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Por: Fabiola Villar Arriaga
Fotografía: Kenia Hernández, Jesús André Monreal, Fabiola Villar Arriaga 

Nadie puede imaginar la vida sin el cine. Esta industria cobró gran importancia en Estados Unidos y la Ciudad de México en la década de los 30. En la ciudad de San Luis Potosí llegó gracias al empresario Alfredo Lazo de la Vega, quién invirtió en varios cines. El primero fue el Cine Azteca de 1929, construido en la Plaza de Armas. Después, el Cine Alameda en 1946, en el jardín de la Alameda.  Por último, el Cine Potosí en 1948, ubicado en la calle Damián Carmona.

En Galería 7C’s, nos trasladamos a lo que antes fue el Teatro Alameda, con vista desde el jardín entre el sonido de camiones, coches y personas transitando para realizar Una entrevista con el Arq. Jesús V. Villar Rubio para hablar de la historia de los edificios más emblemáticos de la ciudad. 

La Cineteca Alameda fue construida por el arquitecto de la Ciudad de México, Carlos Crombé que se influenció por el arquitecto estadounidense, Charles Ormond que construyó cines con este mismo estilo neocolonial en EUA. En ese momento en California estaba el auge el movimiento Spanish Colonial relacionada con la Exposición Internacional del Pacífico en San Diego (1935) con edificaciones que recordaban a la arquitectura representativa de España y después llegó a México. 

Este estilo se refleja en elementos como las ventanas ojo de buey,  los arcos, el azulejo, el uso de herrería como el hierro forjado, así como en trabajos de cantería realizados en la región. En su interior hay una gran escenografía, con un salón de proyecciones que tienen estructuras que simulan pueblos españoles de techos de teja. Del otro lado tienen las fachadas de algunos edificios que recuerdan a la antigua Caja Real así como elementos barrocos en el mobiliario como en las paredes. 

La inauguración fue un gran acontecimiento con la presencia de grandes estrellas del cine de la época. La Cineteca Alameda se convirtió en el cine más grande de la ciudad con capacidad en butacas para tres mil espectadores divididos en luneta, primer piso y galería. En ese momento recién abría la nueva estación del ferrocarril que le brindó una nueva dinámica al centro. Cabe destacar que la Alameda era el único parque urbano de la ciudad que servía como esparcimiento para los potosinos. 

En sus inicios podemos ver la transformación entre el teatro y el cine al tener ambos usos.  En la actualidad se refleja en su oferta cultural, aunque se centra más en la difusión de cine independiente. 

Durante los periodos de los gobernadores Fernando Silva Nieto y Horacio Sánchez Unzueta, se transformaron algunas edificaciones y fueron adquiridas por el Gobierno del Estado. La cineteca se restaura y recupera sus fachadas, así como su interior al conservarse en estado original al continuar con la misma función como edificio y se convierte en la Cineteca del Estado. Hoy en día sigue vigente este aspecto al cumplir su 81º aniversario. Acaban de lanzar nuevos proyectos, como el programa “Cineteca en tu municipio” que propone llevar la Cineteca a los 58 municipios y así crear nuevos públicos para difundir conocimiento a través de la cultura del cine. 

Es importante para el Arq. Jesús, preservar estos edificios por qué al igual se conserva la historia de la ciudad, reflejan la economía, el estilo arquitectónico de una época, la evolución de la ciudad que empezó a generar una nueva zona industrial y esto trajo mayor capital a la ciudad. En esa época se empieza a construir la Colonia Moderna con un estilo parecido al de la cineteca en 1939 y que también están presentes en barrios como San Miguelito y Tequisquiapan, era la novedad arquitectónica de esa época en México. 

Es un icono para los potosinos por el significado que tiene para una generación que lo recuerda con nostalgia, está en el sentimiento de los potosinos aparte de ser punto estratégico y de referencia para reunirse en el centro histórico. “La memoria histórica siempre es importante y tener una relación con la ciudad, como la Plaza de Armas, el Edificio Ipiña, por qué se han ganado su valor por el tiempo, calidad arquitectónica que tiene y por su uso en este caso este edificio recuerda la década de los 40 una época de esplendor de post revolución que encontró en el neocolonial una forma de nacionalismo como una arquitectura mexicana” así lo menciona Jesús. 

El cine es una de las mayores aportaciones del siglo XX, una forma de sumergirse en una historia contada, así como de entretenimiento. Es una lectura de quiénes fuimos, de quiénes somos y de quiénes queremos ser con esta oferta cultural de la ciudad que se encuentra en el propio quehacer de su gente y esto se refleja con estos edificios al sentirse orgullosos de lo que tienen y poderlos mostrar a los visitantes. 

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