La destrucción del hábito de la lectura – Entrevista a Brenda Mora Castillo

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Por Rolando Morales
Fotografía por Kenia Hernández González

El hábito de la lectura es uno que desesperadamente se nos ha intentado inculcar de diversas y monstruosas maneras, muchos no ven en él un escape o una puerta a la imaginación, sino un denso camino obligatorio, el cual tienen que cumplir a regañadientes.

Brenda Mora Castillo es maestra en Ciencias del Hábitat con aplicación en Diseño Tipografía y Editorial por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, donde también obtuvo una especialidad con aplicación en diseño de Medios Editoriales. Tiene una licenciatura en Diseño Gráfico y cuatro años de estudio en Educación y Administración de Obras, ambas por la UASLP. Desde 2012 ha estado involucrada en el trabajo editorial (diseño, edición, formación, pre-prensa, serigrafía, encuadernación) de los Talleres gráficos de la UASLP y desde 2018 es coordinadora de la Dirección de Fomento Editorial y Publicaciones de esta institución.

¿En qué consiste ser un coordinador editorial?

Aplica desde cómo se va a imprimir un libro y cuáles son las condiciones óptimas para llevar a cabo este producto editorial, hasta hacer una selección de textos que puedan funcionar y enriquecer el catálogo editorial, para hacer visible y darle difusión y divulgación a las producciones universitarias por parte de maestros, alumnos e investigadores.

De toda esta amalgama de actividades que realiza. ¿Cuál es tu parte favorita?

Si esta pregunta me la hubieras hecho hace un año, te diría que diseñar, pero ahora me interesa más el editar. Igualmente me gusta la difusión, ya que es una parte fundamental para que cualquier proyecto editorial pueda tener éxito.

¿Cómo surge este amor por los libros, por el mundo editorial? 

Mi amor por los libros no empezó de manera consciente. De niña visitaba los talleres gráficos de la universidad, y ahí veía cómo era el proceso para hacer un libro. Posteriormente fui más consciente, aunque en la escuela no tuve un acercamiento real a la lectura. ¿A qué me refiero con esto?, el sistema educativo, el que imperaba en los años 90 ‘s no era del todo óptimo para atraer a jóvenes lectores.  Apenas comenzaba un boom para una curaduría de literatura, para niños y jóvenes. Fue hasta la carrera cuando decidí dedicarme a esto, cuando surgió mi amor por los libros. 

Y este recorrido, posterior a la carrera profesional y académico, ¿cómo ha sido?

No ha sido fácil. La industria editorial es un campo nuevo. A diferencia de otras, como la industria automotriz, la editorial lamentablemente no tiene esta parte de profesionalización y he tenido que buscar, por interés propio, lugares, espacios y personas para estar mejor preparada y hacer lo que me gusta de forma óptima. Por eso, después de terminar la licenciatura, busqué una especialidad e hice la maestría en Diseño Tipográfico y Editorial. 

Mi profesión de origen es el diseño gráfico, y quise enriquecer esa cuestión visual con la parte del editor. No solamente un sociólogo, un antropólogo o alguien que haya estudiado Letras puede ser editor, también lo puede ser un diseñador o un comunicólogo, simplemente te debes formar en esta línea, es un proceso de construcción y, también, de deconstrucción conforme adquieres más conocimiento. Actualmente mi trabajo no es solo diseñar este libro, sino intervenir en los textos.

En mi caso, han sido más de nueve años de trabajo y búsqueda de nuevos espacios que, en México, a diferencia de otros países, como los europeos, están poco abiertos. La verdad es que hay muy pocos lugares para un editorialista. 

¿Por qué en México la situación de la industria editorial es más difícil que en otros países?

Pues mira, Europa fue la cuna del conocimiento. Bueno, muchos dicen que empezó en Europa, aunque fue China el primer país en dejar de trabajar la oralidad. ¿A qué me refiero con la oralidad exactamente? A lo que tú y yo estamos haciendo, platicamos y construimos una historia. Pero los chinos dijeron, pues vamos a pasar de lo que se habla a lo que se queda. Ellos son, como creo, los precursores de la escritura. Ya después fueron los romanos, al reemplazar estas historias contadas de voz en voz, lo cual se da por una necesidad económica ¿cómo es que pasó este fenómeno?, pues porque querían llevar un registro económico de las cuentas gubernamentales, de los deudores, y evidentemente era imposible recordar todo aquello sin ser escrito.

Hay una metáfora que dice “lees letras muertas cuando lees un autor que ya murió”, aunque yo no lo creo así, más bien revives a esa persona. 

Es una tradición muy fuerte que ha existido por muchos años. En México la primera imprenta fue en el año 1500, aproximadamente. En México tenemos un gran atraso editorial, pero no lo veo como algo malo. Apenas están despegando muchas cosas a las que no teníamos acceso.

Muchos estudiantes tienen aspiraciones para ser futuros escritores, sin embargo, creo que la incertidumbre o falta de conocimiento es un obstáculo. Ese escritor naciente, ¿a dónde podría ir?, ¿cómo podría empezar?

