Comparte

Por: Alejandro Padilla
Ilustración por Jaime G. Rueda

La considerada “Mona lisa de las portadas” por The Guardian es la encargada de presentar el sexto álbum de estudio de David Bowie, el predecesor de su tan aclamado “The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the spiders from Mars”.

Durante el boom setentero de los discos ingleses conceptuales, Bowie, seguiría con la tónica en Aladdin Sane, un título con la frase escondida “A lad insane” que traducida del inglés significa: “un tipo demente”, con el tema principal de la esquizofrenia. Según algunas teorías, la locura se representa con el rayo de la portada y la dualidad que este supone.

Watch that man- Un ataque de guitarras eléctricas y teclados al más puro estilo del rock and roll abren este disco de manera semienérgica. Producto de su época, esta canción posee una estética fielmente setentera y cumple con su rol conceptual de presentar a un personaje a quien todos tachan de loco en una fiesta. Con lindos coros durante toda la canción que relucen mucho más al final, esta pieza, en mi opinión, ha quedado un poco en el olvido dentro del disco.

Aladdin Sane- Con un piano de elegantes arreglos en los primeros segundos y ese bajo ¡ese bajo! Que hace su misma figura, solo cambiando de tono durante la canción. Para la mitad de la pieza todo se vuelve “loco”: piano, saxofón bajo simple, hacen un trabajo pocas veces visto en música de estas características, bajo el conceptualismo de la obra es como toma sentido este delicioso atrevimiento en donde parece que el solo de piano es tocado por cualquiera que tocó notas al azar, mientras el saxofón hace su suave acompañamiento, el coro sigue para darnos otra clase de disonancia bien hecha por segunda vez. La canción en un fade out lindo nos deja con el loco piano que resuelve hasta el final.

Drive in Saturday- una balada también producto de su época, suena a lo que cualquier balada de los setentas sonaría con saxofón, a excepción de los ligeros sintetizadores que se escuchan a lo lejos. Con todo en su lugar y algunos coros de vez en cuando, la letra es el punto más fuerte en la canción, pues refiere a un futuro postapocalíptico donde la gente olvidó hacer el amor y recurren al porno para aprender de él.

Panic in Detroit- Basada, según algunas teorías, en un diálogo que el autor tuvo con Iggy Pop, cuenta una recopilación de cosas que pasaron en los disturbios de Detroit de 1967. Bowie, con este sonido recuerda al Beggers Banquet de los Rolling Stones, al contar algunas de estas desafortunadas historias, con progresión de acordes no tan usuales para el género, el sonido y los guitarristas juegan con la crudeza de la guitarra de este proto punk.

Cracked actor- Una de las más rockeras del disco, nos cuenta la historia de un actor que está a punto de tener un encuentro con una prostituta en Hollywood. La armónica ocasional muy en el fondo y la batería enérgica es mi parte favorita, ya que esas quintas a ese tiempo y la melodía correcta pero esperable, es algo que ya se había escuchado mucho, incluso en la época en la que salió el disco, olvidable sin dudas, pero un buen ejemplo de lo que es rock simple.

Time- Una de las mejores piezas del álbum, relata de manera reflexiva la fugacidad del tiempo y la necesidad de tomar instantes para hacer lo que queremos. Inspirado por la muerte por sobredosis de un amigo, hace que ese piano casi circense y el solo de miedo hagan una síntesis excepcional con la voz llena de sentimiento de Bowie. Con una progresión que apoya al solo melódico del final que casi acompaña al piano, coros y voz del cantante, en una muy bonita coda que invita a seguir el consejo que reflexivamente busca hacer llegar a la audiencia.

The prettiest star- un tema muy a lo “Queen” con toques de melodía suaves dignos de un tema de amor. Escrita para “Angie”, la primera esposa de Bowie, madre de su primer hijo y de la cual se divorciaría en el 80, la canción con matices y coros de balada romántica cincuentera y la utilización de ese silencio entre frases del riff de saxofón le dan un lindo toque a una canción que, aunque bonita pasa algo desapercibida.

Let’s spend the night together- Enérgica y divertida es como describiría este track, si hubiese sido la primera del disco creo que a nadie le hubiera parecido extraño.
Un piano juguetón y un coro memorable, un digno hit de radio con una letra algo repetitiva y melosa (como la mayoría de hits de radio) dejando descansar la melodía hasta el final para retomar con más fuerza y luego finalizar. Bien construida, bien escogida en cuanto a instrumentos, simple pero efectiva.

The Jeane Genie- Muy al estilo rock sureño, en su ejecución hace una alusión al autor Jean Genet, del cual habla de manera satírica como el protagonista de todo lo que describe. La armónica, los claps y sobre todo los recursos utilizados en la guitarra para dar ese feeling a canción americana “sureña” le dan un toque único, siendo que Bowie es británico. Canción con mucha personalidad y con buen sabor de boca para casi cerrar el álbum.

Lady Grinning soul- Piano mágico e instrumentos de aire hacen armonía en esta linda oda. La guitarra refuerza el sentimiento de cercanía por los instrumentos acústicos, con una letra muy descriptiva, muy a lo “Bowie” se despide este disco con tracks olvidables y algunos dignos de estar en el recuerdo, con una portada que está y estará en el imaginario de la música popular para siempre y un concepto original incluso para este tiempo. David Bowie, después de hacer uno de sus mejores trabajos dejó un precedente del cómo ser original desde lo estético, con una bella simpleza que resalta más el cómo decir un mensaje más allá de su significado.

TE RECOMENDAMOS: