en HBO. La trama de Succession se centra en las dificultades enfrentadas por la familia Roy, encabezada por Logan Roy y sus cuatro hijos, quienes tienen el control sobre uno de los conglomerados más importantes del mundo en el ámbito de los medios audiovisuales y el entretenimiento. La serie sigue de cerca la vida de estos personajes mientras se enfrentan a la incertidumbre sobre su futuro una vez que el patriarca de la familia decida retirarse de la compañía. Se compone de 39 capítulos divididos en cuatro temporadas con diez episodios cada una, a excepción de la tercera.

Ha sido galardonada con dos premios Emmy y dos Globos de Oro a mejor serie de drama, y no es para menos, ya que ha sido, junto a otras obras de arte, la joya de la corona de HBO de los últimos tiempos. Lo cual no es fortuito en ninguna medida, puesto que su gran acierto en el apartado interpretativo, que se combina con una cinematografía sumamente creativa, la convierte en una historia apasionante que no puedes soltar hasta el final.

La trama se desarrolla de manera orgánica en una narrativa que aparentemente anticipa con premura la ineludible sucesión que determinará quién ostentará el control de una de las corporaciones más influyentes a nivel global. Asimismo, esto fomenta una temática que se centra en el poder, las traiciones, la manipulación y los valores familiares en este dilema, dentro del contexto altamente competitivo y deshumanizador del entorno laboral, equivalente a una versión contemporánea de un tropo de poder similar a “Juego de Tronos”. En esta reinterpretación, los castillos se transforman en rascacielos, los monarcas en capitalistas plutócratas y los dragones en manifestaciones de especulación económica.

Esta narrativa consigue crear giros excelentes, personajes muy bien definidos y un ambiente inusitadamente realista de las corporativas y los poderosos. A pesar de lo ya mencionado, la premisa, que por sí sola ya es lo suficientemente interesante para generar ruido, no es la principal responsable del éxito de Succession, sino que la clave es el estilo de la misma, que se bifurca en dos caminos que la sostienen como serie.

En primer lugar, tenemos la falta a las normas audiovisuales más conocidas, saltos de eje, poco respeto por las leyes de grados y angulación, y una insistencia casi bruta en incisivos zoom in que consiguen generar un frenesí muy propio del show. Desde el primer momento vemos que su estilo atípico, el cual se utiliza como declaración de intenciones para demostrar su riqueza creativa, se divide en tres apartados cinematográficos bastante diferenciables.

Por un lado, tenemos el estilo documental, compuesta por tiros de cámara al hombro, los ya mencionados zoom que se han convertido en una marca autoral para la serie y se utilizan para generar golpes de efecto. Este apartado es usado por la serie para permitir al espectador una perfecta observación del entorno y los personajes, mientras se convierte en una obra totalmente inmersiva.

En contraposición se encuentra el estilo de la televisión clásica, que surge del uso de teleobjetivos, principalmente en planos conjunto y primeros planos de conversaciones, sin demasiados juegos angulares, pues otorga ese carácter novelístico a la serie. Finalmente, Succession también juega con angulares y un léxico más cinematográfico propio del cine urbano, sobre todo cuando busca señalar en la introspección de los personajes por medio del silencio.

El otro pilar en el que descansa la serie, son los espectaculares diálogos que oscilan entre la novela y el documental, resultado de una serie de interpretaciones maravillosas. Succession, debido a su naturaleza, exige un nivel interpretativo sumamente demandante, ya que es necesario una gran cantidad de personajes con su respectivo carisma, impresión de personalidades, gestos, etc.

Esta ecuación permite a los actores asumir su nivel protagónico en la escena mediante el eje de acción, por el hecho de que demuestran un profundo trabajo de dirección actoral. El elenco se compone principalmente por Brian Cox como Logan Roy, Jeremy Strong como Kendall Roy, Sarah Snook como Siobhan «Shiv» Roy, Kieran Culkin como Romulus «Roman» Roy, Alan Ruck como Connor Roy, Matthew Macfadyen como Tom Wambsgans, Nicholas Braun como Greg Hirsch, Peter Friedman como Frank Vernon, Hiam Abbass como Marcia «Marcy» Roy.

En una gran cantidad de series y películas, los personajes son elementos que se suman a la acción en el que se agregan muchas otras cosas para permitir que la obra avance como producto audiovisual. Ese no es el caso de Succession, puesto que los actores y, por lo tanto, los personajes son el eje principal que sobresale por sobre todos los otros apartados que pudiéramos mencionar.

Muchas de las escenas de la serie dejan de lado el diálogo y es el trabajo del actor que tiene que discernir toda la carga emocional con unas pocas expresiones faciales, lo que la convierte en una obra esencialmente teatral al quitar protagonismo al montaje y otorgando mucho poder al carácter intrínseco de los personajes.

Esto no quiere decir que la serie descuide otros apartados como la dirección, ya que es todo lo contrario, puesto que utiliza todas las piezas del tablero con combinaciones esenciales para un perfecto funcionamiento en la ficción.

Por esta y otra gran cantidad de razones, Succession es una de las series que más valen la pena de los últimos años. Es una obra que toma una serie de elementos cinematográficos y narrativos conocidos por la audiencia mientras los subvierte y ofrece una propuesta creativa que desde el primer momento engancha al espectador con maravillosas interpretaciones, es una serie redonda en su calidad que no dejará insatisfecho a nadie. La serie se encuentra disponible en su totalidad en HBO Max.

Y recuerda, si buscas convertirte en el CEO de una empresa multimillonaria, merece la pena reseñarlo.

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