Si bien hay escritores que ya han marcado una pauta y les sirven muchísimo a los jóvenes como inspiración, es importante que ustedes escriban de lo que pasa, de lo que viven, de lo que sucede. Yo podré escribir y podré decirte qué es lo que yo creo que está pasando, pero realmente no lo sé. No lo sabría hasta que me siente contigo y te pregunte ¿Qué les está pasando a los jóvenes?, ¿Qué les interesa?, ¿Cuáles son sus motivaciones?, ¿Cuáles son sus miedos? Entonces, si ustedes parten de eso y empiezan a hablar, ustedes se están convirtiendo en los oradores de su generación, al marcar una pauta de lo que era antes y es hoy.  Para mí es importante que los jóvenes escriban. Obviamente, no es fácil. Los seres humanos tenemos la capacidad de escuchar y hablar de forma innata, pero de escribir no. Entonces, a veces, las primeras experiencias para escribir no son muy gratas. Por ello se deben abrir espacios para que ustedes puedan escribir y puedan trabajar sus textos. No hay peor cosa que no intentarlo. 

¿Y desde la perspectiva técnica? ¿Desde su faceta como coordinadora editorial?

Hay editoriales que apoyan a jóvenes. Están los premios y los laboratorios, las clínicas literarias, donde ustedes pueden trabajar textos e ir puliendo sus contenidos. 

Existe la idea de que el mexicano no lee, ¿es verdad o es un mito?

La gente sigue leyendo. Tú ahora estás leyendo, nada más que hay que definir ¿qué es leer? La gente lee, aunque no siempre de una forma canónica, muchos no leen los clásicos. La gente puede leer en Instagram, en un blog, puede leer en Facebook un comunicado, tú puedes leer hasta los WhatsApp que te mandan tus compañeros. La gente no ha dejado de leer, simplemente la sociedad está muy cansada con lo que se tiene que leer por obligación, con el canon literario de que tienes que leer los clásicos del siglo XV o del siglo XVII. Es importante que existan textos que otros puedan leer, que sean diversos.  Lamentablemente estamos acostumbrados a estos libros que te dan para leer, cuando realmente tú puedes incursionar en la lectura de maneras más amables. 

Se nos ha inculcado a acercarnos a la lectura, pero de una forma muy brusca, con estos clásicos tan densos que a lo mejor la primera reacción es de terror.

Obviamente hay libros para cada persona. Voy a poner un ejemplo, yo creo que mi generación se hubiera sentido más cómoda leyendo Harry Potter, que leyendo La Odisea. Si yo hubiera leído esto hace más de 15 años, mi experiencia hubiera sido diferente con la lectura, hasta me hubiera acercado un poco más a escribir. Creo que las escuelas primarias deberían tener un proyecto gradual de lectura, con títulos específicos para que los niños vayan poco a poco.  No puedes iniciar directamente a un niño con un libro de 500 páginas. Es un proceso de crecimiento y de evolución en relación con una herramienta que vas a ocupar toda la vida. La vas a ocupar para cuestiones personales, como mandar un mensaje o una carta a alguien, o lo puedes utilizar para una cuestión laboral. Es importante que las escuelas, ya no hablemos del sistema educativo, tengan un proyecto editorial. 

Inclusive en las propias cifras se trata de cuantificar, por ejemplo, según el INEGI, el mexicano lee 3.9 libros al año.

Pero dice libros, sin embargo, hay mamás que leen revistas de moda o de espectáculos, o de bordados o de cocina. La gente sigue leyendo simplemente que estamos tan, tan, tan cansados de que se tiene que leer un libro. La gente no va a dejar de leer, porque leer es una necesidad. Tú lees hasta cuando vas a tomar un transporte o cuando buscas una calle. Simplemente estamos acostumbrados a que la lectura se enfoque en sentarte y leer un libro. Empiecen leyendo desde lo más sencillo, hasta un libro que tenga diez páginas o que sea completamente visual. Recuerda, somos seres muy visuales, no hicimos letras, hicimos dibujos y de ahí derivaron las letras. Somos una sociedad que se comunica mediante imágenes. 

Hay muchos eventos organizados por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí que buscan fomentar el interés por la lectura. ¿Cuál ha sido la respuesta social? 

Creo que un ejemplo vivo es la Feria del Libro, de la cual hay mucha difusión, cuyo fin es dar a la sociedad la posibilidad de acercarse a la literatura, sobre todo a los niños y a los jóvenes. Si nosotros no creamos estos espacios para los más pequeños, no estaríamos haciendo nuestro trabajo, que es acercar a las nuevas generaciones. En esta 46.ª edición se veían niños sentados, preguntando a los autores. Eso es súper importante, para que la gente sepa del escritor sus motivaciones y sea un posible modelo inspirador. 

En un evento, cuando vino Pedro J. Fernández, se dio un fenómeno muy interesante. Un niño se acercó y le dijo: “gracias, porque en mi escuela mi maestra nos cuenta este tipo de historias”. O sea, el niño estaba leyendo historias sobre mujeres, libros sobre mujeres que antes no habían sido publicadas, no habían sido leídas y no habían sido descritas. Esto también tendrá un impacto social.

Ya para finalizar, una pregunta romántica ¿Cuál fue ese autor o ese libro que cuando lo leyó le mostró esas virtudes de la lectura? 

Mi libro favorito es Alicia en el País de las Maravillas. Tengo varias ediciones de pastas blandas, pastas duras, memoramas, un facsímil de la primera edición con los grabados originales. Pero contestando de otra manera más realista, la escritora Emilia Ferreiro me dio un parteaguas para entender qué pasaba en la lectura y por qué yo tenía que hacer algo. Ella y Roger Chartier me hicieron entender mejor la forma en la que se debe editar o se debe construir un proyecto editorial. Ahora lo veo diferente y es por este interés que tengo de, no solamente cumplir con la figura de cómo se puede hacer un libro visualmente, sino desde cero, de cómo puedes construir un proyecto, para qué impacte a la sociedad, para que impacte a los jóvenes, para que impacte a los niños, para que impacte a los adultos. 

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