Por Jesús Urbina
Hola, amigos lectores. Esta es la primera vez que escribo un artículo para Galería 7C’s, y me emociona porque el tema son los Festivales Musicales.
Lo primero que se me viene a la mente cuando pienso en festivales importantes de música es Woodstock 1969. Lo recuerdo como el primer gran festival masivo musical de la era moderna y eso que yo todavía ni nacía.
Quizá algunos piensan en algún otro distinto, dependiendo del tipo de música que sueles escuchar. Por ejemplo, el evento más famoso que la mayoría de mis conocidos ubica se llama “Tomorrowland”. Se trata del mayor evento de música electrónica en el mundo. Este festival nace en Bélgica y se desarrolla una vez cada año de una manera inigualable, con distintos escenarios y diferentes artistas en cada uno. Actualmente ya se celebra de manera internacional. Es un festival que combina una experiencia única auditiva, visual y también sensorial, ya que en últimas ediciones han llegado a utilizar un nuevo sistema auditivo para conciertos llamada “Silent Concert”. El sistema consiste en conectar una determinada cantidad de audífonos a un audio sincronizado en el recinto en donde se lleve a cabo el evento.
Algo similar sucede con el EDC (Electric Daisy Carnival), que nace en las Vegas, Nevada y actualmente ya se celebra también en la Ciudad de México. Además, tiene sus peculiaridades, como la variedad de escenarios enfocados a música de DJ’s, comida de alto costo para el bolsillo de un provinciano, multiculturalidad y diversidad para las personas que asisten. Se pueden encontrar también vestuarios muy llamativos o el uso y venta ilícita de mercancía que pasó de contrabando al interior del concierto. Este festival tiene una tradición única llamada “Candy Flip”, que consiste en armar un collar, pulsera, o accesorio con drogas ilícitas por las cuales se hace trueque con otro asistente que se anime a tener ese tipo de conexión contigo.
Al sur de nuestro continente podemos encontrar más festivales, como El Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, donde los ritmos y los artistas son, en su mayoría, de origen latino. Este festival es uno de los más grandes a nivel mundial y en el top 3 del continente americano. En su edición de 2015, fue seguido por más de 150 millones de espectadores, en diferentes plataformas. El origen del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar fue gracias a la iniciativa de Gustavo Lorca (alcalde viñamarino), y de Carlos Ansaldo, (director del Departamento de Turismo y Relaciones Públicas de la Municipalidad de Viña del Mar).
Comenzó cuando un grupo de músicos fue citado para amenizar una feria realizada por los alumnos de la Escuela de Bellas Artes en los jardines de la Quinta Vergara en 1959. El éxito de dicho evento permitió que, entre el 21 de febrero y el 28 de febrero de 1960, se organizara una competición en la cual los participantes debieron presentar una canción original. En febrero de 1961, se incorporó un certamen folclórico y, con el paso del tiempo, el Festival se fue transformando en el más importante evento musical de Chile hasta la actualidad.
Por otra parte, en México hay una gran variedad de festivales musicales alrededor del territorio nacional. Por ejemplo, podemos encontrar el “Tecate Pa’l Norte” celebrado en Nuevo León. También están el “Vive Latino” y el “Corona Capital”, ambos llevados a cabo en la Ciudad de México.
Otros lugares donde festejan a lo grande son Tulum, Playa del Carmen o Los Cabos. Eso sin contar las Ferias Nacionales, en donde se suelen invitar a artistas de distintas tallas importantes. Por ejemplo, aquí en Ciudad Valles hay una Feria Nacional de la Huasteca Potosina (FENAHUAP) y la ocasión en que más personas han acudido al teatro del pueblo en años recientes fue con Espinoza Paz, llegando al punto en que las personas ya no cabían en el recinto del teatro del pueblo y había fanáticos en la taquilla cantando sus canciones. También, algo presumible de estas ferias es que son bastante tradicionales, se encuentran llenas de folklore mexicano, gastronomía endémica y la diversidad cultural que abunda en una misma región.
A partir del inicio de la pandemia y su propagación por el mundo, la cancelación masiva de eventos públicos fue un cambio para el que pocos tuvieron las herramientas suficientes para lograr desarrollar un evento en línea. Un ejemplo de una compañía que sí fue capaz de adaptarse es el juego multiplataforma Fornite, donde se han llevado a cabo algunos conciertos que han dado sorpresas en cuanto al número activo de jugadores. Algunos de los artistas han sido Ariana Grande, deadmau5 y Travis Scott.
El festival de música electrónica Tomorrowland transmitió sus conciertos en distintos escenarios online. Además, con la compra del boleto se incluía una playera, una bandera, un termo y cierta documentación del evento, así como las indicaciones y recomendaciones para mejorar su experiencia desde casa.
Podríamos considerar que la música es un lenguaje que nos ayuda a repensar nuestros días; es una medicina que, para muchos, es su salvación, y para otros una forma de expresión.
Los festivales virtuales jamás se igualarán a la experiencia de estar respirando el mismo aire que el artista al que quieres ver, o lo fantástico de esperar 40 minutos en una fila, o lo rico que te sabe una cheve caliente después de que te la cobran a $100, pero es la alternativa que tenemos por ahora. Lo realmente cierto es que, aunque las personas hablemos distintos lenguajes, las únicas cosas que compartimos todos los seres humanos y que tenemos en común es que todos buscamos el amor en alguna parte y que, en todas partes, existe música.